Entidades de desarrollo social con criterios unificados

Se vive un ambiente de bullicio, improductivo y desasosiego en casi todas las naciones del mundo, exceptos las que se fundamentan en la educación, el trabajo, el ahorro y la religión como valor social y divino.

De ahí que, se hace necesario que surjan entidades de mayor responsabilidad en la edificación y desarrollo del ser humano y en el buen uso de los recursos naturales, sociales, económicos y religiosos.

«La Cooperativa Vega Real,» iniciada en La Vega, ya está en siete provincias de la República, con una visión de seguir creciendo y dando servicios a más personas. Sin duda, que se observa un gran despliegue y desarrollo, no sólo con las ferias que hace, sino también con la cantidad de personas que se benefician con los préstamos, la educación a los socios y los múltiples servicios que pone a su disposición.

La Vega ha sido grandemente beneficiada, y otros lugares también con la presencia de esta entidad enclavada en una sociedad con tendencia capitalista y orientada al consumo. El cooperativismo es fundamental en el desarrollo social por su carácter  de ayuda mutua, de solidaridad, de cooperación, educación y ahorro, dentro de una época de empobrecimiento en que se vive.

Las iglesias no son cooperativas, pero son entidades de desarrollo, que en gran medida sus enseñanzas contribuyen a despertar al ser humano del letargo social y espiritual, contribuyendo así a la apropiación de valores y principios que  hacen crecer a las personas en sí y a las sociedades.

Como la «Cooperativa Vega Real,» las iglesias desde su edificación ponen al ser humano como lo prioritario, como decía un slogan político: «Primero la gente

Dos mandamientos cristianos, dado por Jesucristo, y que son indispensable en el buen vivir de los humanos, en la solidaridad social, en el crecimiento espiritual y sobre todo en la comunión con el Creador, son: Amar a Dios sobre todas las cosas, y amar al prójimo como a sí mismo.

Sin estos dos mandamientos no hay forma de contribuir a la estabilidad social, al desarrollo y crecimiento humano, y  más que todo, a una buena y perdurable relación con el Creador.

El momento en que vivimos requiere de la cooperación entre los seres humanos, puesto que no se puede seguir propagando el concepto de «sálvese el que pueda.» es tiempo de ponernos a tono con la realidad, la cual debe ser transformada, no con simples palabras, sino con una conducta social basada en una buena conciencia y principios que enarbolen el bienestar común, sin exclusión de de ninguna naturaleza.

El éxito de Jesucristo, con su iglesia, ha sido porque murió por el ser humano; necesitamos mayor sacrificio de todos, para el éxito de todos. Jesucristo, podemos decir, que es «una entidad mundial,» de desarrollo social y humano y que incide en todos los aspectos.

Por eso, nos llama a actuar como un reino, una familia donde el amor, la bondad, el servicio, y lo común sea lo que reine. Por tanto, el habló de que hay que nacer de nuevo, cambio de conciencia, de actitudes, de valores, de visión y sobre todo de relación con Dios.

La sociedad debe poner más empeño en que hayan más iglesias, más distritos cooperativos, o cooperativas. Porque unifican a las personas, hacen crecer a éstas, y facilitan el desarrollo económico. Dios es bueno, que nos dio una visión de amor hacía el prójimo.

Los partidos políticos debieron continuar con esa visión y misión, pero se han ido hacía las diatribas, las divisiones y lo lucrativo. Pero, qué bueno sería que para el bien común se pudieran unificar criterios entre estas entidades sociales: Iglesias, Cooperativas y partidos políticos. Sería un éxito total. Dios le bendiga.

faustopina@hotmail.comJPM

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