Fin de la ¨pachanga¨
Luego de terminada la ¨pachanga¨, (que es el baile, diversión, jolgorio ruidoso y desordenado) propio de las celebraciones de las fiestas de Noche Buena, Navidad y Año Nuevo; es menester comenzar a trabajar con urgencia en la cohabitación y la unidad de la sociedad dominicana.
Hago el planteamiento a propósito de que observo que la mayoría de los actores sociales, económicos y políticos de la República Dominicana vienen experimentado una tendencia odiosa hacia la confrontación y disidencia.
El choque de las ideas y las visiones diferentes sobre un tema determinado entre los colectivos que interactúan en un sistema democrático es comprensible, pero de ahí a mantener posiciones irreconciliables pienso que no es inteligente ni mucho menos conveniente para el país.
Independientemente de los intereses particulares, ambiciones, ideas políticas diferentes, creencias y particularidades que tengan esos grupos, al país no se le debe tener sometido a los niveles de estrés padecidos el año que acaba de transcurrir.
Ni el Gobierno, empresarios, líderes religiosos, económicos, políticos, y sociales, pueden abrogarse el derecho de mantener en zozobra y contrariado a una mayoría de dominicanos que lo que espera de ellos es la reconciliación y la convivencia pacífica y civilizada.
Y que no me vengan con la solfa, de que eso es una expresión rutinaria de la lucha por el poder y la política, que lo que vivimos no es más que un comportamiento dialéctico del actual contexto global y local.
De lo que se trata, amigos lectores, es de una inmadurez e infantilismo político, empresarial y social del liderazgo nacional, el cual parece no darse cuenta de las amenazas externas que ciernen sobre los cielos de la República Dominicana.
Aquí hay que reclamar y exigir cohesión y unidad nacional, ahora más que nunca antes; ya que los movimientos geopolíticos que pudieran producirse en lo adelante podrían llevarse de paro la economía, estabilidad política y la democracia dominicana. ¿O es qué no se están dando cuenta?.
JPM