La inmigración ilegal, un riesgo evidente




Hace tiempo que está de moda en Europa, México y los Estados Unidos de Norteamérica que la gente quiera entrar a esos países de manera ilegal o sea sin cumplir con los requisitos mínimos establecidos por cada país y en base a los tratados internacionales bilaterales, cosa que constituye un grave riesgo a la seguridad nacional que impacta la salud, educación, empleo, pobreza, delincuencia y desequilibrios económicos en los países más desarrollados.

Este fenómeno, que no es nuevo, se ha visto agudizado en los últimos meses con el ingreso a territorio venezolano de ciudadanos colombianos que entran en la búsqueda de la compra de alimentos más baratos, trayendo como consecuencia una gran escasez de productos de primera necesidad a los ciudadanos venezolanos.

La República Dominicana no está exenta de esa migración ilegal que de forma masiva y pacifica ha inundado las oficinas de migración en el territorio nacional en la búsqueda de que le otorguen una nacionalidad pretendiendo alegar que son nacidos en el país y que tienen el derecho de ser reconocido como tales. Esta situación más que un acto de reconocimiento de un derecho, se traduce en legalizar lo ilegal.

La Isla Hispaniola a diferencia de España, Italia y Francia que son los países más atractivos de inmigración ilegal, tienen las condiciones presupuestarias y de protección para alojar y legalizar el estatus de grandes cantidades de inmigrantes ilegales, porque muchas veces lo necesitan para completar la mano de obra barata que tanto necesitan, no obstante para la República Dominicana lo que representan estos inmigrantes es una carga para el presupuesto nacional y nuestra naciente economía.

Esta Isla cuenta con 77 mil kilómetros cuadrados de extensión y con 20 millones de habitantes en ambos y,  es una de las más pobladas del mundo. Bajo estas condiciones no es posible mantener la frontera abierta, habida cuenta de que el presupuesto nacional se ve muy afectado por los grandes recursos que hay que disponer para salud, educación, nivel de desempleo y de pobreza que se hace insostenible.

El ejemplo más ilustrativo lo representa España, donde los inmigrantes representaba el 15% de la población española, lo que impactó en su economía, causando que estuviera en las puertas del colapso en el año 2009, y cinco años más tarde fue que recobró sacar sus empleados del paro en que se habían mantenido; aunque muchos españoles dicen que los inmigrantes salvaron a España.

La inmigración ilegal es un fenómeno que hay que controlar, pues a través de este, los países pueden ser afectados con un mayor grado de delincuencia, violencia, cambio de cultura, ser penetrado por el narco tráfico, transmisión de enfermedades, promover el terrorismo, prácticas ilegales en el tráfico de personas, de armas de fuego,  creación de bandas y asociación de malhechores.

Por lo que cada inmigrante que desee entrar a la República Dominicana deberá acogerse a las leyes de migración de nuestro país y esperar que su entrada sea autorizada por una autoridad competente, una vez haya sido depurado y se haya determinado el tiempo de estadía que va a durar, el tipo de inmigrante que es y,  que motivo le han traído al país.

Hay que cuidar nuestra casa grande, que es la República Dominicana, así también cuidemos nuestra casa pequeña, que es nuestra familia. Vamos a convertirnos en vigilantes de nuestro territorio, para evitar que sea habitado por personas no autorizadas a vivir aquí, porque pondrían en peligro nuestros hijos, nuestros vecinos, nuestros hermanos y nuestra economía. Es tiempo cuidar nuestro país.

Que cesen las filas de inmigrantes ilegales y que nuestro gobierno comience a enviar de regreso aquellos ciudadanos haitianos que se abalanzaron sobre nuestro terruño para tratar de conquistarlo de manera pacífica pero de forma deshonesta, pues sabiendo que no habían nacido aquí querían disfrutar de un derecho que solo con permiso de los dominicanos podrían disfrutar.

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