Golpes de Estado, crímenes y producción

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santiago.

Cuando se comenzó lo que se consideró como un gran bloque de gobernantes liberales de América Latina, a partir del 2004, advertimos del peligro que conllevaba lo que se podía estimar como una resistencia al poder norteamericano, el cual es el mismo defensor de sus intereses, esté en el poder un demócrata como un republicano, que controla una moneda, que aunque no tenga respaldo en la Reserva Federal, nadie  devuelve sus dólares en el mundo por falta de fondo.

Estamos seguros de que muchos recordarán que le advertimos al entonces Presidente Leonel Fernández Reyna, cuando en su gobierno se comenzó a hablar, en 1998, de privatizar las empresas del Estado, que de hacerse, se quedaría sin éstas y muy por el contrario, tendría que permanecer pagando subsidios al sector eléctrico sin beneficios para los usuarios. ¡Y así está ocurriendo!

Y también sé que muchos recordarán que escribimos que la Ley que incrementa la penalidad a los hombres que agreden a sus esposas o compañeras sentimentales, se convertiría en un negocio económico para determinados jueces, fiscales, abogados o alguaciles, no para disminuir los femenicidios. ¡Y está sucediendo!

Podemos decir que Estados Unidos, que tiene los “juegos muy pesados en materia política”, derribó a casi todos los gobernantes que de una u otra manera, exhibieron cierta independencia de criterios de ese extraordinario poder.

Del grupo de los gobernantes liberables, sólo queda Nicolás Maduro, de Venezuela. El último en sacar de la Presidencia, luego de haber ganado las elecciones recientes, es Evo Morales, de Bolivia. Evo, atendiendo a una solicitud de la Organización de Estados Americanos (OEA), ordenó nuevas elecciones, pero fueron rechazadas por la oposición, que parece no tenía capacidad para ganarle nuevamente al mandatario,

Rechazó el anuncio y se produjo el golpe de Estado, que también se llevó al ministro de las Fuerzas Armadas, general Javier Zavaleta, al comandante general de la Policía, Yuri Calderón, u otros altos funcionarios.


Eso indica que Evo Morales descuidó las principales atenciones de los soldados, como ocurrió con la mayoría de los demás regímenes, los cuales-no hay ninguna duda-obedecieron a poderes extranjeros. Los gobiernos democráticos deben “crear” militares y policiales en cada región, ayudándolos a resolver parte de los principales problemas de los soldados, no sólo tenerlos para la defensa, sin que éstos se sientan comprometidos con la democracia. ¡Como lo está haciendo el Presidente Medina!

Los otros ex gobernantes, en desgracia con el poder norteamericano desde que dirigían a sus respectivos países, son Rafael Carrea, de Ecuador, Luíz Inácio Lula da Silva, que acaba de recobrar su libertad en Brasil, Dilma Rousseff, que fue obligada a renunciar de la Presidencia, Leonel Fernández, de la República Dominicana, que salió después de dirigir la nación por 12 años, y Cristina Fernández, también bajada del poder por presiones extranjeras.

No se descarta que algún sector de Estados Unidos  tuviera involucrado  en la campaña “sucia” que se materializó en contra del ex Presidente Fernández.  A esos gobernantes liberales se le suma el fallecido coronel Hugo Rafael Chávez Frías, un hombre de pueblo que resistió la injerencia internacional, pero que también fue un gobernante conciliador, que no sólo ayudó al desarrollo de la clase más pobre de Venezuela, sino un colaborador de los gobiernos latinoamericanos a través del petróleo de su país.

Chávez Frías murió en el poder afectado de cáncer. El último que todavía resiste a las presiones internacionales, es el Presidente Nicolás Maduro. Todas esas presiones están relacionadas con el comercio más que con el militarismo, pero la caída de Evo Morales podría aumentar el riesgo en su contra.

Antes no tenían ninguna injerencia en América Latina Rusia ni China. Hoy, esas potencias están negociando en esa zona, que antes era casi exclusiva de Estados Unidos.

En el caso de República Dominicana, tenemos que admitir que somos una nación que bien se puede decir que es un patio de Estados Unidos, por la cercanía, más cerca de aquí a Nueva York, que de esa última ciudad a Boston. Y eso motiva que millones de dominicanos vivan en Estados Unidos y parte de nuestra economía dependa de esa gran nación.

Esos vínculos entre dominicanos y norteamericanos son muy fuertes, aunque como padre e hijo, en algunas ocasiones se pelean. Es por esa razón que cuando se origina alguna disidencia de un gobernante dominicano con el norteamericano, las tensiones son más fuertes.

¡Todo por el comercio!

Con respecto a los femenicidios, muchas veces acompañados de los  suicidios de los victimarios, demuestra que ese gravísimo problema no se soluciona con más prisión para los hombres, sino que hace falta más orientación.

Como la Ley de castigo a los hombres eliminó otra que era para la conciliación y la ayuda conyugal, que salvó muchos matrimonios formales o informales, se requiere de una legislación que motive la buena orientación de la familia, con seminarios, charlas en las escuelas, los Juzgados, clubes y otros lugares.

¡No es haciendo caminatas contra la violencia de género! Lo primero es concientizar a damas y hombres. Hace unos días observé una caminata del Albergue Santiago Apóstol, en contra de la violencia y se me ocurrió preguntarle a un estudiante participante, cuál era el motivo. Él me dijo es en contra de la violencia de género.

A quienes hay que educar, primero, en contra de la violencia, es a los padres y madres de las familias. Si se forman nuestros niños en los hogares, diciéndoles nunca agredas a una dama, tenga o no razón, entonces estaremos disminuyendo los femenicidios o la criminalidad en su conjunto.

En materia económica, el gobierno debe luchar por restablecer la producción azucarera al máximo y convertir al país en un gran exportador del dulce, como era antes, dejando a un lado la errada capitalización de parte de las tierras cañeras del Estado, que no están dando buenos resultados para el gobierno. ¡Un gran fracaso!

Lo mismo ocurre con la capitalización del sector eléctrico, que es como un tanque sin fondo. El gobierno toma muchos millones de dólares para fortalecer al sector eléctrico, pero siempre hay que subsidiar la generación de energía semi-privada. ¿En qué estamos?

No se debe invertir el dinero del pueblo en empresas para pasarlas al sector privado. Hay que aprobar cuántas leyes de incentivos sean necesarias, pero para que el sector privado invierta su dinero. ¡No castigar a los consumidores con impuestos, para que también tengan que pagar ese servicio más caro.

No, a partir de ya, las plantas eléctricas construidas por el Estado, deben quedar bajo la dirección de éste, para así estabilizar los precios de ese servicio. ¡No ceder a las presiones malignas!

Los éxitos logrados por el gobierno del Presidente Danilo Medina en los sectores agropecuario, industrial, agroindustrial, salud, deporte, agua, educación y de creación de empleos, deben fortalecer su política en el área de la energía eléctrica estatal.

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