El sombrero de Bachelet
Ella dirigió su país, Chile, dos veces -2006-2010 y 2014-2018-, y acaba de declarar un no rotundo a la idea de “volver”. Y se ha preguntado: “¿Cómo lo digo? ¿En Diplomático o en chileno? Sobre mi cadáver”, concluyó, la actual Alta Comisionada para los Derechos Humanos. Aquí, entre nosotros, ya debería llegar el momento que, algún líder político nuestro -con firmeza y determinación-, diga o se pregunte eso: ¿Cómo lo digo? ¿En Diplomático o en dominicano? Pero que va, el presidencialismo, en nuestro país, es pieza gravitacional de una arraigada tradición o cultura continuista como herencia del caudillismo-autoritarismo. Y mientras, esa cultura gravite en nuestro sistema de partidos, será difícil que algún líder nuestro se ponga el sombrero de Michelle Bachelet; aunque, como en su caso, en su segundo mandato, no le fuera tan bien que digamos. Sin embargo, su determinación, ¡vale!
Y vale más, porque agregó esto: “No puede ser que porque no haya nadie más [que no es nuestro caso], que la misma señora que ya estuvo dos veces vuelva por tercera vez. Creo que eso no le hace bien a la democracia”. Y tiene razón, pues, como dijo también, la democracia “exige nuevas caras”. En el caso nuestro se agrava, porque el fenómeno, de “…nuevas caras”, no tiene distingo de partido mucho menos de ideología, si no pregúntele: a Hipólito, a Leonel, a Abinader, y al mismo Guillermo Moreno. Por suerte, y bajo las razones que fueren, bien hizo el presidente Danilo Medina, al declinar y, en consecuencia, fomentar y aupar el relevo de los nuevos liderazgos en el PLD. Algo que, me luce, será irreversible…
Quizás, la falta de esa cultura democrática es la que explica que, incluso, se quiera -sobre todo, la oposición, y como estrategia política-electoral y mediática-, imponer, a rajatablas, el voto de ultramar, obviando una pandemia global, que todos los partidos -¡sin excepción!- están de acuerdo con esas elecciones -bajo las regulaciones sanitarias que los países receptores exijan-, que la JCE hace todos sus esfuerzos; aunque la oposición -PRM-FP- ignora, adrede, que, activistas y congresistas a favor del voto en el exterior, cuando hablan de votar -en New York-primarias-, están hablando del voto por correo, modalidad esta última que no está consignada en nuestra Constitución, la misma que, hasta hace poco, según vociferaba un candidato -al que también Abinader hacía coro-, no se podía “tocar”. Entonces, como comentó una respetable periodista -Marien Aristy Capitán-: “Sí, es un derecho que los dominicanos voten en el exterior. Sí, también hay que hacer todo lo posible para que eso sea posible, Ahora bien, ¿Hay forma de obligar otro país a aceptar que se vote en sus territorios? Toca plantear, a futuro, el voto por correo”. De acuerdo….
JPM/of-am
la democracia no exige caras nuevas, exige participacion y responsabilidad en el cumplimiento del deber. son pocos, si es que existen los logros en nuestro pais atribuidos a la alterabilidad en el poder, empezando con que tuvimos periodos en nuestra historia donde tuvimos hasta 3 presidentes en un año, sin que eso hiciera al país o la sociedad mejor en ningún sentido. es por tanto, probado que la mentada democracia, la alterabilidad y el voto universal son términos sobre evaluados.