EE.UU: una nación sumamente bendecida

No sé si al fragor de la información leída, mi alegría ha sido  demasiado desbordante, que me compele  a decir y admitir lo que siempre ha sido un secreto a voces:  los Estados Unidos  ha sido siempre  una nación bendecida  inmensamente por Dios.

Hace unos días,  me  encontraba leyendo el informe anual que presenta al mundo British Petroleum, la empresa de energía que se considera «La Biblia» de referencia en el mundo energético  y en el referido informe  dicha compañía pública que a finales del año pasado, los Estados Unidos de Norteamérica  ya habían logrado su total y absoluta independencia energética y que,  además,  mediante el método del fracking para la extracción de los hidrocarburos, había superado ya como productores mundiales a Arabia Saudita  y  a Rusia.

De acuerdo a dicho informe, la producción mundial  actual de los principales  exportadores del oro negro y el gas,  se establece de la siguiente manera:  ( en millones de barriles diarios)  Estados Unidos  11,644; Arabia Saudita  11,505; Rusia 10,838; Canadá 4, 292; China 4,246;  Emiratos Arabes Unidos  3,712;  Irán 3,614;  Irak 3, 285; Kuwait 3,123 y, por  último, México con unos  2,784 millones d/b/d. De acuerdo a este gráfico, estas son las 10 naciones que encabezan hoy en día la producción mundial de hidrocarburos.

Como ya me puedo imaginar,  el lector habrá podido apreciar que la República Bolivariana de las Colas  ya no figura en las 10 principales naciones exportadoras del  preciado «oro negro», lo que nos demuestra que su cacareada y mediática consigna de que «el imperialismo yankee se quiere apoderar de su petróleo» , carece de todo sentido  y lógica, por ser precisamente ellos (EE.UU) quienes tienen la mayor producción hoy en día y han descubierto mediante la técnica del fracking, inmensas reservas dentro  de las rocas de su plataforma marina.

Eso nos demuestra fervientemente, que la horda socialista, corrupta y totalitaria, destruyó el mayor patrimonio económico en que descansaba  la economía  de la patria del Mariscal Antonio José de Sucre.  Todo ha sido destruido, los mejores técnicos fueron desplazados por ignotos en la materia y  colocados en puestos delicados por su militancia chavista. Las instalaciones se han deteriorado en grado sumo por la falta de mantenimiento y, lo que es más grave e inmoral: el patrimonio no renovable de todos los venezolanos  se lo han regalado a los «Chulos de América» :  los Castros, los Correas,  los Evos,  los Ortegas  y los  Kirchner.

Pero, si la noticia anterior es motivo de alegría para los que hemos sido adoptados por esta nación,  otro dato que nos llena de satisfacción es que,  ya hay almacenado  tanto petróleo en los silos, que ya no hay más espacio   para más y no se sabe qué hacer con el millonario excedente. Según estimados, se calcula que hay una media de unos 92 millones de barriles más de petróleo guardado que en los últimos cinco años. Unido esto  a una mayor producción  y una disminución en el consumo interno debido a una nueva política energética y una modificación al sistema híbrido en el parque vehicular del país.

Los Estados Unidos ha sido siempre una nación previsora y que siempre trabaja con el presente pero edificando y asegurando el futuro para el bienestar de sus ciudadanos. Fue por ello que, cuando estalló la primera crisis del petróleo en agosto de 1973 en el Medio Oriente, tras la llamada «Guerra del Yom Kippur», cuando Israel fue atacado por Egito y Siria,  el gobierno  decidió edificar gigantescos silos en toda la geografía de la nación para guardar el excedente del petróleo comprado y hacerle frente a cualquier eventualidad futura en un mercado volátil y peligroso como lo es el Oriente Medio.

Es evidente, a juzgar por la situación actual,  que esa medida provisoria de construir silos y almacenar en ellos el excedente del petróleo adquirido por los Estados Unidos  desde la crisis del 1973,  llenó su cometido.

Pero, independientemente  de  los datos anteriores,  hay otros que, sin lugar a dudas, nos hacen ver que la grandeza y el desarrollo de esta gran nación ha sido imparable desde que obtuvo su independencia del imperio  de la Gran Bretaña el 4 de julio del 1776. Cada día se van sumando más y más logros como ha sido el caso  que ha dado motivo a este humilde artículo.

Fueron pioneros en la conquista espacial frente a la Unión Soviética. Tiene la economía más grande del planeta y en su territorio se encuentra la bolsa  de valores más  importante en el mundo. Es la nación con la mayor reserva de oro en la faz de la tierra  y  alberga 139 de las 500 empresas más grande e importantes del mundo. Por igual, es la nación  con más abundante  recursos naturales  tanto  de tipo alimenticios como minerales.  Su desarrollo industrial y tecnológico están siempre en los primeros  lugares  y ni que decir de las investigaciones científicas  y los  avances médicos.

Huelga decir que es hasta el momento,  la mayor potencia militar en el mundo y la única  capaz de desplegar  rápidamente todo su potencial bélico  a través de sus flotas navales en los cinco continentes que forman el planeta tierra.  De igual manera tan poderoso cómo  su ejército, es la moneda que representa  al imperio del águila, ya que ella es el patrón de referencia comercial  en todo el mundo.

Al margen de todos estos  logros, éxitos y riquezas,  es la nación más democrática y en donde el imperio y el respeto a las leyes es su estandarte de vida para los que gobiernan y los gobernados. Es ahí en donde ha descansado su verdadero desarrollo como nación civilizada  y  de ejemplo a imitar.

En su informe anual del 2014, la ONU en su capítulo de «Indice de Desarrollo HUmano», clasificó a los Estados Unidos entre las cinco naciones en el mundo con el mejor nivel de calidad de vida para sus ciudadanos, después de Noruega y Australia. Es la razón por la cual millones de seres humanos hacen lo indecible por vivir el «american dream», incluyendo a los tarados y tísicos mentales de la llamada izquierda política, que una vez hecho gente y haberse despojado del nivel de subdesarrollo en que han crecidoen sus países, enfilan sus resentimientos, odios  y bajas pasiones en contra de la nación  que los albergó y les mató el hambre.

Una nación de valores,  de principios y fundada en los cimientos de la fe cristiana, como lo demuestra su lema impreso en su papel moneda: «In God we Trust» (En Dios confiamos).  Su generosidad como nación no solo se ha limitado a sus ciudadanos, sino que ha trascendido sus fronteras . Esa solidaridad internacional, se  acoge  fielmente  al pensamiento sobre la grandeza  que dijera el célebre escritor y político francés,  artífice  del pensamiento de la  ilustración  Charles-Louis de Secondat, mejor conocido como «Montesquieu»:  «Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella» y los Estados Unidos ha sido una nación humanitaria con el mundo.

Bajo ese tenor,  me siento muy orgulloso de haber jurado frente a la bandera de las barras  y las estrellas y por eso exclamo a viva voz :  !! God Bless America forever!!

 

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