Haití: caldera a punto de reventar (OPINION)

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El autor es presidente del Partido Verde de la Unidad Democrática (PVUD). Reside en Santo Domingo

POR JULIO A ALTAGRACIA G

Como algo invariable Haití y RD, son parte de una pequeña isla, con una frontera grande, y con profundas diferencias culturales, económicas, políticas, religiosas y sociales. Con una historia repleta de hechos y sentimientos que nos adversan y nos separan irremisiblemente. Ellos con un patriotismo que rebosa los límites de la prudencia y nosotros competimos con ellos en ese orden. Ellos necesitan de nosotros y lo saben, pero resienten y rechazan nuestra colaboración y ayuda aun cuando se vean obligados a aceptarlas por las circunstancias que les afectan.

La independencia de la Republica de Haití, fue lograda y proclamada 43 años antes que a la de la Republica Dominicana, sin embargo, es una las naciones del mundo con mayores niveles de atraso. Viven más atrasados que muchas de las tribus del continente africano. Haití no solo es un Estado Fallido, es un Estado en Proceso de desintegración, donde no funcionan ningunas de sus instituciones, ni Poderes Organizados.

No hay autoridad competente y se impone la Ley del Talión, dividido en pedazos o regiones en poder de bandas de delincuentes donde se impone el más fuerte, donde el contrabando y los secuestros son la principal fuente de ingreso.

Vivir en Haití en estos momentos es lo mismo que vivir en el infierno y salir de allí es el deseo y la meta como solución de la inmensa mayoría de los haitianos. En ninguna parte lo quieren, comenzando por nosotros, por las enormes diferencias culturales y de comportamientos, no compatibles con ninguna otra nación del mundo.

Ellos son exclusivos. Los haitianos son tan difíciles para convivir con ellos, que ni ellos mismo se aceptan unos con otros, ni consigo mismos. Pero son nuestros vecinos territorialmente hablando, separado por una frontera con más de 300km de un lado hacia a otro.

La cantidad de haitianos residentes en RD, legal e ilegalmente, es indeterminada, pero son muchos y el numero crece cada día por controles limitados y el negocio que implica con mafias organizadas y amparadas por la corrupción, entronizada desde años atrás, con tentáculos a ambos lados y con el argumento, quizás con algo de fundamento, de la necesidad de los haitianos de manera imprescindible en labores de desarrollo, que los dominicanos se niegan a realizar, como es el caso de la construcción y las labores agrícolas.

Ponderando el cuadro, con su historia, que hemos presentado sucintamente, convertida esa nación en una caldera a punto de reventar y cuyos efectos nos tocarían de inmediato.  ¿Qué podemos hacer? ¿Qué debemos hacer? La respuesta no es fácil, sobre todo teniendo las opiniones divididas, sin embargo, debemos admitir y reconocer que el Presidente Luis Abinader ha asumido ese problema con marcada valentía y responsabilidad como política migratoria en general y como solución a la situación del momento de manera particular.

La construcción del muro fronterizo, iniciado por este gobierno y en desarrollo contra viento y marea, es una realidad en la Republica Dominicana, como solución definitiva a las migraciones ilegales que tanto nos afectan. Los controles migratorios y las deportaciones de ilegales se llevan a cabo día a día, dentro de los parámetros que permiten razones sociales y humanitarias y tal vez hasta de indoles económicas por la necesidad de manos de obra que en gran medida contribuyen al desarrollo de nuestro país.

Por otro lado, el Presidente Luis Abinader y su Ministro de Relaciones Exteriores, se han convertido en los Fray Antón de Montesino, de estos tiempos, clamando permanentemente y con insistencia por la atención a los acusantes problemas de la nación haitiana, ante todos los foros internacionales, donde le ha tocado participar desde que asumió la Presidencia de la Republica.

El Presidente Abinader ha sido claro y responsable ante la Comunidad Internacional, en cuanto a que a la Republica Dominicana, no está en capacidad, ni podrá ser nunca la solución para los problemas de Haití, sin embargo, la respuesta de la Comunidad Internacional ha sido muy tímida, casi nula hasta ahora, aunque debemos ser conscientes que cualquier solución que se implemente en ese país, debe salir o ser planteada por los propios haitianos. Solo ellos tienen en sus manos la iniciativa y esta debe ser clara, precisa, realizable y responsable.

Nuestro Partido el PVUD, pregunta: ¿Qué otra cosa puede hacer el Gobierno Dominicano, parara encarar la crisis y consecuencia de Haití, que no sea lo que se está haciendo en estos momentos?

Aparentemente, la Comunidad Internacional y el desorden que imperan en Haití no nos está dejando otra opción que CERRAR Y SELLAR LA FRONTERA y unir voluntades y responsabilidades en apoyo militante a todas las acciones que en ese sentido asuma el Presidente Luis Abinader y las autoridades de la nación.

jpm-am

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Luis De New York
Luis De New York
2 Años hace

sr.julio.usted se esta haciendo el chivo loco,o es ignorante?usted esta hablando de sellar la frontera.usted sabe lo que representa haití para rd? haití es el segundo socio económico de la rd. estamos hablando de un renglón de la economía de rd.no hable muy duro del choque cultural de los haitianos. los dominicanos somos 3.5m y hay un grupito entre nosotros,que no lo quiere nadie,si usted quiere prueba de lo dicho, pregúntele a los españoles.