Guillermo, Minou, Guadalupe, Narciso, Max y demás aliados, perderán por partida doble

Los resultados en primera y segunda vuelta de las elecciones chilenas efectuadas en diciembre de 2009 y en enero del 2010, en la que una oposición divida permitió el triunfo del derechista Sebastián Piñera Echenique, están ahí para ejemplo de lo que puede suceder en mayo del 2016 en nuestra República Dominicana, si la oposición dominicana se aboca a enfrentarse divida a Danilo Medina y su millonaria maquinaria corporativa y clientelista.   En aquellas elecciones chilenas, los llamados socialistas e izquierdistas, cuando se decidieron ir por separado en ambas vueltas, lo hicieron, invocando los mismos argumentos que hoy invocan para no unirse al PRM, Guillermo Moreno, Minou Tavares, Guadalupe Valdez, Narciso Isa Conde, Max Puig y los demás integrantes del tercer frente, coalición o bloque de oposición denominado, “Alianza Electoral Para El Cambio Democrático”.  Estos aliados, justifican su alianza en el tercer frente o polo referido, alegando que el PRM es un Partido tradicional, que plantea llegar al poder, nadas mas en base a la repartición de cargos.

Si se compara el caso chileno aludido, con el caso dominicano del presente, se verá la sorprendente similitud entre ambas situaciones, pese a las diferencias de espacio y tiempo de tal acontecimiento, por lo que se puede predecir sin mayores esfuerzos, que de persistir la irracionalidad de ir por separado a las elecciones del 2016, la derrota de la oposición podría devenir en aplastante.

En la primera vuelta de las elecciones chilenas que nos ocupa, Eduardo Frei, candidato de la Concertación», sacó el 29,60 %.  Marco Enríquez-Ominami, de «Nueva Mayoría para Chile», logró el 20,14%.  Jorge Arrate, de «Juntos Podemos Más», obtuvo el 6,21%, y Sebastián Piñera, de «Coalición por el Cambio», alcanzó el 44,06% de las votaciones.   En la segunda vuelta, Sebastián Piña sacó el 51,61 % de los votos y Eduardo Frei el 48,39.  Esos números revelan claramente, que si la oposición hubiese optado por unirse, hubiesen ganado la presidencia en primera vuelta.  En la segunda vuelta, tampoco lograron ganarle a Piñera, porque la división persistió, pese a lo claramente que se veía la derrota, de no apoyar unánimemente al candidato oficialista Eduardo Frei.

 En este caso chileno, primaron más los egos e intereses particulares, que los intereses de la patria. ¿Estará en estos momentos aconteciendo lo mismo en la República Dominicana, con la oposición a Danilo Medina?  ¿De triunfar la reelección, cuál sería la suerte de Guillermo Moreno, Minou Tavarez, Guadalupe Valdez, Narciso Isa Conde, Max Puig, Fidelio Despradel y los demás integrantes de esa coalición opositora? ¿Acaso no correrán la misma suerte de anonimato, que los chilenos Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate?

Planteo las interrogantes anteriores, porque como es sabido, una de las razones por la que Guillermo Moreno, no accede a la unificación con el PRM, es,  porque tras bastidores, alega cuidar su futuro político, por lo que se puede deducir, que el antepone su interés personal, al futuro de la patria.  Ciertamente no puede esgrimir, como valido su ya manido argumento, de que el PRM responde a un Partido tradicional de repartición de cargos, porque él sabe que el PRM tiene un programa de gobierno que no difiere, en los puntos esenciales, de los de su Partido. Reconocemos en la persona de Guillermo Moreno, sus meritos en contra de la corrupción, pero no vemos la diferencia política, entre nuestro candidato Luis Abinader y él, como hombres del sistema.  Tampoco veo las diferencias morales y éticas, entre ambos líderes.

 Nuestra querida Minou Tavarez Mirabal, yerra

A Minou, tenemos que amarla, cuidarla, mimarla y hasta consentirla a fuerza de vincularla con sus padres.  No es posible amar a sus progenitores sin amarla a ella, no obstante, en este momento tan especial que vive nuestra patria, es necesario hacer algunas puntualizaciones sobre una situación en la que creemos, ella yerra. Me refiero a la coincidencia con sus aliados, para forma un tercer frente antirreleccionistas, segregado del PRM y la Convergencia, para -según ellos- llegar al poder en el 2016, con actores impolutos en el ejercicio del poder.

