El abuso sexual infantil
Los pueblos siempre determinan lo que ellos consideran correcto e incorrecto. En nuestras culturas de influencia cristiana, se considera el acoso sexual, manoteo sexual y relación sexual a menores de edad como abuso sexual infantil. De igual forma, el decir palabras morbosas o gestos provocativos también constituyen formas de éste delito. Este delito debe ser castigado conforme a las leyes de cada país; esto es una aberración humana. Sin embargo, hay que señalar que, se debe educar a las personas en este aspecto.
Existe en nuestra cultura dominicana algunas contradicciones que deben corregirse. Tal es el caso, de que los menores de edad con permiso escrito de los padres pueden contraer matrimonios, lo cual implica un abuso infantil autorizado. Además, el que algunos niños o menores de edad sean abusados y luego se ponen de acuerdo y con una cantidad determinada de dinero para dejar las cosas sin castigo penal, lo que constituye otra contradicción.
Una sociedad debe tener principios, leyes y valores bien definidos. Nadie puede tener dos enfoques diferentes y contradictorios en su mente sin que ésto cause alguna crisis interna. ¿Por qué en unos casos se condena el abuso sexual de los menores mientras que otros casos se considera como algo correcto?. Esto no debe ser así. Debe sancionarse todo abuso sexual infantil como una forma de crear un pensamiento directo y definitivo en las personas.
El turismo internacional ha sido el vehículo que transporta esta mala práctica y la fomenta como una industria generadora de dinero. Hace unos años se vendía a nuestro país como «un paraíso sexual», lo cual creaba un pensamiento morboso y por ende un anti- valor social y espiritual. Existe un turismo sano, bueno y cultural pero a la vez hay un turismo de placer sexual desordenado, aberrante y destructivo de la dignidad humana. Este último debe ser rechazado.
Dios ha creado al ser humano racional, inteligencia y capaz de juzgar las cosas para escoger las correctas. La desviación mental del ser humano ha inventado culturas impuras donde se casan con menores de edad a pesar de saber que física ni psicológica están preparadas para enfrentar semejante realidad. Es por eso que toda sociedad sensata y cristiana debe repudiar estos abusos sexuales infantiles.
Recientemente, se divulgó una noticia de que más de 21,000 personas se intercambiaban materiales de abuso sexual infantil en la Rep. Dominicana. Se hace necesario que las autoridades den con el paradero de estos individuos para sancionarles y educarles. No es posible que se siga una práctica abusiva y perversa, dañando las vidas de personas que son útiles, como seres inocentes e ignorantes; son nuestras gentes del presente y del futuro.
La sociedad dominicana debe tomar un camino diferente, en el que autoridades, padres de familias y la sociedad en sentido general se interesen por buscar una buena salida a la pérdida de valores de los dominicanos y exigir a los extranjeros buen comportamiento conforme a nuestras leyes.
Los pueblos avanzan, la corrupción humana avanza; por eso se requieren leyes estrictas, claras y aplicadas.
Ha habido sacerdotes y pastores que han cometido estas aberraciones y algunos solamente mencionan a estos religiosos. Sin embargo, esta situación está generalizada en muchos sectores y profesiones. Mas, hay que señalar que los líderes religiosos deben ser ejemplos, luz y norte a seguir, por lo que se requiere un comportamiento diferente a las bajezas del bajo mundo; por eso éstos deben ser sancionados y desligados de funciones religiosas que ocupan.
Hago un llamado a la conciencia de las personas para que respetemos la naturaleza humana. El abuso sexual infantil es una lacra social que trae consecuencias presentes y futuras. Hay que erradicar semejante conducta. Los pueblos que callan ante perversiones de esta naturaleza se asemejan a Sodoma y Gomorra, lo cual indica su necesaria desaparición.
Dios castiga estas aberraciones y los pueblos deben rechazarlas; sin embargo, debe haber un arrepentimiento que justifica el cambio de vida de los degenerados sociales y sexuales infantiles. Son criaturas de Dios desviadas, engañadas por el pervertidor de las naciones, Satanás. Dios perdona al que se arrepiente, y toma el camino correcto.
Dios le bendiga.