El inducido vacío de liderazgo nacional
Desde adquirí conciencia política, hace ya más de dos décadas, jamás había observado ni sentido una ausencia tan acentuada de liderazgo partidario en la sociedad dominicana.
La desaparición física de los liderazgos político del profesor Juan Bosch, Joaquín Balaguer y José Francisco Peña Gómez, con sus luces y sombras, han dejado un vacío de tal magnitud a este país que mueve a pensar y preocupar.
Pero lo más preocupante de todo esto es que, ni desde dentro ni desde fuera se visibilizan reales y serios esfuerzos por construir o empujar el necesario e impostergable nuevo liderazgo político de relevo capaz de llenar los vacíos dejados por esos líderes dominicanos desaparecidos.
Al contrario, hay actuaciones marcadas y solapadas de sectores poderosos internos y externos que indican claramente que esa no es su agenda, al menor indicativo en ese sentido, es evidente, su acoso y asedio implacable. Para muestra un botón: Leonel Fernández.
Hay que tener claro, por supuesto, para comenzar a entender este fenómeno, es el contexto geopolítico en que se está desenvolviendo el mundo en los actuales momentos del cual la República Dominicana es parte.
Lo primero es que todo parece indicar que la dinámica geopolítica de los que dirigen el mundo en lo inmediato es barrer con todo asomo de liderazgo que huela a perturbación al desarrollo del nuevo orden mundial y todo lo que eso implica en términos económicos, políticos, culturales y religioso.
Para ellos – no- es importante, al parecer, en estos momentos, un liderazgo político y social como los arriba mencionados, lo que necesitan es presidentes de coyunturas, interpretes e impulsores de sus planes y programas; no líderes que vean más allá de la curva, que visualicen sus intenciones y despropósitos para estos pueblos tercermundistas.
Lo que persiguen es, politiqueros que no le lleven la contraria, que acepten todo lo que a esos intereses se le ocurra no importa que esto implique la desaparición de su soberanía e independencia.
Hay que coger la seña y dejarse de estar atendiendo y respondiendo cosas intrascendentes, de rango menor o medianía. Sí se acepta eso se estaría asistiendo a un inducido vacío de liderazgo de consecuencias impredecibles.
jpm
excelente arti****..