El dilema: Abinader o Hipólito ?
«La capacidad para restaurar la conversación democrática es la llave maestra para abrir la puerta hacia el futuro. Sin conversación democrática no hay posibilidad de restaurar la confianza.» Cita del libro : ¿Aún Podemos Entendernos? Felipe González y Miquel Roca.
He hecho la siguiente reflexión introspectiva, tras la hecatombe sufrida por la división del PRD. La oposición política dominicana luce desorganizada, debilitada y se percibe en la población una sensación de frustración y hastío, frente a las dificultades de articular un proyecto con posibilidades de éxitos en las elecciones del año 2016.
La población en general tiene la sensación que estamos en el final de un ciclo político, producto del descrédito de la actividad política por la corrupción de los gobiernos y los funcionarios de los diferentes niveles jerárquicos del Estado, además de que el Sistema de Partidos Políticos en la última década perdió el impulso logrado desde el 1978 hasta el año 2000.
La sociedad política dominicana, llámense los partidos políticos y sus líderes, tienen que renovarse y crear nuevas ilusiones en el pueblo dominicano, y presentar una plataforma programática que no solo castigue de manera ejemplar la corrupción en todos los niveles, sino que plantee una visión clara y objetiva de hacía donde debe encaminarse la República Dominicana, en el cuarto lustro del presente siglo, debemos avanzar por los senderos de la innovación tecnológica y crear una sociedad vanguardista, cambiar el modelo de hacer política y de políticos, revisar el modelo económico, el modelo de producción y redistribución de la riqueza.
Todos tenemos la triste sensación que estamos retrocediendo en mucho terreno, sobre todo en lo relativo al avance institucional y están estancadas las reformas, porque tenemos un Congreso Nacional subordinado al Poder Ejecutivo, cuya labor se limita a la aprobación de préstamos y a fabricar bonos.
Justicia no hay, las llamadas «Altas Cortes», son autómatas con togas y birretes, revisen las ridículas y urticantes decisiones del TSE, con cuyos fallos sencillamente ha deteriorado el Sistema de Partidos Políticos y por ende la democracia dominicana
Esta crisis política nacional, sumada a la delincuencia, inseguridad ciudadana, alta tasa de desempleo y subempleo, el sistema de Salud Pública (una vergüenza universal), la seguridad social un desastre, contrasta con un mundo global donde la mayoría de los países y su clase política, sociedad civil, académicos, economistas, artistas y otros, trabajan intensamente para insertar sus países en la sociedad del siglo XXI, con optimismo avanzan hacia la sociedad del futuro en búsqueda del estado del bienestar.
La oposición debe reflexionar, sobre la urgencia de buscar un candidato presidencial, con una visión renovada y comprometido con las reformas que demandan lo tiempos y con visión de futuro, si no hay un cambio de orientación del país, sencillamente los esfuerzos de los pro hombres que sacrificaron sus vidas por la democracia y una patria vivible, habrán ofrendado sus vidas para nada, y el futuro nuestro sería a corto plazo de un país con una deuda externa impagable, a la vez que se acrecentará el deterioro de la vida nacional a todos los niveles. Nuestra democracia seguirá perdiendo calidad y el estado un antro de corruptos.
Visto el panorama nacional, que tiene características que se pueden tipificar como urgentes e impostergables, le toca al liderazgo opositor encabezado por Luis Abinader e Hipólito Mejía, establecer las bases de un consenso dado el caso de que el partido opositor mayoritario que es el PRM, todavía no están estructurados sus organismos, sus bases no están organizadas aunque si firme con el propósito electoral de echar al PLD del poder. Le recuerdo que una convención en tales condiciones no deja de ser un riesgo a tomar en cuenta.
El dilema es Luis o Hipólito, los dos serían excelentes candidatos, se complementan y son necesarios para fraguar la victoria, frente al candidato oficialista que será Danilo o Leonel, dos referentes del pasado, en ese sentido una oferta opositora novedosa seria el contraste, presentar un candidato de consenso nacional, que garantice pulcritud y un gobierno de oportunidades para todos los dominicanos.
Luis Abinader despierta esperanzas y nuevas ilusiones, el pueblo deberá elegir entre este joven economista brillante e impoluto, y el candidato oficialista comprometido con la corrupción y la impunidad de los gobiernos peledeista.
Luis Abinader refrendado por el liderazgo del ex presidente y candidato tres veces a la presidencia Hipólito Mejía, estoy seguro que pasará como en Argentina que el líder y expresidente General Perón, designó como su delegado al Dr. Héctor J. Campora y lo llevó como candidato a la presidencia, este enfrentó con éxito a la dictadura, rompió el maleficio y ganó las elecciones.
No siempre es tiempo del líder, Peña Gómez era el líder de la oposición dominicana en la década del setenta y en las elecciones generales del 1978 llevó a Don Antonio Guzman, ganando las elecciones presidenciales al presidente Balaguer que era un hueso duro de roer.