Desenvainar el machete para iluminar conciencias

imagen
EL AUTOR es periodista y funcionario del Ministerio de Turismo. Reside en Santo Domingo.

Por LUIS SIMO

 

El Sur dominicano, es espacio de insurrección y lucha. Desde  la resistencia de Anacaona y Caonabo hasta la rebelión de Enriquillo, desde la acción internacionalista del cacique Hatuey hasta los indómitos guerrilleros de Lemba en las primeras cimarronadas donde el negro esclavo,  traído al decir de Nicolás Guillen sobre “el mar entre cadenas”,  reitero su dignidad a  lanzas y coraje. Estamos en el Sur, donde los antepasados de Simón Bolívar descansaron, antes de engendrar en su vientre fecundo, el huracán conocido como el vencedor de las mil dificultades que cierra, en ciclo magnifico de batallas, la decadencia del Imperio Español en Sudamérica.

Estamos en Bani,  bautizada por el Apóstol  José Martí, como “tierra de bravos” y nos convoca esta noche el espíritu indómito del Ultimo Libertador de América. Venimos a rendirle homenaje de recordación perenne, continua y combativa al General de Generales,  al Bravo entre los Bravos. Al guerrero invicto de la Reforma y al paladín de la campana de la Tea que espanto las crueles avispas de los generales españoles Valsameda y Martínez Campos

¿Quién es este banilejo y dominico-cubano,    a quien el London News  llama Napoleón de las Guerrillas? ¿Quien en este hombre a quien Max Henríquez Ureña bautiza como hombre “de idea  y de acción”?  ¿De que raíz fecunda brota su espíritu guerrero, aquel que nunca, contrario a Napoleón, asistió a una academia militar?

El artífice de  la carga al machete, el invicto general  nacido en tierra de valientes era la expresión más alta de la escuela militar dominicana, junto a otros, no menos importantes como Luis Marcano.  Era la síntesis de Enriquillo, Hatuey, de Lemba y del estratega genial de la Guerra de la Restauración Matías Ramón Mella.

El pueblo dominicano vertió sus experiencias guerreras en el sagrado escenario de la manigua cubana. El machete, arma ideal para el combate cuerpo a cuerpo, brillo en el candente sol cubano y sembró  victorias que desarticularon a la infantería española, la más poderosa de su tiempo. Desigual fue la lucha del heroico pueblo cubano, unos pocos miles de mambises contra  más de 200,000 soldados españoles. En el estrecho escenario de la guerra, el Generalísimo Máximo Gómez libro combates que son paradigmas de astucia,  prudencia y  planificación.

El encuentro con el pueblo cubano y particularmente  con la esclavitud sensibiliza su corazón y lo convierte en revolucionario. Es la esclavitud, que lacera y violenta la dignidad humana de miles de negros traídos de África para alimentar las arcas del colonialismo español y  la oligarquía azucarera cubana, lo que  lo convierte, en un “revolucionario radical” al decir de su propia definición.

Su famosa carta al Coronel Andrés Moreno, en la que comenta la desigualdad social en el campo cubano,  lo dice con sublime elocuencia  “Cuando llegue al fondo, cuando puse mi mano adolorido del pueblo trabajador y lo sentí herido de tristeza, cuando palpe al lado de toda aquella opulencia, alrededor de toda aquella asombrosa riqueza, tanta miseria  material y tanta pobreza moral; cuando todo esto vi en la casa del colono, y me lo encontré embrutecido para ser engañado, con su mujer y sus hijitos cubiertos en andrajos y viviendo en una pobre choza, plantada en la tierra ajena, cuando pregunte por la escuela y se me contesto que no la había habido nunca, y cuando entramos en pueblos como Alquizar, Ceiba del Agua, El Caimito, Hoyo Colorado, Vereda Nueva, Tapaste y cincuenta mas, no vi absolutamente nada que acusara ni cultura ni aseo moral, ni pueblos limpios, ni riquezas limpias, ni vida acomodada, y nos recibían del brazo del Alcalde y el Cura; entonces yo me sentí indignado y profundamente predispuesto en contra de las clases elevadas del país y en un instante de coraje, a la vista de tan marcado como triste y doloroso desequilibrio, exclame ¡Bendita sea la tea!”

Este hombre cuyos matices de carácter deslumbraron a todos los que lo conocieron era  de una firmeza de acero en el mando. Capaz de lanzarse al combate con audacia y con un desprecio absoluto a la muerte. La manigua cubana jamás olvidara su mirada de águila, la firmeza de su brazo blandiendo el machete, la arenga incendiaria que levanto a toda Cuba entre humo, caballos y estruendo.  Tampoco su ternura con los niños  y las mujeres o su intransigente honestidad que desprecia los intentos del oro español para comprarlo. El dinero jamás lo sedujo y  su generosidad era la medida exacta de su amor.

El autor del Viejo Edua y Diario de Campana fue también un intelectual fecundo. Escritor brillante que dejaba en todo lo que narraba su pasión libertaria. Su vinculación con José Martí y Antonio Maceo le permitirá descubrir la raíz de  la cubania, esa cubania entrañable  y radical   expresada por el Titán de Bronce en su Protesta de Baragua.

