La guardia y el transporte público
La República Dominicana ocupa el segundo lugar en el mundo como país donde más muertes ocurren producto de los accidentes de tránsito, equivalentes a 41% sobre cada 100,000 habitantes. Tan grave es la situación que en el 2012 los homicidios fueron inferiores a los accidentes de vehículo. Demuestan esas estadísticas que el sistema de transporte público del pais es la principal causa de muerte de los dominicanos. El problema es gravísimo y requiere del gobierno una intervención urgente, más contundente y eficiente. E l Banco Interamericano de Desarrollo (BID) facilitó un fondo de US$500,000,00 dólares a la República Dommnicana para que reduzca en un 50% las muertes por accidentes de tránsito desde ahora hasta el 2017. Pero no basta con esa medida. El asunto tiene que abordarse con autoridad militar y una fuerte disciplina. La causa de fondo del problema parece ser el alcholismo, la mala educación y la desenfrenada manera de conducir que caracteriza a muchos choferes del transporte publico. En lo que el hacha va y viene, el rio de sangre corre por las calles de Santo Domingo y las provincias del interior cada dia, arrebatando vidas valiosas de niños, jóvenes y adultas que mueren por causa del exceso de velocidad, la imprudencia de muchos conductores borrachos o irresponsables, acostumbrados a conducir sus vehículos sin respetar los semáforos ni las leyes de tránsito. O sea, que en todo esto hay mucho de indisciplina e irresponsabilidad ciudadanas. Creo que el tema tiene que ser abordado con mayor carácter y responsabilidad por la autoridad pública civil y military. El tema del criminal sistema de transporte público tiene que ser llevado de urgencia a la agenda de la más alta prioridad del gabinete presidencial y de todos los organismos responsables de regular y hacer cumplir las leyes del transporte. Creo en la disciplina militar bien aplicada para trabajar con eficiencia y rapidez en estos casos. La guardia, que tiene muy reducido su papel en la democracia, puede contribuir mucho a terminar con el desorden y la indisciplina del transporte público, el cáncer más grande de las vías públicas en la República Dominicana. Una vez se tire la guardia a la calle en todas las principales vias públicas del pais, el desorden bajara a lo mínimo. Y si la guardia toma el control absoluto del transporte público, sumado a un plan de reeducación y reordenamiento del sistema completo, en la capital y en el interior, creo que es posible llevar mucha paz a la familia dominicana. La intervención de la guardia es urgente, impostergable. Ya no caben más excusas ni pretextos. No es verdad que el desenfreno y la locura de los conductores borrachos es imposible de frenar. Es cuestión de aplicar la ley con energía, multar a todo el que la viole , sacar de circulación tantos vehículos inservibles, inseguros, y buscarle trabajo a esa gente, despojar de su licencia de conductores a los que tengan un record de accidentes fuera de lo aceptable y castigar con cárcel por muchos años a aquellos que sean responsebles de los peores accidentes trágicos. No sigamos siendo indiferentes.