Juan Bosch y su obra historiográfica
En un artículo anterior me referí a la obra historiográfica escrita por Juan Bosch, pero me circunscribí a comentar apenas tres de las tantas obras importantes que publicó sobre temas históricos nacionales: “Indios, Apuntes Históricos y Leyendas” (1935), “Composición Social Dominicana, Historia e Interpretación” (1970), y “Las Dictaduras Dominicanas” (1988).
Inicialmente resalté esas tres obras porque entiendo que tienen una significación especial y trascendente, en virtud de que aportan datos y perspectivas interpretativas valiosas sobre temáticas centrales de la historia nacional, como son: 1. La cultura y la mitología taína. 2. El análisis objetivo de la historia dominicana desde una perspectiva de su desarrollo económico y social, desde la época del descubrimiento de América hasta el período posterior a la dictadura de Trujillo. 3. Las causas económicas, sociales, culturales y políticas que originaron el largo período de inestabilidad política que sufrió el país luego del nacimiento de la República el 27 de febrero de 1844, así como el surgimiento de las dictaduras dominicanas, sus características y consecuencias. 4. La guerra de la Restauración, sus causas, sus características y sus implicaciones económicas, sociales y políticas. 5. Los gobiernos de Lilís y de Ramón Cáceres, las causas y consecuencias de la ocupación militar norteamericana de 1916 a 1924, entre otros.
Aunque el profesor Bosch escribió obras importantes sobre temas históricos internacionales, como por ejemplo su monumental estudio sobre la historia del Caribe titulado: “De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe, Frontera Imperial” (1970), así como “Breve historia de los pueblos árabes” (1991), y “Simón Bolívar y la Guerra Social” (1977), entre otras, las cuales comentaré en otras oportunidades, en principio preferí comentar sólo sus publicaciones sobre temas históricos estrictamente nacionales.
Entre la fecunda bibliografía ensayística e historiográfica escrita por el profesor Bosch, cabe resaltar su obra titulada “La Guerra de la Restauración” (1980), la cual constituye uno de los ensayos más ilustrativos que se han escrito sobre esa epopeya histórica dominicana, tanto por las informaciones y datos que ofrece, como por el lúcido análisis económico, social y político que despliega acerca de la sociedad de la época y de las causas, consecuencias y características de ese acontecimiento.
En la citada obra, sustentada en las memorias de la parte española de Santo Domingo del militar español Antonio Peláez de Campomanes –publicada por Emilio Rodríguez Demorizi en “Antecedentes de la Anexión a España”, Ciudad Trujillo, 1955 -, en las memorias del general español José de la Gándara y Navarro: “Anexión y Guerra en Santo Domingo”, (Madrid, 1884), en la obra de José Gabriel García “Compendio de la Historia de Santo Domingo”, en “Historia de la Restauración”, de Pedro María Archambault, así como en las memorias de Gregorio Luperón y en los testimonios de Pedro Francisco Bonó y Alejandro Angulo Guridi, entre otras fuentes, Bosch analiza las causas y consecuencias de la Anexión a España, auspiciada por Pedro Santana y concretizada bajo su gobierno el 18 de marzo de 1861.
La transición de una sociedad hatera, cuyo sector lo encabezaba el caudillo Santana, a una pequeño burguesa compuesta por artesanos, empleados públicos civiles y militares y productores de tabaco, liderada por Buenaventura Báez, constituye uno de los ejes temáticos más interesantes abordados por el autor, quien establece que para 1860 lo único que quedaba del haterismo era la cúspide que venía ejerciendo el poder político desde la independencia de Haití proclamada el 27 de febrero de 1844.
El autor de “Cuentos Escritos en el Exilio”, narra que el estado de miseria pasmosa en que se encontraban los habitantes dominicanos de la época, cuya población adulta se estimaba en 50 mil personas, indujo a la mayoría de ella a apoyar la anexión a España, con la esperanza de que sus condiciones de pobreza extrema mejoraran.
No obstante, lejos de mejorar, la situación material de la mayoría de los dominicanos se agravó luego de que los españoles pasaron a gobernarlos. Más aún, muchos de los líderes militares dominicanos que se habían destacado en la guerra de Independencia fueron degradados y discriminados por los militares españoles que tomaron el control de la nueva provincia española.
Esos dos factores, el deterioro de las condiciones materiales de miseria en que se encontraba la mayoría de la población dominicana, más el mal trato y la discriminación que sufrieron la mayoría de los héroes militares de la Independencia por parte de los españoles, desencadenó dos años y meses después de la Anexión a España, el inicio de la guerra de la Restauración el 16 de agosto de 1863, con el Grito de Capotillo encabezado por Santiago Rodríguez.
Bosch sostiene el criterio que la guerra de la Restauración fue un acontecimiento histórico tan importante o más que el proceso de independencia de Haití, dado que se trató tanto de una guerra de independencia como de liberación nacional, en la que todas las capas sociales dominicanas se integraron para luchar en contra de una potencia económica y militar como España.
El autor también reivindica el papel protagónico del general Gaspar Polanco, de quien refiere que sólo Archambault había reconocido con justicia su importancia previamente, ya que este personaje había sido marginado por los historiadores de ese proceso porque, aunque fue un militar valiente, era analfabeto y su figura se vió empañada por haber ordenado la muerte de José Antonio Salcedo (Pepillo), hecho que algunos autores consideran el primer magnicidio dominicano.
En la guerra de la Restauración también se destacaron otros personajes como Benigno Filomeno de Rojas, Benito Monción, José María Cabral, Pedro Antonio Pimentel, Gregorio Luperón, Ulises Francisco Espaillat y José Contreras, entre otros.
No obstante, previo a la guerra de la Restauración, por órdenes de Pedro Santana había sido fusilado el prócer Francisco del Rosario Sánchez el 4 de julio de 1861, quien encabezó una incursión armada desde Haití en contra de la Anexión.
Del lado español, Pedro Santana, José de La Gándara y José Buceta, fueron tres de sus principales figuras militares. Para comprender el contexto socioeconómico y político de todo este proceso, la obra de Juan Bosch titulada “La Guerra de la Restauración”, constituye una lectura obligada que recomiendo a los lectores de esta columna.
JPM
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fue decisiva la llegada de duarte en marzo de 1864 a montecristi y su travesía hacia santiago de los caballeros, que animó al pueblo a que respaldara a los restauradores. sí, el apoyo haitiano y, más que la debilidad que se le presentaba a españa en otros frentes, el poco interés que desde principios del siglo xvii (diecisiete) le tenía españa a la isla de santo domingo.