Ego machista, una causa de feminicidio: ¿Qué debe hacer el Estado?
El feminicidio genera una fuerte erosión del tejido social, refuerza la descomposición social impactando en la inseguridad y en el temor de las personas, especialmente de las mujeres, incrementa la falta de confianza en las instituciones y en las personas, origina confusión al interior de las familias y de las comunidades, dejándolas sin recursos, sin capacidad de elaborar las pérdidas acumuladas que el feminicidio provoca.
Veamos el punto de vista del macho herido, que nunca nadie toca.
90% de hombres consultados acusados de golpear y maltratar parejas, me informaron que les duele haber dado todo en la relación, dinero, tiempo y amor, para que ella salga con amigas y baile con un enamorado muy pegados, o que gane más que yo económicamente, o que los tengan al menos. Eso duele dicen ellos.
El factor de ego, baja estima y cultura de en mi casa mando yo, se le sube a la cabeza después de 3 tragos y se transforma en Hulk el monstruo verde que se rompe la camisa.
La excusa de *Ella me provocó, se me enfrentó como un hombre y demás yerbas, no las acepto*.
Antes de golpear, retírese y no vuelva y así que sean felices los 3 y Ud. no irá a prisión, total eso es de ella y te lo presta, cuando ella quiera, fue el consejo que escuche en la cárcel y tiene algo de verdad. Evitar confrontación es mejor y si ella ya no te quiere, mas para adelante viven mujeres más jóvenes y bellas.
Pero ese ego herido, sanarlo no es fácil.
Entonces este problema debe resolverse desde el punto de vista psicológico, penal y cultural para prevenirlo, porque nunca lo podremos eliminar, como señala el maestro Misael Pérez: “Empezamos a tener una consecuencia, primero con las mujeres que se sienten indefensas que buscan la fiscalía las ayude y le sueltan al matatan y luego dicen los jueces yo no firme eso, claro que escriben con la derecha y firman con la mano zurda, jamás las firmas son iguales, pero los billetes siempre serán iguales de 2 mil cada uno y en un maletín lleno al estilo Quirino, como cuando este le entregaba a Leonel Fdez, el otro ingenuo que aceptaba billetes sin preguntar de dónde venían*.
Volviendo al tema.
No podemos dejar de mencionar los sueños, los deseos, la vida de tantas mujeres que se truncan, que nunca tomarán forma, que se pierden en el vacío, porque fueron segados a manos de un hombre violento, cuya familia, sociedad y gobierno no se ha ocupado seriamente de educar para el respeto y la equidad, no enseñan o educan para fomentar el respeto, no enseña a los hombres a no ser violentos, prefiere enseñar a las mujeres a cuidarse de la violencia y como señala la futura senadora Faride Raful, son el resultado de “una descomposición social, una desvalorización heredada de generación en generación, por desgracia, es la consecuencia más profunda…las niñas van sufriendo tanto, que se tienen que cuidar exageradamente, como que valen menos, y esa es la consecuencia más dramática, estamos creciendo mutiladas de nuestros derechos, en el autoconcepto, en la autovaloración, me parece que eso nos prepara para ser vulnerables, para actuar de manera vulnerable en la sociedad…creo que nuestra sociedad se está llenando cada vez más de rencor, de dolores no procesados, no hay, las instituciones no tienen, no se hacen cargo de las consecuencias de un feminicidio y me parece que el feminicidio es la muestra más clara del fracaso del gobierno, de la política, o sea un asesinato expresa la incapacidad del Estado y de la sociedad de respetar la vida de salvaguardar la vida”.
Ante esta descomposición social que la violencia contra las mujeres genera, las voces de las víctimas demandando justicia no dejan de oírse “yo se lo digo como madre, y como otras mamás que están como yo, que nos destrozan la vida, de mi parte se llevó la mitad de mi vida, a mi muchacha, me dijo llorando una victima mas de los 945 feminicidios de este 2019, sin contar las golpeadas, ojos morados y bocas torcidas que muestran muchas, que ya no quieren ni hablar de eso.
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JPM