El relincho del caballo

Se dice entre los dominicanos y especialmente entre los campesinos que cuando el caballo relincha es porque quiere avisar algo. Generalmente se asocia al llamado que hace el caballo a otros para decirle que “aquí estoy” y saber dónde se encuentran los otros y afirmar que está ahí y quiere que estén bien y, el otro u otros pueden responder su llamado (relincho).

Tomando la historia del caballo, hemos oído los diferentes sobrenombres que le han puesto desde dioses y héroes, tales como los caballos del Dios Apolo, Pegaso (el caballo de regalo del dios Zeus a Hércules) según la mitología griega; el Rocinante, el de Artax, el caballo de Troya, el caballo de Atila, que él decía que donde pisaba su caballo no nacía hierba y el caballo blanco de Napoleón, que era uno de los más famosos y también podían recordar el caballo alado de Hipólito Mejía.

El caballo sirvió a los reyes y zares para transportar sus caravanas, sirvió a los agricultores para arar la tierra, sirvió para el transporte de madera, en moliendas en los trapiches, para la guerra, para los circos, para las competencias de gladiadores, y hasta se usó para dar nombre a la unidad de fuerza para la mecánica o sea “Caballo de Fuerza”. Se puede decir que es un animal muy sabio y gracias a él el hombre pudo llegar a grandes distancias explorando y protegiendo. El caballo es el animal más importante de la historia de la humanidad y en su cabalgar ha servido a los dioses y a los héroes reales y ficticios, así como también a los hombres más simples del campo y de la ciudad.

Definitivamente lo que quiero destacar es, que en estos actos de animales se observa el sentido de liderazgo e integridad, cosa que le da carácter a la buena relación entre uno, otro o una manada, cuyo motivo es dar luz sobre el camino a seguir en busca de objetivos comunes que le de coherencia y unidad de propósito.

Si estos animales corpulentos y de tantos usos que le han dado dioses y hombres y nunca se han quejado del duro trabajo a que han sido sometidos, es porque ellos tienen un alto sentido de resistencia para lograr la supervivencia y el sacrificio a que se ven obligados para poder vivir, se sienten recompensado porque a la vez son amados, alimentados y cuidados por el hombre. Los caballos se sacrifican y lo dan todo viviendo orgullosos de lo que hacen y de los beneficios que reciben.

Si pudiéramos traducir y hacer un símil de cuando el caballo relincha y afirmar que ese aviso podría aplicarse entre los hombres, por ejemplo, cuando un presidente habla a sus ministros y directores (relincha) para enviarle un mensaje importante directo y muchas veces en clave, que debe ser atendido en base a los objetivos preestablecidos, como equipo de gobierno.

Se observa una gran diferencia de cuando el caballo relincha y es escuchado, obedecido y contestado para quien ha sido dirigido y también por la manada de manera espontánea. Pero ocurre todo lo contrario, cuando el presidente “relincha” no es asimilado de igual manera por el equipo, creándose diferencias aún haber sido el asunto previamente acordado como línea política, pudiendo estas reacciones distorsionar la consecución de los objetivos. Si se respetase las directrices del líder y la regla de convivencia, no actuaremos como los centauros (animal mítico mitad hombre y mitad caballo), que son seres salvajes, sin leyes ni hospitalidad.

En los países desarrollados donde las reglas están bien claras los ministros y directores siempre caminan en la búsqueda de lograr los objetivos establecidos en la política y todo el consenso se mueve alrededor, contribuyendo a que la gestión esté acorde con los lineamientos de políticas establecidos y avalados por las leyes, garante de una buena administración del estado.

El relincho del caballo se asemeja a la convivencia pacífica de una familia grande que ama a todos sus miembros por igual, imparcial y comprometida y trabaja para lograr lo mejor para cada miembro, sabiendo que cada uno tiene diferentes necesidades y roles, por eso por un simple silbido el líder relincha cuando las cosas van bien y también cuando van mal. El relincho del caballo es la comunicación más sutil con que puede convocar a sus semejantes a una reunión, a una comida, a una celebración, pues vemos muchas manadas de caballos en las grandes llanuras que hacen carreras, van a beber juntos y lo hacen protegiéndose mutuamente.

Mientras los caballos están atentos al relincho de uno de ellos, cualquiera, incluso al líder, siempre podrán cabalgar los caminos sabiendo que en sus corazones laten la sangre de caballo y en comparación con los hombres, cuando el presidente hable (relinche), la gente debe estar pendiente, pues en su mensaje avisa el bienestar o el peligro que nos acecha.

Es mejor estar atento y no caer entre las patas de caballos y mucho menos perder de vista al presidente, cuando relincha el caballo.

of-am

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Blietskrieg
Blietskrieg
3 Años hace

el caballo es un animal noble,trabajador, estóico,generalmente inofensivo,sobre cuyo lomo, progresó la humanidad.compararlo con los seres humanos, exceptuando a algun@s honros@s,es una ofensa al cuadrúpedo.