Actualmente, tanto el PRM y la Convergencia como el Tercer Frente integrado por los personajes anteriormente referidos, buscan derrotar la reelección de Danilo Medina y con ello desplazar al PLD y al peledeismo del poder.  Sin embargo, todos sabemos que sin la unión monolítica de toda la oposición, ese supremo objetivo no es posible, o se hace muy cuesta arriba.  Entonces, siendo así, ¿por qué esta división?  Pero también, ¿por qué llegar al extremo de tipificar al PRM y la Convergencia de manzanas podridas?, que por podridas, se hace imposible una alianza coyuntural, que permita sacar al PLD del poder.  Con esta tipificación, irónicamente parece ser, como si de nuevo se estuviese reeditando la tesis clasista que sustentó el peledeismo primigenio, al dividir el país, entre peledeistas puros e incorruptibles y corruptos para todos los demás.

Minou, quien también es acrítica al sistema, se muestra arrogante y con aire de superioridad moral frente a los perremeistas y a los miembros de la Convergencia, enarbolando unos principios revolucionarios que hasta hace poco no le conocíamos.  En este contexto, es bueno que ella reflexione en el hecho, que hasta hace poco, ella fue parte y beneficiaria, de ese peledeismo corrupto que ha mancillado la República.  Que ella no olvide, que puso grandes empeños en la consolidación de ese Partido corporativo.  Que tenga en cuenta, que ella abandonó el barco peledeista cuando ya la corrupción había llegado hasta el asco, para que ahora se crea con igualdad de meritos a los revolucionarios que han defendido nuestra patria a costa de grandes sacrificios, incluyendo a aquellos que han derramado su sangre.  En este tenor, es cuestionable aceptar como bueno y válido, que ella con su pobre prontuario político se sienta con la calidad moral y méritos revolucionarios para descalificar a los que hoy militando en el PRM y la Convergencia, hemos mantenido una línea política de combate, no solo al peledeismo perverso, sino también a los demás perversos que han desgobernando nuestra patria, honrando con ello la memoria y el sacrificio de nuestros héroes, heroínas y mártires.

Resulta paradójico, que ahora, lo que hemos combatido al PLD, no podamos unirnos a antiguos peledeistas, hoy disidentes, para combatir junto a ellos, a un PLD que se ha tornado en un peligro mayor para la existencia de la República Dominicana.

Ante este absurdo, proclamo, que nuestra Minou anda equivocada en eso de erguirse como una autoridad moral y revolucionaria por sobre los demás, y que por ello venga a rechazar unirse a los perremeistas y la Convergencia en la forma errática que lo hace.  Sepa ella, que en el PRM y la Convergencia, existe un amplísimo conglomerado social, que por su entereza y sus luchas a favor de la patria, merece un trato de consideración y respeto, no de rechazo y de las descalificaciones que ella desparrama por doquier.

Como parte de esta historia política, anexo el enlace donde se puede ver a nuestra Minou, loando a Leonel Fernández, cosa que nunca hicimos, lo que hoy ella rechaza para una alianza antirreleccionista, que además produzca un cambio positivo para el país.

https://www.youtube.com/watch?v=g8BJHSHhI84

De mi admirado, querido y respetado Narciso Isa Conde, no tengo mucho que decir.  Su tendencia a luchar en solitario y fragmentado, son características patológica de la izquierda dominicana.  El, al negar integrarse al PRM, no está incurriendo en nada nuevo, sino, en reproducir esa conducta que es recurrente en todos los procesos electorales, que dicho sea de paso, lo ha llevado a permanecer aislado y distante de las preferencias electorales del pueblo, que por otro lado, lo estima y respeta en base a los meritos revolucionarios, intelectuales y morales, que que les son propios, apuntalados por un ejercicio político, coherente con sus principios y pensamiento político.

