El candidato y el Presidente del PLD (Opinión)
El Candidato Presidencial y el Presidente del Partido de la Liberación Dominicana tienen una sagrada responsabilidad ante el gobierno y el Partido. La de dirigir y ganar las elecciones pautadas para el 15 de Mayo de 2016. Y eso implica mantener y fortalecer la unidad partidista para el trabajo electoral y el servicio a la comunidad; además, conseguir los votos suficientes para obtener el triunfo deseado, de manera que se pueda dar continuidad a la obra que encamina al país por senderos de progreso y desarrollo integral.
Por tanto, ninguna contradicción o diferencia debe interponerse ante esa ineludible obligación. De lo contrario, ambos tirarían por la borda la confianza depositada desde la militancia comprometida y desde la ciudadanía que cree, como nosotros, que desde 1996 hasta hoy, el PLD ha hecho con seriedad y honestidad, un gran esfuerzo traducido en realizaciones a favor de la República Dominicana.
Los resultados de ese magnífico esfuerzo se evidencian por todas partes. El progreso institucional del país es innegable. La infraestructura vial comunica de forma moderna a todas las regiones de la geografía nacional. El marco jurídico se rediseñó sobre una nueva estructura, definida en una avanzada constitución política, aprobada hace apenas 5 años.
Avances incuestionables que ha tenido y ha disfrutado la sociedad; a pesar de que aún quedan materias pendientes, entre otras cuestiones, la que tiene que ver con el fortalecimiento del sistema de partidos políticos, que resultará de una ley, todavía a la espera de ser aprobada en el Congreso Nacional. Mientras que en materia económica, salvo el primer cuatrienio de este siglo, el país ha exhibido un crecimiento sostenido envidiable. Todo un panorama propicio para atraer inversión extranjera, promover turismo y conseguir buenos mercados para los productos dominicanos.
Se trata sin lugar a dudas, de una realidad muy positiva que contrasta con el acostumbrado pesimismo del dominicano que espera soluciones rápidas e impostergables. Pues sorprende que ante tantos avances o evidencias de los pasos firmes que da el país hacia el desarrollo, una buena parte de los dominicanos respondan con una actitud crítica pero muy pesimista. Peor aún es que esa negatividad la manifiesten abiertamente y con desparpajo en cualquier escenario del país y el extranjero.
Y para muestras sólo basta mirarlos en programas internacionales de TV o ver sus intervenciones en ciertas agendas parlamentarias, donde algunos que se autodenominan buenos dominicanos, venden una imagen negativa, totalmente distinta a la que se conoce de la República Dominicana, en el exterior.
Por su parte, parece ser que algunos dirigentes del PLD y uno que otro dominicano ingenuo, han tomado como buenos y válidos los comentarios de esos extraños ciudadanos, en relación a que nuestro Partido ya es igualito a las organizaciones políticas más cuestionables que han existido en el país. Sin embargo, no me sorprende que los adversarios lo digan. Lo que si llama poderosamente la atención es ver cómo comenzamos a creer y a veces a repetir, semejantes mentiras.
Resulta interesante que la gran mayoría de los peledeístas y una buena parte de los dominicanos se sorprendan con lo que acaba de ocurrir en las pasadas primarias. Significa que no estamos acostumbrados a ello y en consecuencia, si no nos descuidamos, si no nos quedamos de brazos cruzados, podríamos no sólo desautorizar sino revertir a tiempo esa bajísima forma de ejercer la actividad política.
Por esa razón es que hacemos este llamado a los principales líderes del PLD, al Comité Central y especialmente a su Comité Político; de manera que no dejemos para mañana una tarea tan urgente. No importa si estamos inmersos en la Campaña Electoral. Tampoco importa el hecho de que no estemos en un Congreso. Ni mucho menos para actuar necesitamos esperar a que transcurran las próximas elecciones generales.
Lo ocurrido esta vez, sea de manos nuestras o infiltradas, es señal suficiente e inequívoca de que es preciso actuar ahora. Estamos convencidos que ya el Candidato y el Presidente del Partido saben de la urgencia y reconocen que tienen que ayudar a impulsar las medidas disciplinarias necesarias que contribuyan a detener inconductas hirientes, pronunciamientos reprochables y distanciamientos innecesarios entre compañeros y aliados.
Recuerden que no son pocos los militantes que no cabemos en ese partido que quiso dirimir con absurda violencia las normales diferencias en la lucha política. Así no fue que hablamos en la obra más grande de Juan Bosch. El PLD sigue siendo y será una obra hermosa. Una obra que ha dado muchos frutos para conducir el futuro, alimentar la vida y fortalecer la conciencia del pueblo dominicano. Por eso es absolutamente necesario que lo cuidemos mejor.
Pensemos por un momento en la idea que tomamos del Ideario de Juan Bosch, editado en el 2009, por la Feria del Libro y el Ministerio de Cultura, para honrar al Profesor en los 100 años de su natalicio: “ El mundo en que vivimos parece estar lleno de soberbia y de odios. Pero cuando entramos en él con la mirada limpia del que no tiene amarguras, hallamos que millones y millones de personas trabajan en silencio por un mañana mejor. Nosotros los dominicanos debemos unirnos a esa legión de hombres y mujeres que marchan positivos hacia el porvenir”.
jpm