El  mapa de  intereses

imagen
El autor es economista. Reside en Santo Domingo.

POR:   OSVALDO R. MONTALVO COSSIO

¿Hay comunistas “trasnochados”? Por supuesto, más de uno. Parece que no se han enterado (se parecen al soldado japonés aquel) de que el socialismo real quebró miserablemente hace ya casi treinta años. De que siempre fue una pésima idea práctica revestida de una palabrería presuntamente redentora e igualitaria. De que su idea central conduce inexorablemente al control central de la sociedad –en todos los órdenes-, es decir, a la dictadura. De que sólo puede honogeneizar en la pérdida de las libertades –siendo la libertad la condición esencial del ser humano- y en la miseria material. Hoy hablan como si no hubiera sucedido nada, con el desparpajo del que no tiene ninguna culpa. El socialismo soviético fracasó porque no era marxista, o porque lo aplastó el imperialismo yanqui. (Como que nunca hubo el imperialismo soviético) Todavía repiten sin misericordia el credo cansón de la izquierda fracasada, sin pensamiento, sin propuestas, sin nada que exhibir que valga la pena. Aunque hay que reconocer que entretienen por cuanto a los perdedores –que los hay en todos los lugares y los tiempos- les fascina que les canten.

Por ahí hay uno que sigue por puritita inercia porque, ¿qué hacer después de tantos años de no hacer nada? No va a graduarse de psicología o a poner una ferretería. Pero hay un retoño más interesante, nervioso e inquieto, aunque su único activo intelectual es ser nieto de su abuelo. Porque todo lo que dice tiene la sola lógica del disparate. Se despacha este profundo pensador diciendo que los grandes perjudicados de la invasión haitiana a la República Dominicana son los miembros de la élite burguesa, rapaz y explotadora. Que por eso se disfrazan de falsos nacionalistas, hipócritas. Pero que el pueblo dominicano no. Este, por el contrario, está dispuesto a perecer con tal de mantener su solidaridad proletaria con los inmigrantes haitianos.

Dislates como éste obligan a un planteamiento sosegado y racional sobre el asunto. La categoría de clases sociales no la inventó Marx sino los economistas clásicos (el mismo Marx lo reconoce, como que hay atisbos desde antes de la época clásica). Individuos con un interés afín en función de un elemento común: la tierra, en el caso de los terratenientes; el capital, en lo que toca a los capitalistas, etc. Dos puntos importantes: el elemento común se refiere a la propiedad de los medios productivos (tierra, capital, trabajo, etc.) por cuanto la producción material es la que ordena la vida social. Segundo, intereses en conflicto no implica necesariamente una ruptura definitiva y final, justamente como demuestra todos los días la producción capitalista. En la economía de mercado, las ganancias de cooperación son más importantes que las pérdidas mutuas por la conflictividad. Como un matrimonio cualquiera en que hay inevitablemente problemas que sin embargo no conducen al divorcio.

Traslademos el encuadre a la actual situación de sobre oferta laboral no calificada resultado de la invasión haitiana. ¿A quién le conviene, a quién le perjudica? Para responder a ello debemos saber qué beneficios puede aportar el migrante haitiano –legal o ilegal, actualmente no hace mucha diferencia-, y qué perjuicios. En esto debemos advertir que en este espacio sólo nos referimos a los efectos estrictamente económicos, consecuencias como la agresión a la naturaleza, el cambio en la actitud social y la implantación de formas e ideas primitivas no se tienen en cuenta.

No es difícil dilucidar el problema. El migrante haitiano significa un salario (directo) de sobrevivencia para su empleador (constructor, terrateniente, comerciante en servicios), una aplicación de subsdios en el presupuesto nacional y un generador de costos de remediación por indigencia. En otros términos, un beneficio para los empresarios de procesos intensivos en mano de obra sin calificación, a la vez que un perjuicio atroz para el contribuyente y para el ciudadano (el que usa el medio social) dominicanos. ¿De dónde sacan estos izquierdistas dolarizados el “beneficio” para “el pueblo” dominicano de la invasión haitiana?

Claro que el capitalista de procesos intensivos en mano de obra se beneficia de un salario de sobrevivencia. El dominicano –ni el venezolano o el colombiano, menos el americano- no pueden aceptar ese salario pues el valor de su fuerza de trabajo es más elevado. Por decir lo menos, tienen que pagar casa y transporte, no duermen en las construcciones. Pero, ¿y el coste indirecto del trabajo? Los haitianos usan calles, hospitales, escuelas…, por los que no pagan ni un centavo. Seguridad social. Y en la economía real –no así en la de los marxistas- no hay gratuidad: si se consume algo es porque se primero se produjo, si alguien consume sin producir es porque otro produce sin consumir.

Los trabajadores haitianos están siendo subsidiados por los trabajadores dominicanos. Pero hay más: la necesidad que no se satisface se convierte en indigencia. El hambre que no se sacia se constituye en languidecimiento, la enfermedad que no se trata, en decaimiento y muerte. Cuando no se tiene casa, se usan parques y espacios públicos como habitación. Cuando no hay baños, la calle. Cuando no hay gas, los árboles. Las necesidades insatisfechas se constituyen en indigencia, es decir, en pérdida social de utilidad. Y ¿quiénes son los sufragantes de este costo? ¿Quiénes son los que pagan impuestos para que las haitianas vengan a parir? ¿Quiénes pierden sus parques y espacios públicos? ¿Quiénes están obligados al espectáculo de haitianos defecando en las calles? ¿Los de apellido italiano? ¡Por favor!!!

oxmontalvo@yahoo.com

JPM

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
1 Comment
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios
aalinareyes
aalinareyes
6 Años hace

eso es lo que los organismos defensores de los haitianos no ven! somos los dominicanos que tenemos que aguantar todas estas cosas, ademas del miedo que sentimos cuando vemos a los haitianos en grupos de cuatro caminando nuestras calles para arriba y para abajo armandos de un machete vaciao!