Domingo
SAN PEDRO DE MACORIS. Domingo Rosario se convirtió en el primer deportista en ser escogido para ingresar a la inmortalidad del Salón de la Fama de Deportistas Petromacorisanos. Rosario es un un otrora jugador estrella del basket nacional que ayudó al club Mauricio Báez a implantar una mini-dinastía entre 1984 y 1986, además de ser miembro de diferentes selecciones nacionales, como de Centrobasket y Juegos Centroamericanos y del Caribe. Es el primero seleccionado de entre ocho deportistas que serán elevados al altar de la inmortalidad en la versión del 2014 del Salón de la Fama de esta ciudad. La exaltación de Rosario y de los demás ex atletas a ser anunciados más adelante tendrán lugar el domingo 14 de septiembre, en un solemne acto programado para celebrarse desde las 10:00 de la mañana en el salón Don Francisco Comarazamy, de la Alcaldía Municipal. Rosario fue escogido por sus notables éxitos como jugador de baloncesto y la responsabilidad recayó sobre un Comité de Selección, informó el presidente del Salón de la Fama de Deportistas Petromacorisanos, ingeniero Juan Eric Yermenos. Nativo del Ingenio Quisqueya, donde nació un 19 de agosto de 1964, Rosario fue un notable jugador de baloncesto superior que brilló con el equipo del club Mauricio Báez en los torneos superiores del Distrito Nacional. Dueño de una dilatada carrera de 13 años en el baloncesto capitalino, Rosario finalizó con cifras dobles en anotación en nueve campeonatos de 12 que jugó como jugador titular con el Mauricio Báez. Debutó actuando en seis encuentros como reservista en 1982 y se retiró en el 95 actuando también en media docena de choques saliendo de la banca. El fue uno de los arquitectos que ayudó al Mauricio Báez a hegemonizar el basket superior distrital del 84 al 86, período en que el combinado de Villa Juana conquistó el título en cada uno de esos campeonatos con Fernando Teruel como timonel. Rosario tuvo su mejor año en el torneo de 1991 cuando su equipo perdió la primera de dos finales consecutivas a manos del legendario club San Lázaro. En esa temporada tuvo una media de 18,4 puntos por partido, producto de 277 tantos en 15 encuentros de serie regular. En 1990 también consiguió cifras notables al promediar 17,6 puntos en 15 partido. Su consagración comenzó en 1984 al terminar el torneo con average de 14,3. Rosario, a quien las lesiones no le permitieron desarrollar todo su talento y potencial, se retiró el basket distrital como uno de los pocos jugadores, en su momento, con más de dos mil puntos encestados. Terminó con 2,018 unidades y 4079 rebotes, para promedios de 11,2 puntos y 2,7 rebotes por encuentros. of-am