Deuda de petróleo por deuda de bonos
El miércoles 21 de enero recién pasado del año que discurre el Gobierno Dominicano colocó bonos soberanos en el mercado global de capitales por US$2,500 millones a una tasa promedio ponderada de 6.3% y plazo de 22 años promedio, nueve días después, 30 de enero del cursante año se anunció que con el importe de los bonos se había comprado el 97.7% (US$ 4,027 millones) de la deuda acumulada hasta el 31 de diciembre del año 2014 ascendente a US$4,123.8 con Petróleo Venezolano Sociedad Anónima (PDVSA) en el marco del Acuerdo de Petrocaribe por la suma de US$1,933 millones.
Dicha deuda conforme el Acuerdo de Petrocaribe se concertó en el año 2005 a una tasa de interés del 1% anual con dos años de gracias a un plazo de 20 años, restando a la fecha 11 años para su cumplimiento de la deuda que data de ese año. La anterior transacción de compra de la deuda con Petrocaribe significó para el país un 52% de descuento o el equivalente a US$2,094 millones con lo que se redujo el monto de la deuda pública del sector no financiero en un 3.3% del Producto Interno Bruto al bajar de US$23,813.11 millones (37.2% del PIB) a US$21,717.2 millones (34.0% del PIB). Hasta aquí todo bien. Desde que se anunció la señalada operación de cambio de deuda por otra o manejo de pasivos sin que aún se conozcan los detalles pormenorizados de esta compra, economistas, políticos, empresarios y público en general se destaparon muchos con comentarios favorables a favor de dicha transacción y otros con ciertas reservas o cautela al externar sus opiniones. En ese sentido, al día siguiente de la transacción de sustitución de una deuda por otra o de pagar una deuda con otra los funcionarios del sector fiscal y periodistas a sueldo por el gobierno llenaron los programas de los distintos medios de comunicación para expresar su apoyo y regocijo a la operación realizada, en la que resaltaban sus bondades. Otros, políticos y público en general sin conocer el meollo de la operación arrastrado por la emoción y comentarios favorables de personas ligadas al gobierno de turno se sumaron también a tales opiniones externadas sobre la compra de la deuda con Petrocaribe como si se tratara de que el país estuviera saliendo de la totalidad de la deuda publica equivalente a casi un 50% del PIB, cuando lo que se ha hecho es solo abonar o amortizar el extraordinario endeudamiento que enfrenta el país a raíz de los déficits presupuestales que cada año registra debido a los gastos superfluos o innecesarios y la baja calidad de los mismos que han mantenido las autoridades del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Como se sabe cada déficit fiscal se traduce en deuda y esta a su vez en impuestos que pagan los pobres y clase media de la población. Entonces ¿a que se debe tanta algarabía cuando lo que se realizó fue una operación que puede ser cuestionada y que el gobierno a través de sus voceros se han encargado de magnificar haciendo creer al pueblo que se ha logrado la gran panacea o la solución de todos los males que padece la población más vulnerable del país?. La situación es tan dramática que conforme la CEPAL la pobreza del país se mantiene por encima del 40% no obstante el famoso crecimiento económico de un 7.5% de PIB del año 2014 al tiempo de que no es ningún secreto que el endeudamiento con Petrocaribe continuará acumulando otros montos deudores por encima del balance pendiente de US$96.8 millones actualmente adeudado, después de la transacción aquí comentada, que el país tendrá que honrar en el futuro si es que dicho acuerdo con Venezuela no lo suspenden a la luz de la delicada crisis económica por la que actualmente atraviesa esa nación suramericana. Si se analiza la señalada operación de sustitución de una deuda por otra conforme el perfil de las mismas se puede colegir que esta transacción favorece ampliamente al país venezolano pues si se determinara sin artificios o supuestos vagos el valor futuro de los bonos conforme las condiciones en los que fueron emitidos alcanzaría un monto de intereses anuales a pagar de US$322 millones mientras el valor futuro de los intereses anuales de la deuda con Petrocaribe a la fecha de la compra de la deuda ascendería a US$42 millones. Y si se calculara el valor presente de ambas deudas en términos de una anualidad ordinaria la deuda de los bonos soberanos alcanzaría los US$3,779.7 millones y la deuda con Petrocaribe el importe de US$439 millones, siendo esta última más favorable para la República Dominicana más aún si se toma en cuenta el envejecimiento de la deuda en el cual se incluye la devaluación o depreciación de las divisas a nivel local e internacional. En asuntos financieros el principio de la cautela o el conservadurismo es vital evitando las emociones o el optimismo extremo ya que se debió analizar antes de la operación de sustituir una deuda por otra o el manejo de pasivos el captar un mayor rendimiento de los US$2,500 millones a través de operaciones overnight internacionales. También debió tomarse en cuenta que es preferible una buena liquidez que una solvencia frágil como la que presenta el país debiendo contemplarse la inversión de los US$2,500 millones de los bonos en certificados o préstamos locales a una tasa que pudiese superar la transacción realizada y con el rendimiento pagarse los intereses o amortizarse las deudas de los bonos o la deuda con Petrocaribe y apreciar las bondades de este último endeudamiento en cuanto a plazo e intereses y forma de amortización mediante especies (productos agrícolas y otros). De manera que dicha transacción debió madurarse por más tiempo antes de tomarse una decisión y buscar más asesoría a no ser que lo que se buscara fuera ayudar a Venezuela ante su precaria situación económica. felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com
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