El primer gran desafío del PRM
El PRM tiene que dejar de crear incertidumbre. Existe la percepción generalizada de que el caos se apoderará pronto del exitoso arranque del Partido Revolucionario Moderno y mayoritario. El PRM nace como un instrumento para la participación ciudadana y de unidad popular de sectores que aspiran a un mejor país y a recuperar la política para ponerla al servicio de las grandes mayorías. Nunca como ahora, la corrupción y delincuencia se han instalado tan firmemente en el Presupuesto Nacional y sin consecuencias a sus actores fundamentales, dirigidos por la “Corporación Económica PLD”. La idea es desplazar esa corporación del poder, con nuevas propuestas, con más compromiso ético y con un plan de nación, y para ello, tienen que estar claro que la ciudadanía y el tejido social deben ser una extensión de las posiciones y propuestas del PRM y la Convergencia. Esa idea ha cuajado, ha tomado fuerzas y ha irrumpido como un relámpago y se ha anidado en un colectivo en estado de gestación y aglutinará a partidos de oposición, profesionales e intelectuales, gente de clase media y de diferentes litorales políticos y religiosos. El PRM podría ser lo mejor que le ha podido ocurrir a este país, si se deja atrás la incertidumbre; al menos es lo que espera la población, solo eso des-anestesia al pueblo y crea esperanza y confianza. Es un importante primer paso. Pero la realidad al día de hoy apunta en otro sentido, se siembra incertidumbre en los miles de electores identificados con la creación de esta opción política, y se duda, que sea posible llegar de manera exitosa al siguiente pas La integración con fuerza y a tiempo del proyecto convergencia por un mejor país. Los líderes del moderno y mayoritario PRM, Hipólito Mejía, Luis Abinader, Andrés Bautista, Jesús Vásquez, Geanilda Vázquez, Amaury Justo Duarte, entre otros, a juicio de muchos comprometidos y simpatizantes de la idea, deben estar a la altura del momento histórico, priorizando definir la estrategia electoral interna sobre la organizativa, la que debe trabajarse en paralelo, para eliminar el principal problema que afecta el desarrollo exitoso de este proyecto para poder competir con posibilidades reales de ganar: La incertidumbre. EL PRM necesita en su nacimiento emprender nuevos senderos, regenerarse social y políticamente, permitir emerger nuevos liderazgos, emprender un nuevo viaje, no ser más de lo mismo, porque haciendo lo mismo no se podrá tener resultados diferentes. Para ello, se deben adoptar decisiones estratégicas e inteligentes, que minimicen los riesgos y maximicen oportunidades, y que concentren fuerzas en los puntos y escenarios más favorables a los objetivos y no dónde al PLD, a Vincho, Félix Bautista y Leonel quieren llevar al nuevo, moderno y mayoritario PRM. Se debe mirar el ciclo político actual como un todo y adoptar decisiones estratégicas enfocadas al objetivo principal que son las elecciones del 16. Con un nuevo lenguaje y nuevos métodos modernos. El PRM ha abierto una grieta que hoy ha acelerado el tiempo político dominicano, se ha sacudido los viejos equilibrios, se han provocado dimisiones y prisas en la recomposición y se ha mostrado que se puede construir una mayoría política de cambio con sentido de compromiso social. Se puede perder la oportunidad de “desalojar la Corporación Económica PLD del poder” por disiparse en discusiones internas que parecerían ser estériles. La estrategia se debe montar en el ciclo político-electoral que se tiene de frente y presentar una propuesta que oriente las grandes decisiones y que permitan conectar y representar las grandes mayorías sedientas de cambios. El reto ahora es estar a la altura de la inmensa ola de expectativas y esperanzas que se ha generado. Porque el momento actual presenta diferentes elementos que constituyen una oportunidad política difícilmente mejorable: la relativa debilidad política del PLD, entrampado en su propia telaraña de corrupción corporativa, pero si no se gana tiempo eso puede cambiar y podría ser más rápido de lo imaginable. El clientelismo y la maquinaria mediática de mentiras y torceduras, son las armas fundamentales de la corporación PLD. Para conectar con el estado de ánimo de los dominicanos, que no desean más incertidumbres, ni más desesperanzas, que están cansados del caos y que se le ha vendido que el PRM es la continuidad del desorden que existía en su antigua casa, que por uso y costumbre se daría aval a esa percepción, se debe ser práctico. Lo práctico sería, completar organizar de manera consensuada, las estructuras fundamentales del PRM de forma cupular, pilotado por un núcleo de entre 20 y 25 dirigentes (consejo de coordinación) representativo del liderazgo nacional del PRM, completando una comisión política, un comité ejecutivo nacional, así como las direcciones consensuadas de provincias, regiones, municipios, distritos, zonas y sectores, además de los frentes sectoriales. Lo práctico es que el liderazgo fundamental de Hipólito y Luis en conjunto a los demás líderes del PRM anunciaran antes de concluir el 2014, la definición del candidato o candidata presidencial, para dejar atrás la incertidumbre y entonces abrir las ventanas de esperanzas en toda la población. La idea principal, es como construir confianza, alejar la incertidumbre, articular un polo de oposición fuerte y que genere las expectativas en los jóvenes, en las mujeres, en los no partidarios y en los partidarios disgustados por la impunidad y la corrupción existente. El primer gran desafío del PRM es dejar de crear incertidumbre y definir quién será el candidato(a) para el 16, más temprano que tarde y conectado con las expectativas de la mayoría. Por decirlo en forma directa: el momento es ahora, o lo aprovechamos o hacemos lo mismo y mantenemos la crisis de expectativas e incertidumbre en la oposición, que es lo que le conviene a la corporación económica PLD. Es una llamada a la esperanza y a la ilusión y a partir de ahí todo será más fácil construirlo, un PRM más fuerte, una convergencia más saludable y un camino más claro. Lo demás, parece es perder tiempo en este momento estratégico.