Jugadas políticas inesperadas
Con el ánimo de mantener el dominio de la cosa pública, los dominicanos hemos sido testigos de las jugadas políticas más inesperadas, pero posibles, en el ambiente que nos rodea.
Somos de opinión que cuando se juega a ganar, la parte ética que impera es la que da ganancia, no la que cae bien y que resulta justa, pues todo dependerá del color del cristal que se observe.
Y es por eso que ante sucesos ocurridos que sobrepasaron el nivel de asombro, hoy se hacen más frecuentes esas jugadas que ya nadie se ruboriza al verlas ni mucho menos generan sentimientos encontrados en los espectadores.
Sin dudas que solo nos falta por ver la hasta ahora religiosamente imposible llegada de extraterrestres, porque en cualquier momento Corea y Estados Unidos se aliarán contra Inglaterra e Israel para sacar algún beneficio económico o de poder, en fin ya cualquier cosa se puede ver.
De repente se me ocurre que Haití tenga que crear una Armada para parar a los yoleros Norteamericanos que deseen llegar a las costas de ese país, y quien sabe qué otra cosa más…
Pero al margen de todo lo visto, y aterrizando en la política local, seria penoso que en el marco de esos acuerdos que se han estructurado, se apruebe que ciertos elementos que han demostrado un empobrecido manejo en las actividades públicas y que afectan a las personas de su demarcaciones, sean confirmados para optar por una nueva jornada de cuatro años, pudiendo ganar si los partidos deciden apoyarlos.
Creo que el pueblo no se lo merece, y quien sabe, a lo mejor sí lo merece…
Por lo pronto, lo único que conforta es saber que si algún día el 4% de la educación comienza a hacer efecto en las mentes de los dominicanos y las dominicanas, podríamos con sano juicio dejar de pensar en la conveniencia pasajera del bolsillo y pensar en la eterna satisfacción de la sociedad, en donde como su nombre lo indica se deben cumplir las leyes que son llamadas a crear el clima de confort que todos queremos.
Mucho cuidado con los que están debajo de las yaguas esperando como hoja muerta y caída que una brisa los mueva y los posiciones por encima de los demás, pues esas hojas resecas podrían tapar el hermoso verdor que domina en las bases.