El aborto, Odebrecht y líderes políticos

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santiago.

América Latina es el gran escenario de permanentes conflictos políticos y sociales, más que los económicos.

No es que la mayoría de países del área superando sus problemas económicos. Lo que sucede es que los movimientos políticos y sociales están opacando las luchas económicas.

La batalla en contra y a favor del aborto, un mal social que provoca millones de muertes de criaturas antes de nacer, comenzando por Estados Unidos, donde esa actividad es legal, es también consecuencia de intereses políticos, presionados por los grandes laboratorios clínicos.

 En nuestro país se acaba de dejar “morir” el proyecto de Ley que creaba un nuevo Código Penal, que tenía incluido la penalización del aborto.

La legalización del aborto es promovido por organismos internacionales, los cuales pagan a muchos ciudadanos y ciudadanas dominicanos para que hagan campañas a favor de ese crimen.

El peor problema que tiene la defensa del derecho a la vida, manteniendo la prohibición del aborto, es la debilidad que exhiben las Iglesias Católicas y Evangélicas para rechazar esas posiciones.

No es que cojan las armas, como lo hizo el padre Camilo Torres, de Colombia, pero que por dirigir millones de fieles religiosos, se supone que tienen la capacidad de organizar manifestaciones que protesten en el mismo Congreso Nacional. ¡Ahí está la idea!

 Es mucho lo que se habla y se escribe de la falta de pruebas del Ministerio Público en contra de 14 imputados, de supuestamente recibir sobornos de la constructora Odebebret, para gestionar obras.

El soborno no es castigado en ninguna parte del mundo. Y la mejor demostración de eso fue la advertencia hecha por la presidenta del Tribunal de Apelación de la Suprema Corte de Justicia, Miriam Germán, del futuro incierto que tiene la acusación sin contar con las debidas pruebas, al cambiar las diferentes medidas de coerción para dejar en libertad a un grupo de los sometidos a la Justicia, aunque todavía falta el juicio de fondo.

Advertimos antes del conocimiento de la audiencia, que no hay pruebas, hasta el momento, para condenar a los imputados. Pensamos que esa acción es más política que de orden criminal. Pero debemos decir que nadie se opone a que los corruptos sean procesados. ¡Pero con pruebas!

Es que ese caso parece estar muy vinculado a los acontecimientos internacionales que involucra a importantes líderes políticos latinoamericanos, como es el caso del ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue condenado a 9 años y medio de prisión por supuestos actos de corrupción cuando era jefe del Estado de Brasil.

Luda Silva es el aspirante con mayor grado de apoyo para ganar la Presidencia de Brasil en las venideras elecciones,  pero detrás de éste están  grandes poderes nacionales e internacionales que luchan por castigarlo, porque  convirtió a una nación llena de pobreza, en la principal potencia económica de América Latina, capaz de producir aviones, helicópteros, camiones, carros, armas de guerra y otros artículos que compiten con potencias extranjeras.

¡Es por ahí que andan las cosas! Es lo mismo que a Leonel Fernández, probablemente el líder político más difamado con el respaldo internacional, pero uno de los  más populares del país, con todas  las posibilidades de convertirse en Presidente de la República.

Esos líderes, entre los cuales también están Cristina Fernández, de Argentina, Rafael Correa, de Ecuador, y  Nicolás Mauro,  de Venezuela, están pagando sus relaciones con Cuba. A Leonel le impidieron ser candidato en el 2016, a Cristina Fernández la sacaron del poder y Correa, que aspiraba a seguir en el poder, con toda la popularidad, no pudo seguir. Ya sólo queda, por pagar  su castigo, el Presidente de Bolivia, Hugo Morales.

Y la situación de Maduro, que derrotó a Henrique Capriles, es  que  quieren sacarlo del poder habiendo ganado las elecciones. ¡Buscan un típico golpe de Estado!  No es que Maduro  sea la excelencia, pero la mayoría votó por él en los comicios pasados.

 Y, para  continuar con las mismas acciones de Venezuela, en la República Dominicana se creó un gran movimiento que, junto al caso de la Odebrecht, estaba oculta la idea de llevarse al Presidente Danilo Medina, bajo la descabezada solicitud de renuncia del poder.

Con esa acción pusieron más lejos el poder político que estaba más cerca de manera institucional, a través del voto. El gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), parece ser muy afortunado. ¡Es que es mejor vivir en libertad con desarrollo!

JPM

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