La deuda externa: fuente de financiamiento de infraestructuras para el desarrollo
El crecimiento y desarrollo que exhibe actualmente la República Dominicana se debe en gran medida, a la inversión en proyectos de infraestructura, tales como presas, centrales hidroeléctricas, autopistas modernas, acueductos, carreteras, hoteles, hospitales, puertos y escuelas.
Estas infraestructuras —aunque con su financiamiento se aumente la deuda externa— contribuyen al crecimiento económico: aumentando la productividad, disminuyendo los costos de producción, aportando capital humano calificado, auspiciando la diversificación de la estructura productiva y la generación de empleos.
Hay dos sectores de la sociedad dominicana que se oponen al financiamiento del desarrollo en base a los préstamos externos. Uno es los partidos políticos de la oposición, porque el progreso y las buenas ejecutorias del gobierno les aleja las posibilidades de llegar al poder.
El otro es el empresariado, que sabe que hay una relación de proporcionalidad, entre el tope de la deuda externa y la presión tributaria; que fue de 14.1% del PIB en el 2016, considerada una de la más baja de América Latina; detrás solo de Guatemala que tiene un 12.6% del PBI.
DETALLES
La deuda pública en abril del 2017 (incluyendo los últimos bonos soberanos), es de US$ 28,030.30 millones. El 78.82%, unos US$20,139.77 millones, corresponden a deuda externa, mientras que el 28.18%, equivalente a US$ 7,890.53 millones, pertenecen a deuda interna.
Esta deuda externa de la República Dominicana no solo es responsabilidad del Estado. Hay una parte considerable que ha sido contraída por los empresarios privados. Esta asciende a US$3,699.10 millones y fue contratada por 227 empresas, incluyendo 14 bancos.
Hay una porción de US$4,160.00 millones que son del gobierno central con organismos multilaterales, como: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM), la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos de créditos, con una participación de un 24% de esta.
Es parte de la deuda externa la deuda bilateral, que es la que tiene el Estado Dominicano con los gobiernos de otros países. Esta es de US$2,515.80 millones. Se le debe al Brasil US$653.60 millones, a España US$232.70 millones, a Venezuela US$197.40 millones, a Estados Unidos US$74.10 millones, a Japón US$42.00 millones y US$1,073.10 millones a otros países. Es refrescante para el país saber que esta deuda bilateral, se ha reducido en los últimos 16 años, de un 47.30% a un 14.90%.
La proporción del Producto Interno Bruto (PIB), de la deuda pública del 2013 fue de 37.9%, en el 2014 fue de 37.2%, en el 2015 fue de 36.7% y en el 2016 fue de 36%. Estos datos se pueden verificar en la página Web del Departamento de Crédito Público del Ministerio de Hacienda. Ellos reflejan el manejo meticuloso de las finanzas públicas en las gestiones del PLD.
El gobierno del Dr. Leonel Fernández (1998-2000) recibió de su predecesor una deuda externa de US$3,994.0 millones. Al concluir su mandato esta se redujo en US$318.0 millones, y pasó a ser de US$3,678.0 millones. El gobierno del Ing. Hipólito Mejía (2000-2004) terminó elevando la deuda externa a US$7,300.00 millones, provocado por la quiebra de los tres bancos comerciales y el desafortunado negocio de la compra de las EDES.
PUNTA CATALINA
La construcción de la central a carbón de Punta Catalina, se inició mediante un préstamo con un pool de bancos europeos, integrado por el Duestche Bank de Alemania, Societé Generalé de Francia, el Banco de Santander de España, ING Bank de Holanda, Unicredit de Italia y contó con la garantía de SACE, la agencia de crédito a la exportación de Italia.
Este préstamo por US$ 632.5 millones fue otorgado a una tasa de interés anual de 2.40% y a un plazo de 12 años, más 3 de gracia, hasta la puesta en operación comercial de esa Central. Los US$500 millones en bonos soberanos para la terminación de Punta Catalina, fueron colocados a una tasa de interés anual de 5.1% y a un plazo de 10 años.
Haciendo los cálculos de rigor -aplicando la ecuación de interpolación lineal- por el primer préstamo se le pagará a los bancos europeos anualidades por US$61.54 millones y por los bonos soberanos, anualidades por US$65.09 millones. Por los dos financiamientos el Estado erogará US$126.63 millones.
Esta central termoeléctrica dispondrá de dos generadores de 376 Mw c/u, para un total de 752 Mw, con esa capacidad se producirán 5,300 Gwh al año, lo que en el mercado eléctrico representan unos US$400.0 millones. Además de otros ingresos adicionales, como el cobro de impuesto, por el uso del puerto para buques de gran calado y la venta a las cementeras de los subproductos derivados de la combustión del carbón mineral.
El costo total de la central de Punta Catalina es de US$2,040.00 millones. Asumiendo que los restantes US$1,040.00 millones invertidos en esa planta térmica se hallan obtenido de recursos propios, no hay que ser un genio para darse cuenta, que con la puesta en operación de esa central termoeléctrica, el próximo año, el Estado estará recibiendo beneficios netos por encima de los US$250.00 millones.
LAS PLACETAS Y MONTE GRANDE
Al incursionar el país en el mercado global de capitales para la colocación de los US$500 millones en bonos soberanos, se recibieron ofertas de los bancos intermediarios por US$1,800 millones. Como ciudadano con derecho a opinar; pienso que desaprovechamos una excelente oportunidad para la obtención de los recursos para construcción de la Hidroeléctrica de las Placetas (US$285.00 Millones) y del Proyecto Múltiple De Monte Grande, (US$400.00 millones).
Ambos proyectos están a cargo de la compañía brasileña Andrade-Gutiérrez y fueron aprobados en el Congreso Nacional y los financiaría el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) del Brasil y el BNP Paribas de Francia, con una contrapartida de Fotis Bank de Bélgica.
La complicada situación política del país suramericano ha impedido que el BNDES desembolse los recursos; por lo que se deben elegir alternativas de crédito externo que faciliten los financiamientos de tan importantes proyectos. Solo en la presa de Monte Grande se han invertido más de RD$5 mil millones desde su inicio en el 2010. Esta obra tiene incidencia en una región de 855,000 habitantes, lo cual es casi el 10% de la población total del país.
Estas dos infraestructuras no son obras suntuosas. Al igual que central de Punta Catalina, tienen sus propios mecanismos de sostenibilidad financiera, de manera que no representan ningún gravamen para el presupuesto del Estado, pero sí mucho potencial para el crecimiento y desarrollo pleno de la República Dominicana.
JPM