El buen samaritano
La forma de distribuir los presupuestos generales del Estado caracteriza a cada gobierno. Ningún mandatario intenta quedar en la memoria histórica como alguien que no ha cumplido con sus promesas electorales. Sin embargo a lo largo de un período existen circunstancias que pueden condicionar una gestión ideal. Incluso en ocasiones se ve obligado a contradecirse con lo que prometió en campaña. Barack Obama, François Hollande, Ángela Merkel pero tampoco Hipólito o Leonel se escapan de este tipo de circunstancias políticas. Generalmente el resultado de incumplir las promesas es levantar malestar social, descontento parcial de la población, etc. En cambio el pueblo tendría que valorar y debe prevalecer lo positivo más que lo negativo de una gestión. No creo que ningún dominicano quiera mal para su pueblo, llámese Hipólito o llámese Leonel. Incluso Jesús en la parábola del buen samaritano muestra que la fe debe manifestarse a través de las obras, ya que las obras hablan por sí solas. Por lo tanto habrá que valorar el resultado de la gestión en cuanto a crecimiento, estabilidad y esperanzas de un futuro mejor.