Francisco y su abuelo
Un joven residente en San Carlos llamado Francisco, le comentó a su abuelo que en la clase de historia, se habló de la época de Joaquín Balaguer. El profesor expresó que las víctimas de los hechos de sangre de los gobiernos encabezados por él eran casi siempre jóvenes, debido a los ideales que profesaban. El auelo le manifestó: “Nosotros luchábamos por una causa justa, la cual consistía en sacar del poder a un remanente de la dictadura funesta de Trujillo que era Joaquín Balaguer, y finalmente lo logramos “.
Francisco preguntó entonces por qué siguen cayendo asesinados tantos jóvenes.
De manera sorprendente, el abuelo reacciona le dice que las personas que han sustituido a ese señor no se han encargado de transformar nuestra sociedad; sino de desordenarla.
Y agrega: “Muestra de ello eres tú, que gracias a nuestra enseñanza familiar, hoy estás terminando el bachillerato, mientras otros de tus amigos están inmersos en la delincuencia y las drogas, obviando el estudio, como la única herramienta para sacar el país hacia adelante”.
El joven señala que cada día más amigos suyos dejan de asistir a las aulas, y muchos de los que asisten no hacen nada”. El abuelo, con mucha tristeza, le expresa: “Hijo, cada día pienso si valió la pena nuestras luchas por una sociedad más justa y con profundo lamento cada día que transcurre me siento mas arrepentido de las batallas que como joven libré”.
Vuelve Francisco a cuestionar a su abuelo, y le pregunta: “abuelo, entonces ¿Qué vamos a hacer para que mis amigos estudien y no sigan consumiendo drogas”?
El abuelo, mirando hacia abajo, le responde: “Francisco la solución es irnos de nuestro país”. Entonces el joven le expresa al abuelo: “Yo quiero luchar como tú”. , el padre le responde, “hijo, las luchas en nuestro país conducen a la soledad. Muestra de ello es mi situación hoy en día y la del insigne patricio Juan Pablo Duarte, quien murió en soledad y padeciendo serios quebrantos de salud.
Esta historia debe poner a reflexionar a todo el pueblo dominicano, pues es un retrato de lo que se está viviendo.
Debemos de luchar e involucrarnos, ya que, si no lo hacemos, cada día estaremos más solos. No podemos continuar traicionando la memoria histórica. Debemos poner su memoria en alto.