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¿El comienzo o el final?
Es frecuente escuchar que lo importante no es como se comienza sino como se terminan las tantas actividades que desarrolla el ser humano en la faz de la tierra.
Son muchos los refranes que continuamente se escuchan para referirse al accionar del hombre en sus distintas actividades, pero todo en la vida tiene su excepción tal el caso de los presupuestos.
En tal sentido, algunos opinan que no importa con que el Presupuesto General del Estado presente un pronunciado déficit en los primeros meses del año porque según ellos no es como se inicie sino como se finalice.
Mientras lo correcto es que se debe terminar logrando todos los objetivos y metas previamente formulados porque de lo contrario el presupuesto en si se consideraría un fiasco.
El informe de ejecución presupuestaria del Gobierno Central de la República Dominicana, Enero-Marzo 2016 presentado por la Dirección General de Presupuesto y Estudios realizados por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), sustentados en informaciones registradas en el Sistema de Información de la Gestión Financiera (SIGEF) dan cuenta de un déficit fiscal ascendente a los RD$29,493.4 millones en los tres primeros meses del presente año.
Este déficit del Gobierno Central resulta de ingresos corrientes e ingresos de capital ascendentes a RD$120,015.1millones frente a gastos corrientes y de capital por RD$149,508.5 millones.
Asimismo el Presupuesto General del Estado presenta un déficit primario correspondiente a los primeros tres meses del año 2016 por RD$5,439.8 producto de ingresos corrientes y capital por RD$120,015.1 millones menos gastos corrientes sin intereses y capital por RD$125,454.90 millones.
Economistas al servicio del oficialismo consultados sobre los déficits económico y primario anteriormente señalados no muestran ningún dejo de preocupación sobre los señalados faltantes.
Estos economistas argumentan de forma habilidosa que los referidos déficits presupuestarios no representan ningún tipo de dificultad para las finanzas del país ya que son anodinos.
Para el primer semestre ya se habla de que el déficit fiscal asciende a más de RD$40,000.0 millones pero para funcionarios y relacionados del Gobierno el mismo representa una suma ínfima y manejable.
Pero de lo que no se dan cuenta es que si no se incrementan los ingresos a través de una reforma fiscal sana, justa, equitativa, sobretodo honesta, sin subterfugios, y cortapisas y si no se controlan y mejoran los gastos públicos el país seguirá por un derrotero incierto en lo que respecta a las finanzas públicas.
Muchos piensan que el indicado déficit fiscal será desmontado en los venideros meses mediante una política económica-financiera restrictiva, mediante menos inversiones a largo plazo y menos gastos corrientes a través del congelamiento de la nómina pública al mes de abril del cursante año.
Se sabe que en períodos electorales u otros meses pico del año los gastos se salen de control muchas veces porque los recursos presupuestados se desvían para financiar actividades políticas de quienes detentan el poder o por gastos extraordinarios no presupuestados.
El presupuesto es importante pero más importante es la voluntad política de hacer cumplir cabalmente los objetivos y metas estipulados en el presupuesto.
Esto así ya que se podrá sostener que no es como se inicie la implementación del presupuesto sino como termine, pero cumpliendo con todo lo planificado y no terminar dejando a un lado la ejecución de muchos proyectos con tal de cerrar el año con menor déficit del que se proyectó.
Donde no se puede estar de acuerdo es en restringir la ejecución presupuestal que originalmente se había consensuada y aprobada con tal de presentar ahorros ficticios en perjuicio de los servicios publicos que requiere la población.
Lo anterior, debido a que cada vez que se recortan los gastos, no obstante mantener el nivel de ingresos o haber incrementado los mismos, son muchos los planes, programas y proyectos que se mutilan, se modifican o simplemente no se ejecutan.
Lo anterior representa un atraso relevante en la ejecución presupuestal. De manera que se termine la ejecución presupuestal sin que se afecten los proyectos y por ende el avance del país en materia de realizaciones.
Es costumbre de las autoridades dominicanas generar un déficit exorbitante en tiempo de elecciones y luego ajustar el gasto público a contrapelo de lograr las metas y objetivos formulados.
Ajustes forzados que dan lugar a un nivel de déficit mucho mayor a lo estipulado previamente, infligiéndole un duro golpe a la planificación presupuestal.
El hecho de no lograr los objetivos, metas, misión y visión del Gobierno Central es una muestra más de que no se debe ejecutar el presupuesto sino ha de lograrse la ejecución de los planes, programas y proyectos pues de lo contrario esto representa un retraso en el desarrollo económico y social del país.
Es relevante que se lleve hasta el final la ejecución del presupuesto pero de manera correcta, sin artimañas, corrupción y sin maquillar las cifras y propósitos, a los fines de que dicha herramienta sea fundamental para la toma de decisiones acertadas y no tratar de ocultar los desaciertos presupuestales con creatividades presupuestales.
felix.felixsantana.