¿Cuánto vale un voto en República Dominicana?
«Solo hay un medio para mantener en pie una sociedad libre y es mantener al pueblo informado.» Joseph Pulitzer.
“Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de obedecerla.” J.P. Duarte
«Campaña electoral dominicana: Cara, larga y sucia…»José Luis Taveras
Para la mayoría de dominicanos, un voto vale un quinientón, un tanque de gasolina, una lata de leche, una funda o ración de comida, una receta médica, una docena de hoja de zinc, una docena de madera, cinco fundas de cemento, un quintal de varilla, cincuenta block, una promesa de empleo, una promesa de impunidad, una porción de substancias prohibidas, una botella de alcohol, entre tantas otras cosas que tu puedes imaginar.
Vender tu voto destruye nuestra democracia y daña el futuro desarrollo de la patria.
«Atento con tu voto» unimos e invitamos a todos los sectores conscientes y preocupados a que se sumen y trabajemos juntos a favor de un ejerció democrático, libre y sin influencias mercantil sobre la preferencias electorales en cuanto a los candidatos que se disputan en la presente contienda electoral para elegir quien nos gobernarán y conformaran el congreso correspondiente al periodo 2016 al 2020.
Vota con conciencia, ejerce el voto crítico. Es un pecado capital y una traición a la patria vender tu voto o tu cédula. Atento con tu voto, que un voto puede representar tus sueños hecho realidad.
Un voto puede decidir quién será nuestro futuro Presidente, Alcalde, Senador y Diputado que en su conjunto dirigirán los poderes del Estado y la administración pública. Pero, sobretodo un voto decide el futuro de toda la sociedad.
No permitas que una pasión política o algún tipo de dádiva te nublen la realidad o empeñen tu consciencia.
El gobierno y otros grupos de poder intentan cambiar la voluntad popular, la conciencia social a fuerza de dinero, de manipulación mediática, compra de conciencia, intimidación, aprovechamiento de la miseria material de un amplio segmento de la población y, para poner la tapa, se incluyen la injerencia del control absoluto de todos los poderes del estado y de la Junta Central Electoral.
Debemos estar claros de que ese miserable y falso pago es un engaño, es una inyección de amnesia con el que te haces cómplices, te contaminas de todos los crímenes del Estado y de los miles de millones que envuelve la corrupción estatal asociada al sector privado. Recuerda que tienes todo el derecho a recibir la parte que te corresponde de las riquezas y producción nacional, pero para obtener tu justa remuneración, debes conocer tus derechos y aprender a defenderlos y lo más importante a valorar tu voto.
Cuando conoces tus derechos estarás consciente de que el Estado recibe sus ingresos no para dilapidarlos y robarlos, sino para devolverlos, en servicios básicos de calidad: educación, salud, seguridad ciudadana, justicia, garantías de derechos, libertades, medio ambiente sano, agua potable, energía eléctrica, vivienda, transporte público, viabilizarían del tránsito, productividad, alimentos asequibles para todos, oportunidad de empleo o de desarrollar talentos, seguridad social en general, entre otros.
Particularmente para mí, un voto representa dignidad, conciencia, futuro, esperanza, fe, desarrollo, cambio, oportunidad, medrar, progreso, democracia, justicia, respeto, confianza, civismo, responsabilidad, patriotismo, ética, moral, transparencia, participación, una vida, todo los millones del mundo, honestamente un voto no tiene precio.
Debemos reflexionar sobre la importancia, el gran valor patriótico y el sacrifico que significa el voto.
Desde la antigüedad comenzando con Plantón y luego Aristóteles la democracia era concebida como una forma de gobierno, específicamente como el gobierno de todos o de la mayoría.
Es desnaturalizado el que aún la mayoría de dominicanos no tengamos una concepción clara de la democracia y mucho menos la decisión de participar ejerciendo sus derechos con conciencia y dignidad.
Pero lo más grave es ver la falta de imparcialidad de la Junta Central Electoral, JCE, encargada de arbitral y fiscalizar las elecciones, la cual se ha dedicado a protagonizar los principales escándalos, sembrando dudas, parcialidad e intranquilidad.
Es penoso que en su mayoría las instituciones del Estado que deberían mostrarse imparcial o por lo menos guardar las apariencias en las campañas electorales hoy estén abiertamente promoviendo el candidato oficialista y derrochando el dinero presupuestado para los servicios de su gestión correspondiente. Provocando con ello mayor deficiencia e incumplimiento de los servicios públicos que requieren y demandan los ciudadanos, cabe decir que las campañas electorales son los periodos de peor desempeño por parte de los funcionarios públicos.
Decir hay democracia es una cosa y vivirla o practicarla es otra. El derecho al voto es el principal componente de nuestra débil democracia, por tal razón el valor del voto debe ser medular, nunca debe ser menos preciado ni debe ser manipulado por las corrientes partidarias y sus principales dirigentes, es lamentable que también ellos sean los primeros promotores de la prostitución y corrupción del voto en el país.
Estamos en la primera fase de un sistema de gobierno democrático, es una fase que nos obliga a reforzar, ensanchar y hacer crecer las formas de la democracia participativa, donde el pueblo es quien toma todas las decisiones ejecutivas y legislativas, a través de los funcionarios que les representan, como lo manda una verdadera democracia representativa, participativa.
La participación de los ciudadanos en el Siglo XXI, debe ser recurrente especialmente en la construcción de un futuro mejor.
Solo así nuestros modelos institucionales avanzarán y evolucionarán al hilo de los tiempos y las nuevas posibilidades, para lograr organizar la estabilidad del desarrollo integral y el equilibrio institucional basado en derechos.
Recomendamos votar con conciencia y que tengan en cuenta que para lograr fortalecer nuestra débil democracia debemos exigir nuestros derechos sin importar quién nos gobierna.
Después de ejercer tu voto debes seguir defendiendo el valor e influencia de tu voto, empodérate, participa, ejerce tu ciudadanía, reclamando las promesas incumplidas, el estado de derechos y justicia social para todos.
Los retos a superar son muchos. Al describir las dificultades que agrega gestionar educar y redireccionar la cultura de conformismo, pesimismo, falta de actitud, entre otros impedimentos al desarrollo.
¿Y para cada uno de ustedes amigos lectores cuánto vale su voto?
(Publicado por primera vez en abril de 2010 )
Dios les bendiga hoy y siempre Pueblo Dominicana.