El nacimiento de Jesús
La mayoría de personas en el planeta (no todos) celebran la navidad de manera errónea, y lejos del verdadero significado, ya que se piensa que la navidad es una época que evoca, diversión, bailes, drogas, alcohol y libertinajes que se practique entre jóvenes y adultos, en fiestas privadas o en carnavales, como lo hacían los antiguos Romanos con su famoso “Festival de Verano”
Sin embargo las primeras celebraciones de la Navidad fueron en reacción a la Saturnalia romana, un festival de cosecha que marcaba el solsticio de invierno el regreso del sol y honraba a Saturno, el dios de la agricultura. La Saturnalia era un tiempo de alboroto y orgias. Por ello había una oposición de estas prácticas de la iglesia cristiana del tercer siglo.
Dichas costumbre tenía sus origines en la fiesta pagana que celebraban los Babilónicos 2600 años antes de Jesus, La historia relata que en aquel entonces existía una reina llamada Semiramis en cuyo vientre crecía su hijo Tamuz, que según la religión caldea, habría concebido virginalmente y su esposo era Ninrod uno de los monarcas fundadores de la civilización Mesopotámica, y se creía que era la encarnación del dios sol, tal como lo explica el historiador Tito Flavio Josefo.
Según las creencias babilónicas en una ocasión Semiramis vio en una noche que un árbol verde se desarrollaba en un tronco muerto y dedujo que era su marido muerto que encarnaba en ese árbol. De ahí la tradición de adornar el árbol con frutas y bolas brillantes en representación al brillo del dios sol, y se celebraba haciendo todo tipo de orgias.
Eran estas costumbres las que precisamente les dijo Jehová Dios a los israelitas que no imitaran: Oíd la palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel. Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman. Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril.
Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder. No hay semejante a ti, oh Jehová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío (Jeremías 10:1-6).
Debemos de recordar que la navidad no es una época, de diversión con bailes eróticos, y consumo de drogas y alcohol o para gastar el dinero que no se tiene en objetos que de nada sirven, como un árbol de navidad y luces, que además de consumir energía eléctrica, no sé qué otro valor podría tener. Está claro que algunas personas están lejos de buscar el auténtico significado de la navidad.
Pero la verdadera razón de estas celebraciones es el nacimiento de Jesús, el Príncipe de Paz, el todo poderoso, y aunque no se tenga la fecha exacta de su nacimiento, el gesto de recordar su natalicio es noble, porque nos hace reflexionar acerca de aquellos malos comportamientos que se han tenido durante el año.
Es un momento para que saquemos la bondad del corazón y que imitemos el amor de Jesus, ayudando a los más vulnerables y necesitados, como las madres solteras que están en un semáforo pidiendo para sus hijos, los mendigos que no tienen un techo, abrigo ni sustento.
Dijo Jesús en una ocasión; Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; Estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis (Mateo 25,31-46).
Es hora de extender una mano amiga a cada persona que esté pasando momentos difíciles ya sea con sus finanzas, la familia, o falta de empleo. Puedes iniciar con tus parientes y luego con tus vecinos, hoy lo haces por un amigo, posiblemente mañana seas tú el que estés pasando una tragedia y no recibas ayuda, porque no has sembrado con buenas obras en ninguna persona.