La agradable noticia del bajón petrolero
Son muy buenas noticias para gran parte de la humanidad: los precios del petróleo disminuyen constantemente. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), conformada por un reducido número de países, se reunirá próximamente para tratar de revertir la espectacular caída en los precios. Un pequeño, pero odiosamente privilegiado número de países, que han estado beneficiándose en grande con la desgracia que generan los altos precios del petróleo para la mayoría de las demás naciones del planeta. Precios que han venido siendo manipulados por ese monopólico cartel de exportadores, por medio al control de la producción, para mantener esos altos niveles de su valor en los mercados. Algo inaceptable. ¡Así si es bueno…! Imagínense, qué seria de la humanidad, si todo el mundo hiciera lo mismo con sus productos de exportación, uniéndose en carteles, e imponiendo altos precios; esto seria un sálvese quien pueda. La inflación planetaria sería insostenible. Para nuestro país, este maravilloso fenómeno de la caída de los precios, ha sido una bendición. Ya el gobierno anunció un sustancial ahorro de unos $600 millones de dólares en la compra del combustible. Mientras los consumidores han estado beneficiándose de continuas rebajas de la gasolina, gas oíl y otros derivados del carbohidrato. Pero para otras naciones con economías más grandes y desarrolladas, como Chile por ejemplo, el beneficio ha sido de unos cuantiosos 12 mil millones de dólares, de acuerdo a informes periodísticos de esa nación austral. Esto representa una brillante oportunidad para nuestro país, y los demás países importadores de petróleo. Oportunidad que les permitirá aliviar sus cuentas corrientes, saldando más cómodamente sus deudas externas y disfrutar de la mejoría en los precios de las mercancías; y en consecuencias, de una baja considerable o mayor estabilidad en los niveles de inflación, y una menor presión en los mercados monetarios. Los que no están de pláceme, desde luego, son los exportadores. Quienes están experimentando sustanciales bajas en sus ingresos, por la baja en los niveles del precio del producto; el que en la mayoría de esos países, constituye su principal producto de exportación. En consecuencia, ya éstos están pegando el grito al cielo. Nicolás Maduro, acaba de anunciar que Venezuela llevará a la reunión de ministros de la OPEP, una propuesta para defender al mercado de la producción de petróleo de esquistos, por parte de Estados Unidos, a quien acusa de querer perjudicar y destruir a los países miembros del cartel petrolero. “Estos métodos, llamados fracking (extracción hidráulica), destruyen la corteza terrestre y han inundado el mercado y bajado el precio” denunció Maduro. Para Venezuela, principalmente, esto constituye una tragedia para su economía y una gran lección para su gobierno socialista, por haber descuidado increíblemente la producción; que en vez de aumentar la disminuyeron; muestra clara de la ineficiencia y mediocridad que caracteriza a ese régimen arrogante y absolutista. Siendo esa displicencia del descuido de su producción petrolera, un grave acto irresponsabilidad y un atentado contra las aspiraciones de progreso de los venezolanos, que por politiquería fanática e incapacidad, no aprovecharan el apogeo de los precios de su principal producto de exportación. Las pretensiones de Venezuela en la próxima reunión del cartel lucen quiméricas, al pretender que Estados Unidos abandone su novedosa e ingeniosa forma de extraer petróleo. Aparte de ser un atrevimiento osado e infantil, es un acto que si viniera de parte de los estadounidenses, el charlatán, chantajista y embustero gobernante, lo hubiera calificado como un agresivo acto de intervencionismo y como colofón hubiera además expulsado un par de diplomáticos de ese país, acusándolos de conspirar para derrocarlo y hasta asesinarlo. Aunque no podemos vaticinar por cuanto tiempo más se mantendrán bajando los precios y en que niveles lo harán, lo más probable es que estos sigan por ese derrotero. Debido esto, al bajo crecimiento económico experimentado por grandes economías como las de Brasil y China, por ejemplo; el aumento de la producción de parte de Estados Unidos y Canadá, hasta el punto de que pronto los estadounidenses se convertirán en los mayores productores mundiales del carbohidrato. Hasta ahora están pisándoles los talones a Arabia Saudita, con una producción alrededor de los 12 millones de barriles diarios. Al mantenerse los venezolanos produciendo solo 2.5 millones de barriles diarios, a pesar de que cuando los chavistas accedieron al poder hace 16 años, encontraron una producción de más de 3 millones. Siendo la nación con las mayores reservas mundiales de petróleo en su subsuelo y debajo de sus aguas territoriales, cuando Arabia Saudita produce 12 millones, las funestas consecuencias mucho tardaron en asomar. Ahora el inefable señor quiere preocuparse por los bajos ingresos que están percibiendo, por lo que le surge la “brillante” idea de presionar a otros para que copien de ellos, bajando la producción. Pero ni Chávez ni Maduro, se preocuparon por aumentar la producción para aprovechar la coyuntura de precios. Si lo hubieran hecho, no estuviera Venezuela en estos momentos, experimentando tan serios aprietos financieros y presupuestarios, al punto, que cunde el pánico en las filas de su régimen, por la imposibilidad de cubrir todos los compromisos pautados. De manera que el ya elevadísimo déficit presupuestario subirá a niveles estratosféricos, ya que han dejado de percibir mas de un 20% de ingresos en los meses de descensos continuos de los precios, que en un año de exportación significarían alrededor de 18,250 millones de dólares. Además, el hecho de Venezuela estar colocando una parte sustancial de su producción petrolera en mercados tan lejanos como China y la India, le ha generado perdidas de ingresos equivalentes a un 3% de su producto interno bruto, por lo caro del costo de transportación y flete. Lo que significa que de haber vendido esa parte de su producción a Estados Unidos no hubieran perdido esa inmensa cantidad de recursos, equivalentes a 11,100 millones de dólares. De modo que eso constituye otro desatino más de la errática administración Castro chavista. Se sabe que la exportación a esos destinos sumados en conjunto, no supera el 65% del total de lo exportado a Estados Unidos. En fin, es muy difícil que la OPEP en su reunión del 27 de noviembre en curso, se pueda embarcar en obligar a sus miembros a disminuir su producción petrolera para contrarrestar la escalada bajista de los precios, debido a lo perniciosa que tal medida seria para los presupuestos de esas naciones componentes del cartel en cuestión. Más aun, tomando en cuenta que Arabia Saudita, que es la mayor productora, se siente cómoda con los precios actuales, precisamente por su altísima producción. Y ni soñar con que Estados Unidos y Canadá, que no pertenecen al grupo monopólico, van a aceptar ninguna presión para bajar su producción y renunciar a su novedosa forma de extracción hidráulica, que tanto éxito les está dando. Así es que ¡a despertar de ese sueño, míster Maduro! Y espere los efectos geopolíticos que producirá esta nueva coyuntura… los mas perjudicados de seguro que serán Venezuela y sus aliados, incluyendo, lógicamente a Rusia, Irán, los países árabes, etc. Mientras que los mas favorecidos serán los Estados Unidos, Israel, Centro América y El Caribe, Chile, Japón y toda Europa no exportadora de petróleo. joseflandez@hotmail.com