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Enfoque equivocado de igual de entre el hombre y la mujer
El tema de igualdad entre el hombre y la mujer es cada vez más complejo por el enfoque errado de los actores que lo promueven tratando de cambiar una sociedad arraigada en sus principios por miles de años cuando cada uno tenía su rol bien defino y era feliz en su cumplimiento.
Hay quienes se equivocan alegando que desde los tiempos bíblicos nos han enseñado que el hombre es fuerte y la mujer débil, que el trabajo duro es para el macho y el suave para la hembra. Tomemos el ejemplo de José y María, el primero asumió el papel de padre y su profesión era la carpintería, era oficio exclusivo para los hombres, a la vez este era el encargado de llevar las normas y el sustento en el hogar; el hombre era visto con poder y autoridad en su rol.
Mientras, María, fue la encargada de llevar la fe en su máxima expresión, además, de llevar a Jesús durante nueve meces siendo virgen, frente a las miradas acusadoras de los demás incluyendo su prometido; fue una tarea muy dura para ella que a la vez compartía con lo cotidiano de una familia de entonces: Los oficios varios, asistir a un familiar necesitado como el caso de su prima Isabel, las persecuciones del rey herodes contra los nacidos en la fecha que nace Jesús.
Sin abundar mucho en el tema religioso se puede concluir que todo lo enfrentado por María requirió de una mayor fortaleza como ser humano, que lo enfrentado por José; sí Dios puso en ella esa responsabilidad, también le dio la suficiente fuerza para sobrellevarlo con entereza ante sus familiares y la comunidad misma.
Qué decir de Agar con su hijo Ismael, primogénito de Abraham… La mujer siempre ha tenido un papel preponderante en la sociedad, demostrando gran fortaleza en todos los roles y desafíos que se le presentan sin presentarse como la parte “débil” del ser humano, por el contrario, es el hombre que no tiene las cualidades suficientes para llevar el rol de una mujer, por lo tanto, desde este enfoque no somos iguales, tampoco desde el punto de vista biológico.
La mujer tiene un potencial increíble que la puede llevar a magníficas realizaciones que ojalá vayan en conjunto con el de los hombres para que juntos hagan cosas increíbles. Que grupos sociales no los presentes como adversarios con una falsa igualdad cuando tenemos rasgos y cualidades en común que nos deben unir como ente social y como pareja.
Es una paradoja que quienes luchan por la igualdad entre hombre y mujer desarrollan novedosos proyectos y propuestas solo para mujeres, que en realidad amplía más la brecha cuando en realidad deberían con sus realizaciones enseñarnos a convivir con nuestras diferencias y cualidades en común.
Recuerdo una experiencia que viví en Medellín durante una actividad con una fundación de “mujeres empoderadas” que promueven la igualdad de género; había unas 25 de ellas en un salón cuando surgió la necesidad de mover una mesa grande y pesada: por encima de las conversaciones de muchas de las asistentes se escuchó la voz de una las organizadoras decir «que vengan dos hombres a mover esta mesa». Todos los que estábamos en un salón contiguo nos miramos y nos reímos al tiempo que uno dijo «oh ¿qué pasó con la igualdad?»
En países donde la edad para pensionar la mujer es menor que la de los hombres no he visto ninguna queja de los movimientos feministas para que se iguale la cantidad de años para la pensión.
Otro punto que se debe analizar muy bien es el de la violencia de género donde hay un enfoque judicial muy marcado que ha estigmatizado a los hombres; con una acusación de una mujer contra su pareja, ésta es apresada, en algunos casos sin investigación previa y en franca violación del Código Procesal.
Está muy bien que se persiga la violencia, pero en todas sus manifestaciones no solo contra la mujer -es la violencia que hay que perseguir venga de donde venga, no se le debe colocar apellido porque crea prejuicio social contra un grupo.
Injustamente estamos creando conflictos entre hombre y mujer con medidas equivocadas complaciendo presiones a veces de organismos como ONU, que no siempre tienen la razón.
Los movimientos feministas se me parecen a los movimientos de negros en EE. UU. No se sabe cuál es más racista si el blanco contra el negro o el negro contra el blanco. Sin que ninguno promueva la convivencia pacífica entre ellos.
jpm-am
