De Duarte a Balaguer: dinámica de amor y nacionalismo
Al celebrar un año más del natalicio del Padre de la Patria, en circunstancias delicadas para nuestra soberanía, no es extraño que rebusquemos en el presente y el pasado reciente, tratando de encontrar en él personajes que pudiesen reforzar el pensamiento y la obra, tan necesaria hoy para nuestro pueblo, del patricio Juan Pablo Duarte.
Uno de esos hombres, patriota a carta cabal, lo fue sin dudas el Dr. Joaquín Balaguer. Su vida llena de sacrificios y privaciones, de decisiones acertadas y de acciones implementadas sin vacilación, tiene una semejanza incuestionable a la del protagonista de El Cristo de la Libertad.
Recordar en la revisión de su histórica obra rasgos coincidentes con los del libertador no es labor difícil. Su fervorosa defensa a la Patria, siendo apenas un adolescente (un año menos quizás que la que tenía Duarte cuando concibió liberar nuestra nación del yugo haitiano), la cual mantuvo como ofrenda y homenaje a la memoria de tantos hombres y mujeres cuya sangre y vidas sirvieron de abono a nuestra nacionalidad y soberanía, constituye la mayor evidencia de estas similitudes. Balaguer nunca puso en peligro los intereses de nuestra nación como país libre, soberano e independiente.
Su entrega a la Patria, su sacrificio, su desprendimiento y su abnegación por ella, como en el caso de Duarte, no fue más que el fruto del amor y la Fe a su pueblo, alimentadas estas virtudes por su férrea convicción religiosa, su creencia en Dios Todo Poderoso.
El historiador Américo Lugo había referido en una ocasión que, entre todos sus conciudadanos, Don Federico Henríquez y Carvajal era el que más parecido tenia a Duarte. Esto así quizás por sus virtudes de gran ciudadano, por su entrega y nacionalismo.
Al publicarse mañana la segunda edición de la obra De Duarte a Balaguer, escrita por el Ing. Federico Antún Batlle, un análisis agudo de las cualidades en común de estos dos grandes dominicanos, adaptando las mismas a las épocas y realidades que les tocó vivir respectivamente a cada uno, me atrevería a decir, no obstante las apreciaciones del Dr. Américo Lugo, y sin restar méritos y respeto a las mismas, que el dominicano más parecido a la figura del Patricio Juan Pablo Duarte, tanto por su pensamiento, como por su conducta y su obra, lo fue, sin dudas, el Dr. Joaquín Balaguer.