Crecientes protestas contra las AFP
Millones de chilenos continúan intensificando sus justas protestas contra las bajas pensiones recibidas. Por segunda ocasión en menos de un mes, se movilizaron en forma ordenada y pacífica en las principales ciudades de Chile.
Bajo la consigna de “No+AFP”, los manifestantes se quejan de las pensiones insuficientes, tras tres décadas de cotización. Y acusan a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) chilenas de obtener grandes beneficios.
Luis Medina, su vocero, señaló “Esperamos que con esta masiva movilización pacífica y familiar, la Presidenta nos escuche y abra el diálogo para un gran acuerdo, pero con los ciudadanos, no con los dueños de las AFP, no con los grandes empresarios que se han beneficiado de nuestros ahorros personales”.
El modelo chileno dispone una cotización del 10% del salario bruto a cargo del trabajador, creando un fondo a su nombre. Éste selecciona una de las AFP privadas, la cual invierte el fondo y acumula los beneficios en la cuenta del trabajador. Al momento de su retiro la pensión depende del fondo acumulado.
Por llenar esa función, las AFP cobran una comisión mensual que, tanto los trabajadores como los especialistas, consideran muy elevada, reduciendo el crecimiento de la cuenta individual y la posibilidad de obtener mejores pensiones.
Aunque las mujeres pueden pensionarse a los 60 años y los hombres a los 65, el nivel de las jubilaciones resulta tan precario, que la mayoría continúa trabajando para mantener sus ingresos y aumentar el fondo de pensión, reduciendo los años de retiro.
El cuestionamiento de los resultados del sistema chileno de pensiones viene desde hace más de una década, con algunos ajustes. Recientemente la presidenta, Michelle Bachelet, elevó la pensión mínima a 140 dólares al mes, un paliativo a una crisis mucho más profunda.
Tanto en Chile, como aquí y en las demás naciones, la extremada ambición y las jugosas comisiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), terminarán minando la sostenibilidad del sistema de capitalización individual.
En el país, la rentabilidad de las AFP, tanto privadas como pública, ronda el 42% anual, mientras que las cuentas de los trabajadores apenas logran un 12%. Desde hace dos años, el Senado mantiene engavetado un proyecto de los diputados para reducir este margen.
No cabe dudas de que, así como durante décadas el modelo chileno marcó la pauta de las reformas de los viejos modelos de pensiones, ahora las protestas y denuncias sobre las ganancias de las AFP también repercutirán en muchos países de la Región.
Uno de los resultados de las crecientes protestas y manifestaciones será la reactivación de las largas discusiones y controversias, con fuertes matices ideológicos y políticos, entre los defensores del sistema de reparto y de capitalización individual.
En las décadas de los 80 y 90 se realizaron encendidas discusiones sobre los modelos de pensiones. Nuestro país se produjeron durante las debates sobre el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS). La solución final fue un sistema mixto basado en capitalización general y reparto público.
El tema resulta muy complejo y apasionante y suscita todo tipo de planteamientos matizados por la posición e interés de cada interlocutor. Sin embargo, tanto en Chile como aquí existen suficiente información y elementos de juicio para evaluar la situación de la manera más objetiva posible.
A reservas de continuar profundizando sobre el tema, llama la atención que al parecer el movimiento “No+AFP” no cuestiona el sistema de capitalización individual, sino más bien, su carácter privado y las comisiones de las AFP.