Gonzalo Castillo, la nueva cara del danilismo y favorito a la candidatura presidencia
“El cambio es ley de vida. Cualquiera que solo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro” manifestaba el que fuera presidente y aún hoy leyenda de Estados Unidos John F. Kennedy.
Vivimos un momento de ebullición en nuestra sociedad y política, sola una cosa es segura: nada volverá a ser como antes.
Nos quedan muchas interrogantes por despejar ante un futuro incierto que a veces puede asustar, pero al mismo tiempo representa la esperanza de culminar muchos de los cambios que ya se están gestando.
La tendencia de los votantes indica la demanda por una renovación, por caras nuevas en los partidos.
Hace falta la renovación de los cuadros políticos, el relevo en las alcaldías, los diputados, senadores que llegaron ahí como para quedarse a pesar de que su trabajo lo haya hecho merecedor del reconocimiento ciudadano. Es lo que se percibe en la población.
Sí, hay nuevos, y tienen la calidad necesaria para ocupar esas posiciones, con apoyo financiero, sus ideas y propuestas llegan, conmueven a los votantes.
Es necesario que salgan a la palestra pública personas correctas, honorables, que se comprometan con el servicio público y respondan a las expectativas de una mejor calidad de vida y una clase política honesta, responsable, seria, desinteresada.
Necesitamos caras nuevas.
En las últimas semanas han dado mucho que hablar un rostro fresco en la escena política, Gonzalo castillo, eficiente Ministro de Obras Públicas, precandidato a la presidencia por el PLD.
Va en un ascenso meteórico que podría convertirlo en el candidato presidencial del PLD.
Entre sus compañeros de grupo, danilismo, que aspiran a ser electo candidato presidencial, se dice que ya las encuestas lo develan en primer lugar.
Parece que el relevo generacional no es un mito o una quimera que siempre se saca en los discursos pero que jamás llega.
Ya está aquí.
Las próximas elecciones del 2020 darán buena cuenta de ello.
El PLD podría ser el partido que no repetirá candidato presidencial.
Esa vocería de cambio en la política y los partidos fue proclama desde hace año por el nuevo líder del PRD, Miguel Vargas. Ha pagado un alto precio, pero sigue firme en ese propósito, así lo vemos en la sociedad en el relevo de empresas, instituciones y también partidos políticos que entienden las cosas de forma distinta en aras de recuperar el crédito; es la necesidad de hacer una nueva política.
¡Cuánta razón tenía Miguel Vargas!
Él lo viene aplicando en su partido, ese cambio no responde a un simple formalismo o lavado de cara sino a un trabajo de fondo, este relevo por su carácter también generacional viene acompañado de nuevas caras.
Es la búsqueda de ciudadanos sobradamente preparados con virtudes más allá de la política y que ejemplifican el sueño de una democracia más participativa.
Estamos condicionado por el auge de las nuevas tecnologías la apertura de nuevos canales de comunicación obliga de cara a una sociedad casi de vuelta de todo a una interacción más directa y humana.
El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, marcó un precedente en la concepción del nuevo perfil orientado también como político 2.0.
La impronta mediática de estos nuevos políticos hace que dominen la escena de los distintos formatos de su comunicación y su lenguaje, el marketing personal y cuidado de su imagen en coherencia.
¿Se impondrá Gonzalo Castillo, será candidato del PLD a la presidencia, es la nueva cara que esperemos, llegara también una nueva forma de hacer política?
Primero, tendrá que demostrar en las encuestas del danilismo que es el favorito frente a los demás de esa corriente que aspira, y de ser así, le faltara ganar las primarias al líder, al tres veces presidente Leonel Fernández, quien aspita nueva vez ser candidato presidencial.
La primera parte se sabrá a principios de septiembre, la segunda, el tiempo dirá si los peledeistas y los que voten en su primaria desean caras nuevas, cambio en ese partido.
¡Su suerte está echada!