Danilo pasó con notas sobresalientes
El gobierno de presidente Danilo Medina sienta las bases para el progreso del país. Con la economía más vigorosa de toda Centroamérica y el Caribe, exhibiendo un crecimiento por encima del 5 por ciento, en momentos en que hasta la economía de China, país importador de grandes volúmenes de materia primas enfrenta grandes problemas, el mandatario dirige la nave de la nación por surcos de justicia y de equidad social.
El desarrollo económico está a la vista del simple visitante que acude a la República Dominicana, que en una panorámica se da cuenta de que la mayoría de los centros comerciales están de llenos de personas comprando productos y servicios. Pero asimismo, salir a cualquier arteria de la ciudad se nota ipso facto, que el parque vehicular dominicano no cabe en las calles y avenidas, y existen hogares en donde hay más de dos carros estacionados en las marquesinas, lo que describe la solidez financiera de la mayoría de las familias dominicanas .
De la misma manera están los mercados en barriadas populares, los cuales son hormigueros humanos, demostrando esos lugares, el dinamismo económico existente a nivel de la gente más humilde.
Si la economía dominicana per se, es autosuficiente para exhibir su fuerza, como lo han reconocidos los principales organismos internacionales (como el BID, la CEPAL, etc.) las políticas puestas en prácticas por el gobierno fortalecen los proyectos de la gente productora, generando consistencia económica. Una de esas políticas la representa las visitas sorpresas que realiza Danilo los fines de semana a diferentes lugares, actividad presidencial que ha ido en auxilio de los más vulnerables sectores productivos del país.
Pero donde la administración gubernamental de Danilo Medina demostró su visión de futuro, su humanismo, y le puso alas al progreso, ha sido en la educación, renglón en donde con un inusitado esfuerzo, las autoridades eliminarán el lastre del analfabetismo. No es cualquier cosa acabar con las tinieblas de la falta de educación. Para poner un ejemplo de lo mucho que pesa en una sociedad ese estorbo, tomemos el ejemplo de Chile, país suramericano que sus números económicos y sociales lo sitúan en el primer mundo, pero que fueron políticas cumulativas de años los que permitieron ese salto chileno. A finales del siglo XIX, y luego de que la férrea dictadura de Lilís expulsara de territorio dominicano al insigne y preclaro educador, Eugenio María de Hostos, fue el gobierno de Chile de esa época, el que contrató al conspicuo maestro para que fuera parte del sistema educativo de esa país latinoamericano.
A todos los logros económicos y sociales danilistas hay que agregarle el respeto a los derechos humanos y las amplias libertades de que disfruta el país. La gente se expresa sin que sienta ningún temor por represalias. Claro está, algunos desaprensivos toman el gran clima de libertades que disfruta el país para monsergas que no aportan al debate.
Indiscutiblemente que el presidente Danilo Medina ha obtenido calificaciones sobresalientes en su cuatrienio gobernando. Su nota es A. Y no es para menos, pues su estadía en el Palacio Nacional le ha permitido al país paz social y desarrollo. Todo ese logro es a pesar de no contar con la ayuda de una gran parte del empresariado nacional, que ciego por riqueza fácil, es de respuesta negativa hasta ante un simple aumento de salario que permitiría ensanchar el mercado local, lo que a la postre iría en beneficio de esa misma clase.
Danilo luce estar en su zona de confort política; sus logros gubernamentales lo sitúan en el parnaso de los estadistas exitosos, que con su impronta mantienen viva la tea que marca el camino hacia el desarrollo.