Creciente desigualdad, el enemigo real de la democracia y la estabilidad
Aunque la pandemia lo ha cambiado casi todo, vendrá el momento en que la venceremos. Mientras llega ese día, me refiero a las quejas que siempre se escuchan acerca de la situación económica, de que vivimos en crisis. La percepción es evidencia de un pesimismo generalizado en sectores, cuya valoración del quehacer nacional se basa muchas veces en la marcha de sus propios negocios.
En décadas no hemos tenido crisis económica, pues se abrieron nuevas operaciones industriales, el turismo creció y sigue en auge y la actividad comercial se expandió vertiginosamente, con la apertura de gigantescos centros de tamaño incluso superior a sus iguales en los países más desarrollados. Y esa actividad no ha cesado si bien descansa todavía por efecto del covid-19.
De modo que nuestro problema no es de esa índole ni tampoco el país se encamina hacia un estadio de recesión paralizante de la actividad económica.
Nuestra verdadera crisis es de carácter social, con tasas de desigualdad preocupantes dentro de un proceso firme de concentración de recursos que los pone cada vez más en círculos de pequeñas élites económicas muy creativas con un control creciente de la riqueza nacional.
Buena parte de los nuevos negocios de las últimas dos o tres décadas provienen de esos grupos, sin que se hayan generado cambios importantes en la estructura social, debido a los bajos salarios y a un sistema de seguridad social que no los promueve.
Por todo ello, es iluso pensar que la amenaza a la estabilidad social radica sólo en un endeudamiento exorbitado, porque el país tendrá que seguir acudiendo necesariamente al financiamiento exterior para encarar lo que ha traído la pandemia, ni tampoco en las prácticas políticas corruptas que han caracterizado la vida democrática de la nación.
El problema es la creciente desigualdad, el enemigo real de la democracia y la estabilidad nacional.
JPM
cuánta verdad ! eso es lo que no advierten los del prm . creen que con la justicia, acabar con la corrupción y meter preso a los corruptos basta mientras el pueblo consumidor no haya qué hacer con su dinero que cada día vale menos y compra menos y lo mete en mayor pobreza y desigualdad. todo caro y los comerciantes más ricos , todo caro y los empresarios del prm ganando el 300% en sus productos. creo que el 2024 traerá sorpresas y asombro .
la desigualdad se manifiesta de dos formas fundamentales: asignándole a uno un nivel superior sin corresponderle y quitándole a otro su nivel. si en el ministerio de educación de república dominicana se investigara esto, los asesores técnicos, coordinadores, directores maestros, estudiantes y personal de apoyo, cambiarían de nicho. el desajuste es tan grande que se prefiere dejar eso así para no evidenciar el desastre, pero, se sufre y mucho.
la desigualdad en sí no es mala cuando no es factor generador de pobreza, lo cual no necesariamente ocurre. hoy venezuela y cuba tienen más bajos niveles dr desigualdad que chile, panamá y costa rica. dudo que los primeros ofrezcan mejor calidad de vida a sus ciudadanos.
eso se llama neoliberalismo