La ley de partidos políticos y el pensamiento boschita
En estos días las audiencias se encuentran expuestas, a un tema viejo, vestido de novedad, que los emisores han puesto al aire, con la finalidad de que incida en la agenda política, nos referimos al anteproyecto de ley de partidos políticos, y sobre este tema en la entrega de hoy, analizaremos sin menoscabo de otras aristas, algunas que consideramos relevantes. Una ley de partidos políticos en la República Dominicana, no debe ser vista solo como la reglamentación de los listados de miembros y de las recaudaciones de las agrupaciones políticas. Debe ser un instrumento que establezca los parámetros necesarios para el ordenamiento y administración interna de estas entidades públicas. Tiene que tocar, el muy importante tema de la formación política de los miembros y la participación de estos en sus procesos. De suerte que al estudiar los diversos anteproyectos de ley de partidos políticos, hechos públicos, estos, intentan de alguna manera, de hacer énfasis en ello. Es muy necesario tener reglas claras, reconocidas y respetadas por todos los actores, en un escenario de tantas incertidumbres en el hacer político, como lo es el dominicano. En ese sentido la ley de partidos políticos una vez aprobada, junto con la ley electoral y el tribunal superior electoral jugaran un papel de vital importancia para el fortalecimiento democrático del sistema de partidos políticos y sobre todo de la sociedad dominicana en general, pues es un paso firme hacia la consolidación de una democracia funcional y equitativa. De manera que hacemos un flaco servicio al sistema democrático dominicano, cuando limitamos un tema como el anteproyecto de ley de partidos políticos, a solo, las dos aristas inicialmente citadas, listados de miembros y financiación, pues la cesta es mucho más amplia. Nótese que en la actualidad los partidos políticos dominicanos, han demostrado escasa o nula capacidad a la hora de administrar sus procesos internos, con muy raras excepciones. Esto es debido en gran parte a que han descuidado una cantidad de aspectos relevantes. De hecho, son clásicas ya, las afirmaciones de dirigentes nacionales, de los propios partidos políticos quienes públicamente lo han reconocido. Un detalle importante que debe ser considerado, lo es, el de las estructuras políticas llamadas, maquinarias electorales, instrumentos creados por los partidos políticos, y que en la actualidad amenaza con llevarlos a un accionar trastocado. Es importante destacar que los partidos políticos no deben de ser convertidos en maquinarias electorales, el sentido del término partido político debe trascender a ellas, ya que estos crean a estas entidades para acceder al poder, pero el partido político siempre debe de ser el que dirija a esas estructuras, no al revés. Sabiendo que la maquinaria electoral es un mal, que entre otros, tiene su origen en la carencia de formación política, producto del descuido y decadencia de las escuelas de formación política de los partidos políticos dominicanos. Esto se encuentra y se puede observar de manera gráfica en la conformación misma del origen de las maquinarias electorales o movimientos políticos como instrumentos dedicados a la estructuración y búsqueda de votos y financiamientos durante una campaña electoral, ya sea para el beneficio de un candidato o de un partido político en particular, que si bien, en principio, solo deberían ser activadas para esos fines específicos. El partido político es algo diferente, es un instrumento democrático de acceso al poder político en el que un grupo de individuos se organizan bajo un conjunto de principios e ideales de como ellos piensan o entienden que debe de ser el accionar en el Estado, para lo cual elaboran programas de gobierno y líneas de acción en sintonía con esa visión, y crean un brazo electoral con la idea de llegar al poder y poner en ejecución estos planes, que como ya dijimos representan su visión de cómo entienden que deben de ser y hacia donde deben dirigirse los destinos del Estado. De manera que es muy importante que en las organizaciones políticas, quienes las dirigen, quienes militan en ellas y quienes las promueven, tanto a ellas, como en el momento oportuno a sus candidatos, tengan todo esto bien claro. La formación política real, no es sólo cursos cortos estacionales, es mucho más que eso, es la formación política de verdad, similar a la que diseño y nos enseño el profesor Juan Emilio Bosch Gaviño. La educación política fue visualizada por el profesor Bosch como un medio para formar ciudadanos, con profunda vocación de servicio a la nación, ciudadanos dotados de las necesarias competencias y una solida convicción democrática, para un correcto desempeño en las funciones públicas. Vamos a ponerlo en práctica, agregando a la ley electoral, una ley de partidos políticos inclusiva. Para así conformar el universo político electoral dominicano. Entonces juntos con visión de futuro, podamos corregir lo que está mal. Continuar lo que hemos estado haciendo bien. De una vez por todas empezar a hacer lo que hasta ahora no hemos podido. Entonces, solo entonces, podremos seguir de manera correcta hacia adelante.