En defensa del trabajo

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo .

Cuando militantes izquierdistas y sindicalistas reclamábamos mejoras en los sueldos y salarios, 40 años atrás, los empresarios, el Gobierno e ideólogos del sistema contestaban que primero era necesario producir riquezas y luego repartirlas.

Ahora es evidente, caminando por calles de Santo Domingo y otras ciudades del país, que hay suficientes recursos materiales acumulados, más los extraídos del subsuelo (oro, ferroníquel…); pero todavía se regatea la pertinencia de distribuirlos adecuadamente. Y peor aún, Gobierno y empresarios  actúan, deliberada y enfáticamente, en contra de un mejor reparto de las riquezas creadas y en explotación.

Da la impresión de que esos dos importantes sectores de la sociedad se resisten a entender algo tan sencillo, de sentido común, como la importancia para toda la economía de que la mayoría de la población tenga mayores ingresos, con los cuales podría comprar más bienes y pagar servicios.

La  peor incoherencia es del Gobierno, porque el presidente Danilo Medina está convencido de que con 10 mil pesos no se compra NADA, como dijo ante empresarios de la construcción hace meses; pero NADA ha hecho en tres ocasiones (2012, 2013 y 2014)  de elaboración del proyecto de Presupuesto General del Estado para superar esa cruda realidad.

Y la actitud de los grandes capitalistas raya en el cinismo cuando el titular saliente de la Confederación Patronal, Jaime González, habla de estudiar las razones por las cuales se solicita un aumento salarial, como si él no viviera en este país…

Los sindicalistas actuales solicitan un 30 por ciento de alza y eso escandaliza a los patronos, a pesar de que se parte de salarios míseros, en su mayoría inferiores a los 10 mil pesos con los cuales no se compra NADA o muy poco.

Economistas y dirigentes del partido Frente Amplio hemos discutido sobre la necesidad de establecer en el país un sueldo mínimo de 20 mil pesos, para cubrir  necesidades básicas de la gente que trabaja. Y desde esa cantidad calcular los de profesionales y técnicos; además de los funcionarios, para eliminar los excesivos privilegios y reajustar todos los ingresos, desde esa base, cuando sea necesario.

Es evidente que este regimen peledeísta no está del lado de los trabajadores y empleados (públicos y privados, civiles y militares), técnicos y profesionales; y que los patronos, con el apoyo gubernamental,  utilizan tácticas dilatorias en el Comité Nacional de Salarios para impedir un modesto incremento. Por eso es necesario seguir insistiendo en que sean elevados los sueldos y salarios de las personas que menos ganan y profundizar la lucha reivindicativa y política en pro de mejores condiciones de vida para la mayoría de la población, que bien las merece y  LAS NECESITA CON URGENCIA.

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