La institucionalidad no se romperá
Inexplicablemente, hemos escuchado a varios dirigentes del PLD, incluso, algunos miembros del Comité Político, que estuvieron presentes en la reunión del pasado 19 de Abril –donde fue aprobada una propuesta de Ramón Ventura Camejo, para que esa organización asuma un proyecto de modificación constitucional que permita la reelección del presidente de la república–, decir que Leonel Fernández y Danilo Medina, deben reunirse para buscar una salida satisfactoria a la crisis generada por la aprobación de esa propuesta.
Y yo me pregunto, ¿Es acaso que, Danilo y Leonel, están colocados por encima de las decisiones adoptadas por el organismo al que pertenecen o peor aún, están situados por encima de las directrices del PLD?, ¿No es la autoridad misma del Comité Político, lo suficientemente capaz de sustentar una decisión que procura promover un proceso para transformar la vida democrática del país, sin que tengan que interferir intereses que puedan sacar provecho particular a esa situación?, ¿No es ese órgano de dirección del partido, el responsable de dirigir las políticas congresuales y municipales que tienen que ver con los funcionarios electos pertenecientes a la organización?
En esencia, no nos opondríamos a que el expresidente Leonel Fernández, y el actual presidente de la república, Danilo Medina, en su condición –ambos– de actores fundamentales del proceso de transformación que experimenta la sociedad, se reúnan para analizar cuestiones de interés nacional, como es el relativo al plan de regularización de extranjeros en situación migratoria irregular que culminará el próximo mes de junio, lo que supone el inicio de un proceso de repatriación de todos aquellos ciudadanos que no cumplieron con lo establecido por el reglamento de la Ley 169-14, y que traerá duras críticas tanto del exterior como de quienes en el país están acostumbrados a cuestionarlo todo.
Asimismo, no nos opondríamos a que se juntasen para impedir mediante el esfuerzo mancomunado de sus liderazgos que la sociedad vuelva a sentirse intranquila, a expensas del peligro que la amenaza si volviésemos a entregarle el control de la cosa pública a los perredeistas (PRD), ahora dizque perremeistas (*PRM), una agrupación que durante los primeros cuatro años del siglo XXI (2000 al 2004), sumergió al pueblo dominicano en una de las peores crisis de toda nuestra historia republicana.
Por cuanto, repito que no me opondría!. Pero que esos dos líderes políticos –Leonel y Danilo– se reúnan para condicionar o deliberar sobre una decisión adoptada por la dirección del partido que les cobija, cuyo órgano al que pertenecen decidió votar libérrimamente mediante un principio basado en el centralismo democrático, aprobando una moción concebida como consecuencia de un clamor nacional del soberano (El pueblo), es verdaderamente inconcebible e inaceptable.
La aprobación de una propuesta de modificación constitucional que busca promover una reforma en el congreso de la república, para establecer un modelo de elección presidencial similar al norteamericano, y de paso, conceda la oportunidad al actual mandatario para concluir su obra de gobierno, es una decisión inteligente, que procura más que perpetuar a Danilo, o invalidar a Leonel, abrir las compuertas para que nuevos liderazgos se desarrollen en el país.
Una decisión adoptada bajo ese criterio es, sin lugar a dudas, la mayor muestra de que el Comité Político del PLD, actuó conforme a un principio sustentado en el interés de consolidar las garantías de un auténtico relevo en el liderazgo político del país, en cuya acción se busca avanzar en el proceso de consolidación democrática de la nación, por cuanto, ese principio axiomático que dio motivo a la propuesta, no deberá ser violentado por cuestiones de intereses particulares.
Por el contrario, sino se acata o se cumplirse con la propuesta aprobada por el Comité Político del PLD, y esa decisión es supeditada a lo que, posteriormente, pudieran acordar Danilo y Leonel, entonces, el espíritu de autoridad, de jerarquía e institucionalidad del PLD, sufriría un irreversible y duro golpe.
El Comité Político del PLD, ha sido el responsable directo de las cinco victorias obtenidas al hilo por esa organización, ha sido la visión de sus miembros, la que ha enrumbado a los peledeistas por los senderos del éxito, por lo tanto, ni Danilo ni Leonel, ni nadie en particular, puede considerarse un ser superior a la institución que lo sustenta y lo promueve.
De no ser así, y si para buscar una salida al impasse creado –luego de una decisión aprobada– se hace necesario que Leonel y Danilo, se pongan de acuerdo, entonces, tendríamos que decir que en el partido de Juan Bosch, dejó de existir la institucionalidad, lo que supone una realidad que durante mucho tiempo fue motivo de preocupación del líder histórico de esa organización, cuando insistía en decir que, “el grupismo es un cáncer que corroe y violenta el orden democráticamente establecido en las organizaciones”.
Finalmente, el PLD, ha sido por antonomasia, la organización política de mayor prestigio en cuanto a su disciplina interna. Y, Danilo y Leonel, los dos pilares mas importantes de la organización, no se prestarán al juego que pretende romper la historia del partido que los creo, y que les ha dado ha ambos, la vigencia que hoy disfrutan. Por cuanto, la inteligencia política se impondrá, y la institucionalidad partidaria no se romperá.
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