Importancia de la vitamina C para su salud
La vitamina C, también conocida en el lenguaje científico como ácido ascórbico, es un nutriente imprescindible para mantenernos en buen estado de salud. Está clasificada como un micronutriente, por tanto, requerimos cantidades pequeñas de ella.
Esta sustancia fue aislada por primera vez en 1928 por Albert Szent-Gyorgyi, un médico húngaro que ganó el Premio Nobel de Medicina en 1937 por sus descubrimientos asociados con los procesos de combustión biológica relacionados con la vitamina C.
Seis años después del Dr. Albert Szent-Gyorgyi haber aislado esta vitamina el Dr. Walter Norman la sintetizó y a partir de ahí se inició la carrera por el control mercadológico mundial de este producto.
Los seres humanos, los monos y los conejillos de Indias no producen vitamina C. Por esta razón necesitan recibirla en la alimentación o por la suplementación. Es un micronutriente muy importante para la producción de colágeno (proteína elaborada por el cuerpo indispensable para la elasticidad y regeneración de los tejidos) y catecolaminas (sustancias que actúan sobre los vasos sanguíneos provocando vasoconstricción, aumento de la resistencia vascular periférica y posible elevación de la presión arterial). Funciona como una gran atrapador de radicales libres. También contribuye a desintoxicar al cuerpo, pues ayuda a eliminar y neutralizar toxinas. Esto es muy valioso para la salud del ser humano.
La mayoría de los animales sintetizan en su hígado vitamina C a partir de la glucosa, ambas tienen una estructura muy parecida.
Muchos investigadores han planteado que es necesario para que la vitamina C actúe de manera correcta contar con la presencia de otros micronutrientes como vitamina E y bioflavonoides.
Un elevado porcentaje de los pacientes con cáncer tiene deficiencia de vitamina C, según un estudio realizado durante 15 años por el Dr. Hugh Riordan. En la misma demostró que esta sustancia tiene acción farmacológica citotóxica selectiva contra células cancerígenas. Esta investigación es tan importante que los Institutos de Salud de Estados Unidos la publicaron hace poco.
La acción beneficiosa de la vitamina C se ha comprobado en cáncer de próstata, colon, páncreas e hígado.
La presencia de moretones en el cuerpo, sangrado nasal, piel y pelo secos, son signos de que tenemos deficiencia de esta vitamina. También cuando hay una cicatrización insatisfactoria e infecciones frecuentes, entre otros factores, debemos sospechar que los niveles de ácido ascórbico están bajos.
Hemos pensado por mucho tiempo que el limón, la naranja, mandarina, chinola y carambola, son buena fuente de vitamina C; pero esto no es cierto, sobre todo cuando lo comparamos con la cantidad de ácido ascórbico presente en la cereza que contiene más de 1600 miligramos por 100 gramos de peso, es una de las mejores fuentes de este micronutriente.
El mango maduro contiene 53 miligramos y el verde reporta más del doble, 128 miligramos por 100 gramos de peso.
La guayaba contiene 183 miligramos, más del doble de vitamina C que el limón (77 miligramos).
Hay alimentos que pensamos tienen poca cantidad de ácido ascórbico y sin embargo, aportan más de 50 mgs como la lechosa, piña, fresa, repollo y brócoli. Mientras que encontramos menor proporción de ésta por 100 gramos de peso en el coliflor, tomate, aji, chinola, guineo maduro, aguacate, melón carambola y mandarina.
Se aconseja no pasar de 2 mil miligramos al día de esta vitamina en los adultos, aunque los requerimientos diarios recomendados por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos de Norteamérica no deben superar los 200 mgs al día, pero podemos variar esta cantidad de acuerdo a las necesidades de la persona.
jpm
muy interesante…
muy interesante…