Gómez la sintetizo en esta frase: “Las clases trabajadoras en el destierro le quitaban el pan a sus hijos y daban dinero para que nos mandaran armas y, y con miles de trabajos y exposiciones nos fueron llegando las armas. Los ricos contribuyentes de sangre y dinero fueron-como acontece en las horas de grandes sacrificios para el bien y gloria de los pueblos- raras excepciones. Puede decirse que la tabla de salvación para los combatientes lo fue siempre la chaveta del tabaquero. Honor y gloria a esos heroicos hijos del Pueblo Cubano!

El Manifiesto de Montecristi, del cual se cumple este año su 120 aniversario, documento esencial de la guerra de independencia o guerra necesaria, es la síntesis de la convergencia de ideas de Martí, Gómez y Maceo. El documento combate el racismo fomentado por las autoridades coloniales españolas y deslinda claramente los campos con los autonomistas y reformistas. Es un documento republicano, democrático, que encarna la voluntad nacional de independencia y cambio social, que apela a la guerra de liberación, libre de odios, inspirada en el respeto más radical a la dignidad del ser humano.

Este documento, que asimila la experiencia latinoamericana de repúblicas feudales o teóricas, que no injertaban el mundo al tronco de nuestras repúblicas, que  critica  el caudillismo, las guerras fraccionales, las guerras por límites fronterizos, y el retraso material y cultural, fue además, un llamado a la unidad de los pueblos latinoamericanos a apoyar la independencia de Cuba como equilibrio ante el poder imperialista de los Estados Unidos.

Cubania y dominicanidad, nacidas de la radicalidad revolucionaria de Gómez, Martí y Maceo, tienen hoy el mismo significado. “A la raíz va el hombre verdadero. Radical no es más que eso. El que va a las raíces, escribió el Apóstol Martí. Ser revolucionario radical, significa para Gómez, que solo los pobres de la tierra, llevaran la revolución hasta el fin. No en vano, nuestro Maestro Juan Bosch, pronostica, al final de su formidable ensayo La Revolución de Abril  que la época de las revoluciones burguesas ha concluido en nuestro país. Las banderas de la próxima revolución social serán sostenidas por las manos callosas pero firmes del proletariado  dominicano.

Compañeros y compañeras.  América Latina es tierra de utopías. Su porvenir fue sonado por grandes como Miranda en las calles de Londres o Bolívar junto a Petión en Jacmel, Haití. Las armas que incendiaron las  llanuras venezolanas partieron de la Primera República de hombres negros libres del Mundo.  Por otra parte, el liberalismo radical latinoamericano y caribeño hermano a Antonio Maceo y a José Eloy Alfaro Delgado, prócer liberal del Ecuador. El héroe nacional de Nicaragua, Augusto Cesar Sandino, con su pequeño ejército de hombres libres   sostuvieron la llama de la resistencia en Ocotal, primera ciudad latinoamericana, bombardeada por la aviación yanqui.  Como oleadas de un mar inquieto, le aparecían los rebeldes nicas a la soldadesca yanqui hasta que aquel ejercito de campesinos expulso al invasor norteamericano. Igualmente, el pueblo dominicano resistió meses es un espacio de varias cuadras a un ejército imperial de 40,000 soldados yanquis.

En un discurso memorable, nuestro Héroe Nacional, el Coronel Francisco Caamaño Deño sentencio, con firmeza: “El reloj de la Historia, se atrasa, pero no se detiene”. Pues bien, la hora de la realización de la Utopía hace rato que ha comenzado… Se inicio un 27 de febrero en Caracas de 1989, donde los miles de habitantes de las casas de cartón, protagonizaron la primera gran rebelión contra el neoliberalismo. Más tarde, siguieron los indios mayas del Subcomandante Marcos en México, las oleadas indígenas en el Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. Y, oh osadía! Un  indio, Evo Morales Ayma, escalo el poder en Bolivia. La América negra, mulata, blanca e india, broto como un volcán en la rebelión del 24 de febrero del  Comandante Eterno Hugo Chávez, arquitecto, junto a Fidel   Castro, de la nueva independencia latinoamericana y caribeña.

En todos ellos vive y vibra la Nueva América Latina. La de la Alianza Bolivariana de los Pueblos y Tratado de Comercio de los Pueblos,  la de la Comunidad Económica de América Latina y el Caribe o de UNASUR. La utopía, tan criticada por los mercaderes de la política y maestros del entreguismo, toma cuerpo. No somos ni jamás seremos patio trasero de nadie. Desde el rio Bravo en  México hasta el estrecho de Magallanes en Chile y Argentina, surge una sola América unida, combativa, solidaria, prospera y  socialista como la sonaron Simón Bolívar, Benito Juárez y Hugo Rafael Chávez Frías.

Compañeros y compañeros.   El compromiso de todos los integrantes de la Fundación que nace hoy es desenvainar el machete. No para cortar cabezas, sino para iluminar conciencias.  Los miembros honorarios, juramos también, con los demás integrantes de esta Fundación que lleva el nombre del Generalísimo invicto, que no descansaremos un minuto hasta que el nombre nombre venerado de Máximo Gómez Báez sea conocido y honrado por todos los hombres y mujeres honrados de la Tierra.
(Discurso pronunciado en la presentación de la Directiva y miembros honorarios de la Fundación Máximo Gómez, actividad realizada en el Centro Perelló, de Bani. La actividad también conmemoraba el 120 aniversario del inicio de la guerra que condujo a la independencia de Cuba, iniciada el 24 de febrero de 1895).

 

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar a
guest
2 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios