Jaime Aristy Escuder retractado o retratado

Si los acusadores de Félix Bautista desanduvieron el camino recorrido, lejos de molestarnos, deberíamos sentirnos complacidos, pues rectificar es de humanos. Lo que nunca debieron hacer los susodichos personajes, fue mostrar tanto desparpajo y “tigueraje de orilla” al momento de explicar el secreto acuerdo, que finalmente fue desvelado por las circunstancias de la politica. De cualquier manera, ya los hechos son de dominio público y de nada vale explicar lo inexplicable. De modo que olvidémonos del desenlace, pues si no se han retractado los protagonistas, por lo menos han sido retratados; y en foto de cuerpo entero. Mejor tratemos de escudriñar en los motivos que tuvo el dúo dinámico para arrepentirse de la aviesa afirmación -considerada calumnia por el senador Bautista- y no entremos en consideraciones de tipo moralista, que en este caso salen sobrando. Todos sabemos perfectamente que base juega cada jugador. De entrada, sólo puedo presumir tres razones para un comportamiento tan insólito en la gente normal, pero tan lógico y hasta predecible entre los amantes de la insidia irresponsable. Veamos las tres posibilidades por separado, para no pecar de estrechez mental en el análisis. La primera Hay quien piensa que la razón del traspié fue el caballero Don Dinero. Esto es, que Félix Bautista les pagó para que desistieran de las acusaciones contra él, o mas bien, que Bautista pagó para terminar un pleito que él estaba ganando. Esto resulta muy cuesta arriba creerlo, dado el caso que quien somete es el propio Senador, y simplemente le habría bastado con abandonar el caso para finiquitarlo. Pero además, el demandante ya ha declarado que él no pagó un centavo para llegar al acuerdo y el propio Jaime Aristy ha reiterado que no recibió dinero alguno por la retirada. Y tiene sentido que así fuera porque Félix Bautista en persona no gana nada con dicho arreglo. Ya toda el agua ha sido derramada y poco importa cuánto vale la copa rota, ni quién la ha de pagar. Sin embargo, y a pesar de la evidencia de los hechos, voy a ser un tanto escéptico y aceptar la posibilidad de que el dinero fuera la causa de la retractación. Si esto fuera cierto, debo concluir que entonces, los dos señores de lenguas tan sueltas -Jaime Aristy y José Ayuso- son tremendos sinvergüenzas; uno en mayor grado que el otro, hay que decirlo. La segunda Pero quizás la huida no fue por dinero sino por miedo, en cuyo caso los sujetos resultan ser dos soberanos cobardes; que debieron tener muy en cuenta la flojera de sus cinturones -porque no me digan que ellos no se conocen a si mismos- antes de darle rienda suelta a su imaginación. En este punto, sin embargo, hay que reconocer que la bellaquería contra Bautista les dejó beneficios pingues, no tanto por el precio del libelo sino, por los aporte de esa gleba política, tonta pero útil. La tercera Y si no fue por miedo ni por dinero, bien pudo haber sido porque reconocieron que todo fue una gran mentira y ante la inminencia de una sentencia adversa, a Jaime Aristy y a José Ayuso se les ocurriera la “avivatada” o mas bien la villanía de sorprender a Félix Bautista, mostrando algún falso arrepentimiento para que les quite el pie del cuello y después -como se evidencia en su declaración posterior- volver a mentir y tratar de mantener el sainete, hasta que suba el telón en mayo de 2016. Como se ve, este último lance del dúo malvado, aunque perseguía escurrir el bulto con el menor ruido posible -algo muy propio de los granujas- intenta también convertir al senador sanjuanero en una especie de portador del virus del ébola, sobre quien debe caer la persecución implacable de la autoridad sanitaria, aislándolo de toda la población para que no contagie y de toda ayuda médica, para que no se cure y en consecuencia muera antes de 2016. Si esta tercera posibilidad fuera cierta, con las implicaciones que conlleva, entonces hemos de admitir que estamos ante una canallada mayor, algo que me resisto a creer de estos dos profesionales. De modo que cual que haya sido el motivo de la retractación legal, Aristy y Ayuso están en una doble encrucijada ante la opinión pública: o son sinvergüenzas, o son cobardes o son vulgares canallas. Yo no tengo la menor idea de cuál de los tres sombreros es que mejor les queda, pero como siempre que albergo dudas recurro a mi amigo Freddy Díaz en busca de la verdad y él me dijo, con el ceño fruncid “Jabalí, déjate de vainas, que tú sabes muy bien que los tres sombreros les quedan perfecto”. Hasta aquí sólo he hablado de mi parecer sobre el caso; y como no hago acusaciones, ni quiero “ensuciarle el agua” a nadie para el 2016, espero que no me demanden. Igualmente, tengo que reconocer que no he oído ni leído lo que piensa y cree José Ayuso sobre el caso, pero como él es el abogado de los dos, supongo que en la retractación quien lleva la voz cantante, no es Jaime sino José. Es posible que a Jaime sólo le haya tocado escribir el prólogo, o tal vez el epílogo de este nuevo libro. Sólo les pido, a los dos, que si me van a demandar, que no lo hagan en Quisqueya, que los pasajes están muy caros; que por favor me demanden en Nueva York, que la “dilatría” a la corte me sale por $2.50 diariamente. rolrobles@hotmail.com

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