Cuando el alto mando rechazó orden del Pte. García Godoy; surge el Gral. Pérez y Pérez

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Héctor García Godoy y el general Enrique Pérez y Pérez

A principios de enero de 1966, exactamente el 6, día de los Santos Reyes, el Presidente Provisional,  Héctor García  Godoy, anunció la remoción del alto mando militar, encabezado por el Ministro de las Fuerzas Armadas, comodoro Francisco Javier Rivera Caminero. Dispuso también  que  una treintena de oficiales  fuera  al exterior a estudiar. El comodoro Ramón Emilio Jimenez Reyes fue nombrado como nuevo ministro;  Francisco Amiama Castillo, dirigiría la Marina de Guerra y el piloto Luis Beuchamps Javier, en la Fuerza Aérea Dominicana. El coronel Enrique Pérez y Pérez, asignado a la FAD,  sería el jefe del Ejército Nacional.

Pero al día siguiente, las designaciones   del presidente   fueron rechazadas por los seleccionados y por los sustituidos,   alegando “sentimientos  de solidaridad” con sus compañeros. Desesperado, García Godoy   preguntó al gobierno de Estados Unidos si podía contar con   el respaldo de la Fuerza Interamericana de Paz (FIP), que orientaban los norteamericanos. La actitud indiferente de los jefes de las fuerzas aliadas que ocupaban el país  motivó que el gobernante dejara sin efecto los movimientos que había ordenado.

La  crisis militar se  mantuvo   por varias  semanas  hasta que  se alcanzó una salida parcial cuando   Rivera Caminero aceptó el cargo de agregado naval en Washigton. Aunque   era evidente la simpatía de la embajada americana  con la selección de Jimenez Reyes para el importante cargo, a fines del mismo mes de  enero ese apoyo se desinfló,  y de inmediato, el propio Rivera Caminero informó al general Linvill,  comandante de las fuerzas norteamericanas, que el coronel  Pérez y Pérez “tenía el carácter fuerte requerido para ocupar la posición militar de más alto rango en la República  Dominicana”.

Ell comodoro afirmó que su protegido Jimenez Reyes, y el comandante de la Cuarta Brigada, el coronel Osiris Perdomo Rosario, no tenían las cualidades necesarias para ocupar la posición. Al día siguiente, Rivera Caminero y el embajador americano se reunieron para discutir el mismo asunto. El   nuevo representante dominicano   en Washigton envió al presidente García Godoy  una relación de tres nominados, que a  su juicio reunían condiciones adecuadas para la posición de ministro, y uno de ellos sería Pérez y Pérez.  Los otros dos eran Perdomo Rosario  y Adriano Valdez Hilario.  Luego  de recibir la lista el presidente anunció  el nombramiento de Pérez y Pérez como Ministro de las Fuerzas Armadas con el rango temporal de General de Brigada

EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

La designación aparentemente no fue difícil para  García Godoy, ya que el coronel  Perdomo Rosario, fue el jefe de los tanques de San Isidro  que  sustituyó a Elías Wessin y Wessin  cuando el jefe del CEFA fue  enviado al exilio. El cuanto a Valdez Hilario, se tomó en cuenta que había sido comandante en el interior por mucho tiempo,  y que, además, tenía vínculos con el Gobierno  de Reconstrucción Nacional de Antonio Imbert Barreras. Mientras tanto, el nuevo ministro  no tenia antecedentes cuestionables y las fuerzas aliadas y los  norteamericanos lo consideraban “moderado”. Desde su exilio en Londres, el coronel Francisco Caamaño Deñó, también  se identificó con la designación de Pérez y Pérez, su antiguo compañero en el CEFA. (Caamaño fue transferido de la Policía a la FAD, junto al coronel José de Jesús Morillo López, cuando ambos confrontaron dificultades con el jefe de la institución Belisario Peguero). Desde  su nombramiento el nuevo ministro militar cautivó al gobierno de los   E.U, y  el embajador, Wlliams Tapley Bernett,  envió a Washigton una descripción de las cualidades, que según el diplomático, adornaban a Pérez y Pérez.

Entre esas cualidades  que  para la ocasión se atribuían al jefe militar están la “serenidad” que mantuvo durante la llamada operación limpieza en la guerra de abril, donde murieron cientos de personas en la parte alta de la ciudad, su actuación en el desarme de la población civil  y la terminación  de la crisis originada por los nombramientos de los oficiales, el 6 de enero, quienes   fueron acomodados mediante la creación de puestos locales, sin que perdieran su rango.

Semanas más adelante García Godoy lo “premió”  con el ascenso a general de brigada permanente y mayor general de manera temporal, lo que obedeció, entre otras razones, a que logró “evitar  el antagonismo que los seguidores de Wessin de la derecha sentían contra el gobierno de provisional, y también contra los constitucionalistas de la izquierda”. Y por último, el presidente atribuyó al militar la paternidad de    “mejorar el aparato de seguridad en los meses previos a las elecciones presidenciales del primero de junio”, acción en la que  recibió un respaldo decidido de los Estados Unidos.

El doctor Joaquín Balaguer  ganó las elecciones del primero de junio de 1966 y un mes después fue juramentado como presidente Constitucional, acto en el cual   Pérez y Pérez y su archirival Ney Nivar Seijas, ya  reintegrado con el rango de coronel, estaban  juntos, detrás del mandatario.    ))))

 

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