El PLD entre el poder y la gloria

 

El Partido de la Liberación Dominicana (PLOD) es el más organizado y exitoso de la República Dominicana de los últimos 28 años y hoy se encuentra amenazado su destino por la lucha por su control orgánico, por la representación presidencial en las elecciones del 2016 y se teoriza alrededor de los dos grandes líderes Leonel Fernández y Danilo Medina, los cuales se pondrían de acuerdo para no ver morir ese instrumento que fundó el Profesor Juan Bosch.

Si en el PLD se debatiera solo la candidatura presidencial como opción ganadora no fuera difícil ponerse de acuerdo y alcanzar consensos acostumbrados en su comité político, pero parece que lo que está en juego no es solo la representación presidencial sino que también el control tanto partidario como congresual y municipal, lo que está imposibilitando un acuerdo entre ambos líderes.

Se sabe que el Dr. Leonel Fernández ha cosechado un gran capital político por haber gobernado el país durante 12 años y sus adeptos no están en condiciones de ceder gratuitamente el control del partido, los cargos electivos y también la presidencia de la república al sector que responde al Lic. Danilo Medina, ante el mandato del comité político porque creen que eso significaría la liquidación de Fernández como líder del PLD y cerraría el camino a una posible repostulacion presidencial de éste.

Ambos líderes están abocados a llegar a un acuerdo, primero para retener el poder presidencial y luego para luchar retener la cuota en el Senado de la República de sus 30 senadores y sus 98 diputados,  y para alcanzar esta hazaña que se logró en las elecciones del 2010 se necesitaría la unidad, que siempre han mantenido los miembros de su comité central y de su comité político.

El actual desafío que han mantenido los 60 diputados y 17 senadores seguidores del ex presidente Leonel Fernández a las decisiones del Comité político del PLD que dio  un mandato en el sentido de que se acojan la introducción de un proyecto de ley que garantizaría la relección presidencial del Lic. Danilo Medina por cuatro años más, representa un gran desafío a la intentona del grupo danilista de lograr la relección presidencial.

Por otro lado, los papeles se han ido invirtiendo con las fuerzas mediáticas y opositoras,  que antes de la decisión del Comité Político del PLD apoyaban la gestión de Danilo Medina en un 90%, y gran parte de esas fuerzas mediáticas se han pronunciado en contra de la relección presidencial, tales son los casos de Participación Ciudadana, Finjus, Iglesia Católica, y los partidos de oposición, jugándole una rampa a la relección, y con el  PRM que se ha mantenido jugando a alentar la división en el PLD.

Si la oposición se aboca a votar en el congreso en contra de la relección presidencial y los legisladores del PLD mantienen la actitud de rechazo, se vería abortada y sería la primera derrota que  el Leonelismo le propine al Danilismo, lo cual agudizaría las contradicciones y  visto las cosas así faltarían dos round más en el PLD: el primero en el  congreso elector donde el equipo de Danilo Medina llevaría un candidato relevo para enfrentarlo a Leonel Fernández.

Y el segundo round estaría un candidato,  apoyado por el equipo de Danilo Medina y el propio Leonel Fernández como candidato del PLD, que si fuera Leonel quien ganara el congreso elector habría que saber si el entorno de Danilo Medina apoyaría a Leonel Fernández y en caso contrario si los adeptos de Leonel Fernández apoyarían al candidato del relevo que saliera ganador.

Por otro lado,  están las candidaturas  emergentes que también cuentan para que sean tomadas en consideración porque ya son también fuerzas vivas a lo interno del PLD, por lo que el panorama político dentro del PLD está completamente transformándose y para  llegar a un consenso parece que se necesitan más de dos, ya que no fue de manera gratuita que se levantaron las manos en el comité político para apoyar la relección presidencial.

Viendo las cosas así, lo más conveniente es que ambos líderes le quiten de la cabeza a sus seguidores de que no es posible llegar a un acuerdo donde una de las partes salgan perjudicadas o una parte cargue con todo el botín político dejando al otro sin pito y sin flauta,  porque hasta en la guerra los vencedores preservan la vida de los vencidos. Y en el PLD,  históricamente se hace lo que conviene y su órgano superior ha hablado.

Es tiempo de que se declare un receso en esta guerra y que las tropas de ambos líderes reflexionen en lo que le conviene a la República Dominicana es que el PLD siga gobernando el país con sus mejores líderes y se olviden de librar una guerra asoladora, cuyos únicos resultados serían posibilitar que otras fuerzas políticas logren desplazar al PLD del poder, donde en este juego pierden los peledeistas y pierde el país.

Ahora no se trata de que un solo sector tenga el  control de la matrícula peledeista o de poner o quitar senadores, diputados y síndicos que sean adeptos a Leonel Fernández o de Danilo Medina.

Lo que se trata es de que elegir candidaturas ganadoras, porque definitivamente, ellos caminando la senda del lema de  servir al partido para servir al pueblo, mantendrán el poder y la gloria. La minoría tiene que someterse a la decisión de la mayoría.

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