De Ruth Bader a Amy Coney (1 de 2)
Con la partida física de la honorable Ruth Bader -una pérdida irreparable para toda la sociedad- se presentó la oportunidad de sustituirla y el presidente Trump procedió a nominar a la honorable Amy Coney Barrett para cubrir la vacante.
El Senado, en una decisión apresurada y perfectamente institucional, aunque polarizada y marcada por la lucha política del momento, aprobó la selección que presentó el Presidente. Con una votación dividida, conforme a la composición del hemiciclo, Amy es hoy la nueva juez de la Suprema.
Tengo la creencia de que, si no viviéramos esta confrontación partidaria tan aguda, la nueva juez hubiera logrado un margen más amplio en su elección; por lo menos diez o doce senadores demócratas se hubieran sumado a la iniciativa de los republicanos. Pero, se vive la hora de las definiciones en el Congreso y no hay espacio para juicios individuales.
Ahora, lo interesante es poder establecer con objetividad, si la Suprema gana o pierde con la sustitución de Ruth por Amy, al margen de lo disímil de sus credos y orientaciones sociales. Y es aquí donde entiendo yo, está lo controversial de la idea. Se trata de estimar el peso específico de cada una de estas ejemplares damas en el instante que llegaron a la corte superior.
Ruth se recibió primero de Cornell University y luego de la Escuela de Derecho de Harvard University, siendo una de las mejores en su promoción. Ejerció el derecho y trabajó para las universidades Rudger y Columbia. Además, fue parte del staff de Edmund L. Palmieri, juez de distrito, durante dos años.
Antes de ser nominada al Tribunal de Apelaciones del DC, Ruth se distinguió en el campo de la lucha social. Su apuesta principal fue la igualdad entre hombres y mujeres, o, mejor dicho, la emancipación de la mujer, aunque ésto último suene fuera de contexto en el siglo XXI y en la primera república democrática real del mundo.
Pero, cual que sea la lectura que se tenga de la honestidad del planteamiento, aquella diminuta muchachita de Brooklyn sentó sus reales en ese campo y hoy por hoy, su nombre será asociado siempre al eufemismo de la igualdad entre hombres y mujeres.
En este punto, creo que debo hacer una precisión, para tranquilidad y deleite de Aby, mi hija mayor. El sarcasmo en la exposición escrita no es un ingrediente de buen gusto y mucho menos en la conversación; pero, a veces, brota de manera espontánea, solamente para evitar hacer juicios mucho más punzantes y que no queremos hacer públicos. El asunto de la lucha por la “igualdad de género” viene a ser una soberana hipocresía, porque a ninguna de las partes envueltas le interesa levantar esa bandera con sinceridad.
Retomando el sendero y revisando la cronología, antes de llegar a los tribunales
y ser recibida por todos de pie, RBG libró una guerra frente al conservadurismo, siempre a contracorriente; y todos fuimos cómplices, porque admitíamos la legitimidad de sus postulados, aunque nos distanciáramos de su pensamiento social. Nos cautivó su arrojo y valentía, más no, la justeza de su pensar.
Ya instalada en el olimpo de la Suprema Corte, Ruth nos dio mucho que pensar. Siendo una liberal de barricada, en varias ocasiones cerró filas y votó junto a sus colegas más conservadores, revelando la intrínseca rebeldía de su interior. Pero, también, encabezó memorables jornadas de lucha por las causas modernistas, nobles e igualitarias.
En el verano del 2016, RBG nos sorprendió con una irreverencia mayor. Con la lucha política al máximo, acusó al presidente Trump de “farsante e incoherente”, calificativos muy escuchados por el mandatario, pero, nunca provenientes de un juez de tan alto tribunal; cuyos miembros son considerados -por toda la nación- como seres humanos que “están por encima del bien y del mal”.
Y tan rauda como la acusación, nos llegó la rectificación, lo que nos conduce a descubrir una singular característica de esa “honorable, aún después de muerta” juez. El acto de constricción, tan propio de las confesiones culposas, tampoco se hizo esperar. En una declaración a la prensa, Notorious RBG afirmó lo siguiente: Reflexionando sobre mis comentarios recientes, en respuesta a preguntas de la prensa, creo que fueron inapropiados y me arrepiento de haberlos hecho.
Poniendo en una balanza el legado de Ruth, antes, durante y después de su paso por la Suprema, creo que ha sido de beneficio para toda la ciudadanía, incluidos sus desaciertos. Su herencia es un canto a la valentía y un desafío para las generaciones por venir. Su historia, ya pertenece a la gente del futuro.
Pero su sucesora, Amy Coney Barrett, no es menos “notorious” y de su accionar esperamos aportes similares, aunque no sean en la misma dirección. En todo caso, será en otra entrega cuando sopesaremos y comparemos, como hacemos hoy, los logros de su carrera.
¡Vivimos, seguiremos disparando!
JPM
ruth,como usted la llama,fue muy famosa,demostró capacidad,lucho con tesón por lo que creía justo y dejó imborrables huellas,pero muchos consideran que una ves diagnosticada con un terrible cáncer, debió facilitarle a obama,sustituirla en la suprema,por otra jueza liberal,joven y sana,algo que segun se ha publicado,no aceptó.
esta ultima, fue elegida para completar una agenda de este presidente, pero las personas cambian y espero que ella retifique su posicion con los miles de personas que tendran su vida tremendamente afectada si se elimina el obama care sin ante tener un plan medico inmediato para reemplazarlo, lo mismo que con las leyes de inmigracion y los dreamers.recuerdo que fue la primera jueza en ganar el derecho a viuda donde la mujer a los 60 anos recibia
x cantidad de dinero por la muerte de su esposo, pero cuando un hombre fue a reclamar los mismos beneficios, se lo negaron y ella lo llevo a la corte suprema y lo gano. tambien de una mujer piloto de combate donde despues de anos descubbrio que su sueldo no era el mismo que el de sus companeros, ella siempre penso que era un descuento mas, pero era que el piloto hombre tenia un incentivo que no tenia ella por ser la mujer aun ejecuntando la misma
funcion, esta jueza cogio el caso y tambien lo gano. una vez le preguntaron que cuantos jueces femenino ella queria ver en la corte suprema y ella le contesto que 9 jueces, el periodista se asombro y ella le contesto, pero nunca te ha asombrado por ver 9 jueces hombres.,, no puede haber comparacion entre ambas, seria comparar manzanas con peras.buen arti****, lo felicito.
el obama care es un plan para enriquecer a las compañíasaseguradoras,y pongoncomo ejemplo el caso de mi cuñaday esposados septuagenarios que no reciben casi nada de beneficios del seguro social y que no se acogieron a este plan y fueron multados con 500 dólares cada uno, mi esposa con 62 anos.se acogió al plan obama carrera travez de blue cross blue shield,pagadole el irs a la aseguradora 900 dólares mensuales en dos anos que estuvo nunca pagaron
ni un solo centavo ni en consulta,laboratorio ni medicina ni nada.fue un puro robo,por eso obamacare,es bueno para los menesterosos ,pero para clase trabajadora que ganen mas de 20.000 dólares es un asalto,
por todo eso,trump 2020-2024
estoy un tanto de acuerdo con su arti**** pero no en su conclusion, jamas los aportes de esta jueza seran similares a las de las jueza rbg, si seran en otra direccion, pero para deproterger a millones de personas cobierto por un plan medico llamado affordable care act o obama care el cual corre el peligro de ser elminado si llega a su mano. no existe comparacion entre ellas, porque la primera fue elegida y dedico su vida a interpretar las leyes,