¿Diputados del Sur financiando a Salud Pública?
He leído con asombro los últimos días que la Cámara de Diputados ha donado un millón quinientos mil pesos a cinco hospitales de la Región Sur del País. De acuerdo a las noticias publicadas los recursos provienen del Fondo de Gestión Social de dicha Cámara y los hospitales beneficiados pertenecen a las provincias de San Juan de la Maguana, San José de Ocoa, Azua, Barahona y Pedernales.
El gesto de los diputados de las provincias citadas, de desprenderse de recursos que le corresponde a ellos administrar, es bueno y hasta digno de reconocer; sin embargo, no termino de entender por qué organizamos las cosas al revés, como Estado, y no como tiene que ser.
Me explico, a quien le corresponde, según tengo entendido y no me falla la memoria, todo lo relativo al tema que nos ocupa es al Ministerio de Salud Pública y no a una Cámara Legislativa.
Alguien, con mucha razón, podría corregirme diciéndome que la acción desarrollada por los diputados es correcta, ya que esos recursos son necesarios en los hospitales donde fueron entregados. Eso es cierto, pero también es cierto que quien tiene que suministrar los recursos para estos servicios es el Ministerio de Salud Pública y no un poder del Estado que tiene como función esencial tratar todo lo relativo a las leyes.
Los dominicanos y dominicanas no nos damos cuenta que en materia de administración y uso de los recursos del Estado existe un verdadero caos. Cada incumbente, sea en una Dirección General, Ministerio, Altas Cortes, Cámaras Legislativas, Ayuntamiento, Distrito Municipal u otra dependencia estatal, se considera con todo el derecho de hacer lo que le parezca y no hay controles ni supervisión de sus acciones. Son verdaderos gobiernitos independientes y tienen en el bolsillito más pequeño de sus pantalones el destino y el bienestar de todo un pueblo.
Para muestra dos botones o mejor dicho tres botones: 1) ¿Cuántos millones está gastando el Gobernador del Banco Central de la República Dominicana en unos muñequitos que nos presenta en la TV, explicándonos en qué consiste la inflación? 2) ¿Cuántos millones gastó el Vicepresidente Ejecutivo de la CDEEE tratando de hacernos creer, inútilmente, en anuncios de radio y TV, que las plantas a carbón no son contaminantes? 3) ¿Cuánto le costó al Administrador General del Banco de Reservas, de su momento, la grabación del excelente documental de los merengues clásicos, interpretados por Joseíto Mateo, Vinicio Franco, Frank Cruz y Songo Santana?
Como podemos observar en estos tres ejemplos, las cosas no andan bien en nuestro País, en materia del uso de los recursos del Estado. ¿Quién le ha dicho al Administrador General del Banco de Reservas que haga lo que le venga en gana con los recursos nuestros?
Todo tiene una justificación en la vida y el Administrador General del Banco de Reservas, de su momento, se va a disparar diciendo que el Consejo de Administración fue quien aprobó la decisión de grabar el documental citado, con motivo del aniversario del banco y que, además, en la política del BR existe un capítulo para gastos en el área de la cultura. ¿Para qué existe, entonces, el Ministerio de Cultura?
¡Qué bueno, eh! ¿Y qué nos dirían el Gobernador del Banco Central y Vicepresidente Ejecutivo de la CDEEE?
Tal y como he expresado anteriormente, la acción de nuestros diputados no es censurable, todo lo contrario, lo veo como un acto de buena fe y a favor de una causa justa. Lo que sí es censurable es cómo se administran los fondos en las diferentes dependencias del Estado, donde cada quien hace lo que le viene en gana o que pone en práctica lo que soñó la noche anterior.
Lo cierto es que los recursos que poseemos, como País, son escasos; por lo tanto, deberíamos administrarlos mejor.
Lo que acaban de hacer los diputados del Sur es un ejemplo de que las cosas no andan bien y la clase dirigente debe ir pensando que a este País hay que organizarlo, para que no siga siendo víctima de la improvisación y desorden.
Cabe aquí un refrán muy popular en RD: “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Y yo diría, para sintonizar con todo lo que he expresado, “ganancia de vividores”. ¿Cierto o Falso?
La Cámara de Cuentas tiene la última palabra.