Fusilamiento en Baní
El presidente Danilo Medina sabe que la policía está violentando el derecho a la dignidad humana consagrado en la Constitución del 2010 y el derecho fundamental a la integridad física cuando fusila a personas o supuestos delincuentes en los famosos intercambios de disparos pero al igual que Leonel no hace nada para detenerlos.
El fusilamiento de dos personas queridas por la comunidad de parte de la policía dirigida por el General de Brigada Juan Gerónimo Brown Pérez en Baní ha causado amplias protestas en ciudadanos de Sombrero y El Llano.
De no haber consecuencias contra los responsables directos e indirectos, podría servir para acusaciones de violaciones a los derechos fundamentales contra el presidente.
La muerte de estas personas quienes pasaron en el momento y por el sitio equivocado ha consternado a toda la población dominicana porque podríamos estar ante el regreso de los tiempos de la dictadura balaguerista de matar primero y averiguar después.
Otra vez la policía quiso engañar a la ciudadanía con los famosos intercambios de disparos y la coartada de sacarles las fichas delincuenciales a los muertos lo que se ha convertido prácticamente en la legalización de la pena de muerte en nuestro país.
Pero se le fue el tiro por la culata porque ninguna de las víctimas portaba armas de fuego y tampoco la PN pudo demostrar el seguimiento a las personas abatidas, ni tenía la grabación de la trama ni presentó la denuncia de la victima del supuesto atraco.
Mientras tengamos al general Brown Perez en la jefatura de Baní habrán cosas peores. Su conducta ha sido cuestionable en la Policía Nacional. No solo fue acusado en Cotuí cuando era Director de Barrio Seguro de ultrajar y humillar a varias personas a quienes hincó por mucho tiempo en el suelo, sino también fue denunciado por una abogada de La Romana por abusos policiales en Mayo de este año.
La policía no puede seguir actuando a la ligera en su deber de proteger e imponer el orden. Debe actuar por flagrante delito, llamadas telefónicas o investigaciones serias, creíble y demostrable de que está en marcha la ocurrencia de un supuesto hecho delictivo.
Miembros de esta institución en Enero 2016 mataron a presuntos delincuentes que tenían en zozobra a los moradores de la parte sur de Baní en un intercambio de disparos que fue muy difundido porque el Senador Wilton Guerrero pagó $ 100 mil a los agentes que actuaron pero que luego se comprobó que se trató de ejecuciones sumarias.
Aunque la población está indignada por este crimen y está pidiendo que se castiguen a los culpables y aunque la procuraduria ha ordenado una investigación, la realidad es que ya nadie cree ni en la policía ni en la procuraduria porque son cómplices del delito.
En nuestro país la vida de un pobre no vale nada. La policía no puede seguir protegiendo a los ricos y matando a los desafortunados. Debe perseguir a los delincuentes sin importar su estatus social con el fin de apresarlos, identificar a los autores intelectuales, acusarlos y condenarlos en caso de hallarlos culpables.
Ayer fueron esos supuestos delincuentes que cayeron acribillado por la policía en el sur de Baní, hoy fueron estos queridos compueblanos fusilados por estos policías abusadores y corruptos pero mañana puede ser cualquiera de nosotros que caiga en las redes criminales de esta policía mafiosa, mal entrenada, mal pagada y que constituye una verguenza para los dominicanos que aspiramos a un mejor país.
El actual Director de la Policía por sus cúmulos de desaciertos ha demostrado que no está preparado para dirigir esta institución. La PN requiere de cambios profundos pero sobre todo de una profilaxis completa, por una nueva policía, mejor pagada, más humana, más respetuosa y con la cual el ciudadano se siente seguro y protegido.
Si el presidente no destituye al Director de la PN, Nelson Peguero Paredes, el responsables por estas violaciones de los derechos a la integridad física en Bani y en el país será el propio presidente porque es el jefe de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas de RD.
jpm
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