De Guadalupe Valdez, tengo poco que referir, ella, me consta, actúa con las mejores intenciones, que es lo que cuenta para un juicio de fondo donde se dirima la culpabilidad; pero para los reales resultados, las verdaderas intenciones no cuentan, sino los hechos mismos, y los resultados, de ella seguir por ese camino, son predecibles sin mayores esfuerzos, por lo que, las nefastas consecuencias que deriven de sus acciones, serán tomados en cuenta para condenarla al ostracismo, sin tomar en cuenta sus reales propósitos e intenciones.

Ahora bien… en la última línea del segundo párrafo de este articulo, dejo entrever que la derrota de la oposición podría devenir en aplastante, si estos aliancistas persisten en ir solos a las elecciones a celebrarse en mayo del 2016.   Nótese que señalo, «podría», o sea, no aseguro, que la derrota del PRM y la Convergencia sea inevitable.  Hago esta observación, porque los pueblos son impredecibles, consiguientemente, podría suceder, y es lo más seguro, que nuestro pueblo «jarto» del putrefacto PLD, le dé por unirse al Partido que ofrezca la mayor seguridad de un cambio de gobierno para un porvenir mas venturoso, en este caso, el PRM y la Convergencia de Partidos, sobre la base de implementar un Proyecto de Nación que rescate nuestro país del oprobio en que lo ha sumido el peledeismo.  Esta decisión puede resultar en una victoria aplastante del PRM y la Convergencia, circunstancia esta, en la que, hasta pierdan la personería jurídica ante la Junta Central Electoral, los que no quisieron unirse a nosotros, porque nos consideran una agrupación mas de ladrones y corruptos que tan solo buscan llegar al poder por puestos, canonjías y privilegios.  En consecuencia, ante un buen gobierno de Luis Abinader, todos ellos vendrían al ostracismo y al descredito, como hoy lo están los chilenos, Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate.

Cabe analizar aquí, las razones del porqué Dilma Ruosseff, no ganó en la primera vuelta, sino en la segunda, con lo que también, en el caso dominicano, esa experiencia de Brasil, ante unos resultados predecibles en la misma línea que los de aquel gigante país, nos invita a actuar con sentido común, con desprendimiento, y con grandeza de espíritu, para que desde ya, nos unamos para ganar en primera vuelta, lo que  evitaría al país el trauma de una costosísima y fastidiosa segunda vuelta electoral, con lo que no solo ganaría el pueblo, sino también, todos los actores políticos que participarán en esa contienda por venir.

Los protagonistas del tercer frente, polo o coalición denominados «Alianza Electoral para un cambio Democrático», por las razones que ellos esgrimen, han descartado unirse al PRM.  Que sepan ellos, que con este irse en solitario, solo están haciendo del papel que favorece la sentencia: divide y vencerás.  Lo axiomático de esta sentencia, para el triunfo de la reelección es tan cierta, que solo personas con un grado inconcebible de obtusamiento, puede creer en resultados contrarios.

Sería triste, bochornoso y hasta perverso, que la reelección triunfara, porque se le haya hecho el juego, favoreciendo la misma con la división de las fuerzas, que unidas indefectiblemente la derrotarían.  En este contexto, una vez más me uno a las voces de alerta, que con ríspidos comentarios a los protagonistas de esa división, están con la misma brindando en bandeja de plata a Danilo Medina y al peledeismo de las tinieblas, las condiciones que se requieren para el triunfo de ellos.

Por Dios, por nuestro pueblo, por nosotros mismos, pensemos en nuestra patria.  Dejemos el egocentrismo, y al efecto, actuemos en correspondencia con lo mejor que a la nación convenga, no en favor de nuestros intereses personales.  Aun hay tiempo para rectificar y evitar que tengamos que ir a llorar al muro de las lamentaciones, por haber tomado el camino equivocado, que solo nos conducirá a la derrota, y con ello al ostracismo y al desprecio de los culpables, por parte de las presentes y futuras generaciones.  En esta hora, nuestro pueblo espera por todos nosotros.  No pierdan ustedes, por partida doble, la maravillosa oportunidad que tenemos por delante para hacer el necesario cambio de gobierno que nuestra patria amerita con urgencia, y que ese anhelo se tronche, tan solo porque no nos esforcemos en ver más allá del horizonte y porque no depongamos actitudes fatalmente egocéntricas.