El PLD: ¿Agua o aceite?
En el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, luego de este proceso interno, nunca jamás las cosas serán iguales, todo será distinto; pensar lo contrario resultaría un tanto ilusorio, toda vez, que ya no solo es agua, ahora también es aceite.
Y es que los aprestos reeleccionistas se han proclamado indetenibles y avanzan avasallantes, decididos a llevarse todo a su paso, sin importar sus consecuencias y en esa forma podrían provocar heridas que difícilmente propicien el ambiente de unidad necesario y vital para salir airoso en las elecciones del próximo año.
Y es que esos aprestos reeleccionistas, no tan solo enfrentan el impedimento constitucional que la prohíbe sino que tienen por delante a un hombre que ha sido tres veces presidente de la República, cuyas fuerzas y liderazgo parecieran ignorar los estrategas continuistas, actitud que pudiera tener un alto costo para sus pretensiones, y resquebrajar las estructuras del PLD.
Se ha querido minimizar lo que sucede, se habla de unidad, pero a la menor oportunidad se babea y escupe veneno. Todo apunta y vaticina una confrontación sin precedentes a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana, que se expandirá hacia otros niveles de aspiraciones por el control de una mayor cuota de poder en el Congreso Nacional y las alcaldías municipales.
De ahí que la alta dirigencia peledeísta tendrá que demostrar que en sus manos no pasará lo acontecido en el Partido Revolucionario Dominicano, PRD, donde prefirieron transitar por el camino de la división por no ceder a las pretensiones de grupos e intereses y hoy por hoy, no son capaces de aglutinar la oposición política en torno suyo por ser un monstruo de varias cabezas.
Se acerca la hora, el tiempo apremia, se acaban las poses, finalizará el silencio, no tarda en sonar la campana que llame al centro del cuadrilátero a los gladiadores, porque llegó el momento de decidir si el PLD es agua o aceite.
sp-am