El espejo boricua
A los dominicanos debería dolernos la terrible crisis económica que padece el pueblo de Puerto Rico, al que nos une una histórica relación de hermandad y solidaridad que data de siglos, a lo largo de los cuales, indistintamente han servido de paño de lagrima cuando el otro padece sufrimiento económico o represión política
En termino técnico, Borinquen esta en quiebra, pues su deuda representa mas del cien por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), con el agravante de que carece de capacidad material para afrontarla y de condiciones jurídicas para renegociarla.
Se sabe que Puerto Rico tiene la condición de Estado Libre Asociado de Estados Unidos, una especia de neo colonialismo que anula la posibilidad de ejercer prerrogativas esenciales que les son dadas a naciones totalmente libres, como la propia independencia económica, monetaria o poder contratar de manera soberana.
El mejor ejemplo de lo antes expuesto, lo representa la declaratoria de inconstitucionalidad por una corte federal de la ley de quiebra interna o corporativa votada por el parlamento puertorriqueño, porque supuestamente todo lo relacionado con el tema de insolvencia económica corresponde dirimir a instancias de Washington.
Resulta que en su relativa condición de colonia, Puerto Rico carece de los privilegios que ostentan los 50 estados de la Unión Americana, los que reciben asistencia federal, en caso de declaratoria de quiebra o bancarrota, como ocurrió con Detroit.
Las calificadoras de riesgo han degradado la deuda de Puerto Rico, estimada en 70 mil millones de dólares a la condición de papeles basura, lo que eleva los intereses, disminuye su valor de reventa y en términos prácticos la convierte en impagable
Además de esa cruenta crisis de deuda, Borinquen padece de una grave crisis fiscal que hace difícil hasta poder sufragar la nomina publica, por lo que el Gobierno impulsa la aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), similar al ITBIS, vigente aquí.
El Iva sería para todos los productos de consumo y servicios, incluido la educación, servicio eléctrico, telefónico, transporte y artículos tan esenciales como granos, grasas, carnes, leche y pan, lo que sin dudas agravaría la crisis económica y degradaría aun mas la calidad de vida de los ciudadanos.
Lo pero de todo, es que el pueblo de Puerto Rico parece perder la esperanza de que la crisis cedería , aun sea a mediano plazo, por lo que muchas familias deciden emigrar a Estados Unidos e incluso hacia República Dominicana. Siento mucho pesar por nuestros hermanos boricuas, a quienes le sobra valor y coraje para superar tan amargos momentos.