ESPAÑA: Condecoran empresario dominicano
MADRID.- El empresario domínico-español José Manuel González Corripio recibió la Orden Comendador al Mérito Civil otorgada por el rey español, Felipe VI, en reconocimiento a su extensa y fructífera trayectoria de trabajo, dedicación y por «acciones que honran el nombre de España en el mundo».
La entrega de la medalla y pergamino estuvo a cargo del embajador de España en Santo Domingo, Jaime Lacadena, en una ceremonia efectuada en esa sede diplomática, que contó con la presencia de otros funcionarios de esa delegación; la esposa del homenajeado, María Isabel Cuadra de González; sus hijos José Miguel, Alejandro, Isabel y José Manuel, así como nietos, amigos y personalidades.
Tras recibir la condecoración, González Corripio manifestó que «quiero que mis primeras palabras sean la expresión de una profunda gratitud por esta concesión, que encierran una gran generosidad y que confirman el vínculo entre mi persona y mi tierra de nacimiento. Si ese vínculo ha existido siempre, en este momento se hace imborrable, porque colma a quien como yo vive intensamente el ser español».
El presidente de CCN indicó que «agradezco a este país de gente buena, que acogió a decenas de españoles en momentos que la historia recoge como uno de los períodos más difíciles de nuestra nación. Una generación de españoles que llegaron sedientos de paz y con la fuerza para entre todos contribuir a que este país fuera una próspera nación».
El empresario agregó, «agradezco a mi madre, doña Mercedes, un ser que contagiaba su alegría a cada persona que tocaba y que se encargó de hilvanar con hilos fuertes la unidad familiar, ese espacio tan íntimo, tan nuestro al que yo conjuntamente con mis hermanos Merceditas, Teresa y Manolín recurrimos cada día en búsqueda de fuerzas y motivos para continuar».
En cuanto a su padre, el experimentado hombre de negocios afirmó, que fue un hombre «que nos dejó dos legados importantes: la vocación hacia el trabajo como fuente primaria de crecimiento y desarrollo. Y la humildad: su principal virtud, que he tratado de preservar como un rasgo que identifique nuestra familia de generación en generación».
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