Cosas de San Cristóbal: Trujillo y Nano Uribe (3era parte)

 

Parentesco sancristobero: En un encuentro festivo que ofreció el Generalísimo Rafael Leonidas Trujillo a las autoridades gubernamentales de San Cristóbal, en la llamada “Casa de los Coroneles”, como acostumbraba y, con la finalidad de tener acercamientos más francos y directos con todos sus representantes locales, el Coronel Carlos Alberto Mota,  Gobernador militar de la Provincia en ese entonces, se acerca a la mesa o lugar donde se encontraba mi padre, en compañía de mi madre y otros invitados, y le dice:

-“Dr. Uribe, el Generalísimo requiere de su presencia”.

-“Con gusto, señor”, respondió mi padre.

Ya en presencia del hombre fuerte, y sin mediar preámbulo, éste le dice:

“Colorao malo, oye, dí autorización al Banco Agrícola para  que le reciban el dinero a tu mamá y así termine de pagar su casa. Ahora, quiero hacerte una pregunta:

 “¿Cuál es el grado de parentesco que existe entre ella y yo?”

-“Quiero saberlo. No lo recuerdo bien. Ya que en la carta que me hizo me trata de ‘primo’. Explícame bien”.

Como en esa época muchas personas decían ser, o se hacían pasar por familiares de Trujillo, sin serlo, cosa que es natural le desagradaba, mi padre pensó que se podría creer,  sino explicaba bien el asunto, que estaba ante uno de estos odiosos casos. Y comenzó:

       -Excelencia, no sé si le agradará saber…”

       –¡Vamos explícame. Anda!”

 -“Bueno…pues verá Usted, excelencia….Originalmente fueron dos hermanas, doña Silveria Valdéz y doña Quiteria Valdéz”

-“Si, así fue, asiente el Generalísimo. Sigue, sigue”

Rafael L. Trujillo Molina en su hacienda Fundación, de San Cristóbal.

-“Usted…Excelencia…desciende de doña Silveria y no tendría yo que explicárselo, porque…”

-“Está bien, continúa con lo que me interesa.”

Papá sabía que venía la parte crucial y era la de hacerle conocer la ascendencia de mi abuela hasta doña Quiteria.

Tosió. Se aclaró la garganta. Todo silencio. Y todas las miradas fijas en él:

-Mi madre, Georgina Silva Guerrero (a) Pimpa, que Ud. bien conoce, es hija de doña Alicia Guerrero y don José Francisco Silva Valdéz y éste a su vez es hijo de don José Altagracia Silva y doña Quiteria Valdéz. De manera Jefe, que como es natural, los hijos de hermanos resultan ser primos hermanos. De aquí viene el parentesco”.

       Riendo mucho y asistiendo con júbilo hacia los presentes, el gobernante, contestó:

       -“Sí, es verdad. Mira Colorao malo, dile a la prima que disfrute su casa y que puede siempre contar conmigo para lo que considere necesario.”

-“Muchas gracias, Su Excelencia”.

       

Adriano Uribe Silva (Nano) en los años 70.

Así, de esta forma, pudo mi padre aclararle el nivel o grado de familiaridad del Generalísimo Trujillo para con mi abuela. De manera que el padre de Trujillo, don José Trujillo Valdéz (hijo de doña Silveria) y el padre de mi abuela, don José Fco. Silva Valdéz (hijo de doña Quiteria) fueron primos hermanos.

Lo que conlleva a: Todos los descendientes de don José Altagracia Silva Valdéz son parientes de la rama dominicana de la familia Trujillo. Y digo dominicana, porque cuando el Ejército español de ocupación se retiró hacia Cuba en 1865, al acaecer la Restauración de la República, el capitán don José Trujillo Monagas, abuelo del Generalísimo, procreó otra familia allí. Familia cubana que criara y educara a una hermana de Trujillo, Nieves Luisa.

 Añado algo más: No puedo precisar si fue a raíz de los acontecimientos que produjeron en Cuba el derrocamiento del gobierno de  Fulgencio Batista Zaldívar, en Enero de 1959, o antes de esto ocurrir, que apareció en nuestro país un militar cubano, con el grado de coronel de nuestras FF.AA, comandando la guardia Presidencial, llamado Agustín R. Plúyer Trujillo, quien me parece, además, residió alguna vez en nuestro pueblo en un chalet cercano a la Fábrica de Vidrio y tuvo hijos cursando estudios en el Politécnico Loyola.

Aunque no tengo mayores informaciones al respecto, creo que el citado coronel era parte de la familia Trujillo originada en Cuba.

       Por otra parte y rumbo a concluir esta crónica, les digo -amables lectores- que en el libro de doña Angelita Trujillo Martínez de Domínguez –titulado Mi padre en mis recuerdos- aparece mi tatarabuelo José Altagracia Silva, como testigo de la boda de los señores José Trujillo Valdéz y Altagracia Julia Molina, progenitores del Generalísimo, y efectuada en S.C. en el año de 1887. Los demás testigos de este enlace, fueron: Juan Pablo Pina, Manuel Mateo, Manuel Mancebo, Hipólito Bazil, Leonidas Saladín y Régulo de León, todos troncos u horcones de las familias originarias de S.C…

(Copia del acta de la boda de José Trujillo Valdez y Altagracia Julia Molina, la posee el autor de este articulo por donación del sancristobalense Homero Ramírez).

Altagracia Julia Molina, madre de Trujillo.

       Un último comentario: mi abuela protestaba: “El Jefe conoce mejor que todos nosotros esta familiaridad, con qué cara viene dizque no se acuerda ahora de los sancristoberos. Que se deje de comiquerías ¡Hum!”.

Nota de Redacción: Colorao malo era un apodo que desde muchacho tenía Adriano Uribe Silva, también conocido como Nano.

(Con alegre dedicatoria a mi primo Benjamín Uribe Barinas (Tuly), primer genealogista de nuestro pueblo, San Cristóbal)

JPM

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